Romana endosa a Montoro los pisos con deudas fiscales que Sareb no puede vender
La Sareb ha endosado a la Agencia Tributaria la gestión de ventas de aquellas viviendas heredadas de los bancos y que tienen deudas con Hacienda
La Sareb ha trasladado a la Agencia Tributaria la labor de buscar compradores para aquellos activos inmobiliarios recibidos en prenda, pero que estaban sujetos a distintas garantías hipotecarias con la Hacienda Pública. La entidad que preside Belén Romana quiere centrar sus trabajos en aquellas ventas más seguras y exentas de cargas con el fin de asegurar una hoja de servicios acorde con el plan de actuación encomendado al llamado ‘banco malo’ de la reestructuración financiera.
La decisión pone el dedo en la llaga de las complejas relaciones que mantienen el Ministerio de Economía y el de Hacienda por cuanto que la nueva tarea de comercialización de pisos supone, en realidad, un reto para los inspectores fiscales, que deberán buscar un hueco en su agenda profesional para actuar como eventuales agentes de ventas inmobiliarias. La encomienda viene dada por las dificultades que la Sareb encuentra para conseguir ofertas válidas cuando la tasación de los inmuebles está por debajo de la deuda tributaria que acarrean los activos.
Aunque todavía no existen cifras concretas de la nueva actividad emprendida por la Agencia Tributaria, medios oficiales han confirmado que buena parte de los activos tóxicos transferidos a la Sareb por la banca incorporan cláusulas de garantía hipotecaria vinculadas a deudas acumuladas con Hacienda. La pignoración de estos inmuebles dificulta la gestión de ventas sin un acuerdo previo con el departamento que dirige Cristóbal Montoro, por lo que el ‘banco malo’ ha sorteado los obstáculos fiscales y, aun a riesgo de hacer honor a su apodo, ha preferido que “cada palo aguante su propia vela”, según las citadas fuentes.
Los cálculos de partida señalaban que la entidad nacida para gestionar los activos procedentes de la reestructuración bancaria acumularía una cartera de hasta 107.000 viviendas (76.000 construidas y vacías, 3.000 en construcción, 6.300 alquiladas y 14.000 en proyecto). Los datos oficiales de la Sareb, que corresponden a mediados de noviembre pasado, muestran ventas de 6.400 inmuebles con unos ingresos brutos de 2.000 millones de euros.
Vendido el 7% del parque de viviendas
El proyecto de la Sareb tiene una vigencia de 15 años, por lo que el esfuerzo de gestión realizado en el primer ejercicio de actividad no es nada desdeñable. A fin de cuentas, se ha colocado en el mercado un 6,8% del parque de viviendas, excluyendo lógicamente las edificaciones en proyecto. En su mayor parte, las ventas se han centrado en inmuebles que ofrecían un perfil más favorable a la escasa demanda del mercado.
Otra cosa muy diferente es la comparativa con el plan de negocio elaborado por la consultora KPMG, cuyo objetivo para este primer año de actuación contemplaba la comercialización de 14.000 unidades inmobiliarias. A falta de contabilizar los datos de diciembre, el resultado apenas alcanza la mitad de las ventas previstas. Esta evolución es también consecuencia directa de las deudas con Hacienda, que han obligado a soltar lastre a la Sareb.
La Agencia Tributaria, en su intención de maximizar los ingresos fiscales del Estado, ha abierto su oficina de ventas inmobiliarias en comisión de servicios para la Sareb. Habrá que ver el saldo final que presentan ambas instituciones oficiales y si la Agencia Tributaria transfiere al ‘banco malo’ los resultados de una intervención en el mercado inmobiliario que viene claramente forzada por causas ajenas a su voluntad.
La Sareb ha trasladado a la Agencia Tributaria la labor de buscar compradores para aquellos activos inmobiliarios recibidos en prenda, pero que estaban sujetos a distintas garantías hipotecarias con la Hacienda Pública. La entidad que preside Belén Romana quiere centrar sus trabajos en aquellas ventas más seguras y exentas de cargas con el fin de asegurar una hoja de servicios acorde con el plan de actuación encomendado al llamado ‘banco malo’ de la reestructuración financiera.