Roures y los Gallardo descarrilan en su viaje audiovisual: Imasblue enfila la liquidación

El presidente de Mediapro, Jaume Roures, y la familia Gallardo, socios de referencia de la farmacéutica Almirall, no han tenido mucha suerte en su aventura audiovisual. La empresa de posproducción en la que participan, Imasblue, enfila la liquidación, incapaz de salir del proceso concursal en el que se encuentra.

Su accionariado de postín ha servido de poco ante la crisis del sector audiovisual. Imasblue presentó concurso en 2012 de manera voluntaria intentando superar la crisis, con una caída de la actividad 30%, además de un fuerte descenso de los precios de facturación. En total, el volumen de ingresos del grupo se había desplomado a la mitad que hace dos años.

Por Roures, Imasblue ya habría caído en su penar en el juzgado mercantil número dos de Barcelona. Pero fue la gente de Landon, el family office de los Gallardo, los que abogaron por intentar salvar la empresa, que en ese momento tenía el 80% del mercado de posproducción española.

Imasblue nació de la fusión de tres productoras que constituyeron el segundo grupo de posproducción español, especializado en trabajar para el sector de anuncios publicitarios. Los principales accionistas son Mediapro (55%) y Grupo Landon (22,5%), si bien Filmax y la sociedad de inversión Innova retienen todavía paquetes minoritarios.

El grupo va ahora hacia la liquidación por su incapacidad para abonar los pagos en los que se fraccionó la indemnización del ERE por el que se despidió a 60 miembros de la plantilla, a los que se les debe el cuarto y el quinto pago que ya no percibirán, según han señalado fuentes de los trabajadores. Ahora, la esperanza de los afectados es que el Fogasa se haga responsable parcial de una parte de lo que se les adeuda.

Más pasivo que venta

La situación de la empresa se había deteriorado tanto que el pasivo declarado por la compañía en el concurso, 13 millones, supera con creces las ventas anuales, situadas en 8.Con esta situación, algunas fuentes apuntan a que Mediapro podría intentar pujar por las salas de composición en Madrid y Barcelona aprovechando el proceso de liquidación de activos.

Clientes reconocidos

Los clientes de Imasblue eran empresas como Damm, Codorníu, Seat, Repsol o Lindt, entre otros. Pero la crisis del mercado publicitario y del audiovisual le ha pasado factura a la sociedad, que perdió 3 millones de euros el pasado año y que durante el actual ha seguido acumulando números rojos.En la compañía todavía trabajan cerca de 40 personas, cuyo futuro es incierto una vez que se inicie la liquidación, alternativaque ya cuenta con el visto bueno del administrador concursal, según han explicado fuentes judiciales conocedoras del proceso.

Los principales perjudicados serán Mediapro y los Gallardo por partida doble: por ser los principales accionistas y también por jugar un papel como acreedores destacados. De la deuda de Imasblue, 8 millones son créditos participativos de los socios. El primer banco pillado en esta empresa es el Instituto Catalán de Finanzas (ICF), dependiente de la Generalitat, con 1,7 millones de créditos vivos.