Víctor Grifols, el hombre que siempre quería llevar la contraria

El 17 de mayo de 2006 Víctor Grifols Roura vio a su padre, Víctor Grifols Lucas, tocar la campana en el acto de salida a bolsa de Grifols. No había sido un camino fácil. Víctor Grífols hijo había sucedido a su progenitor en el cargo de la presidencia del grupo cinco años antes y había tenido la oportunidad de vivir en primera fila lo duro que había resultado llegar hasta allí.

Grifolssalía a bolsa al tercer intento. Los analistas no entendían el negocio: generar tratamientos médicos a través de las proteínas del plasma que se extraía de donantes a los que se pagaba, algo que había que hacer en el extranjero, porque en España no era legal.

En 2002, después de un intento fallido y de un cambio de nombre –la compañía se denominó durante un tiempo Probitas Pharma– la familia Grifolsdecidió aplazar indefinidamente la colocación en los mercados, haciendo caso a asesores como el Deutsche Bank, que acabó suscribiendo una ampliación de capital. Pero Víctor Grifolshijo no es fácil de doblegar y no paró hasta que su padre acabó tocando la campana aquella mañana de mayo.

Grifolssalió a bolsa a 4,4 euros. Hoy, siete años después, el valor supera los 32 euros. Es decir, un accionista que hubiera acudido a la OPV habría multiplicado hoy su dinero por ocho. Para buscar un éxito bursátil comparable en el capitalismo español hay que mirar hacia Inditex.

Y eso desde Barcelona. Sólo hay cinco empresas catalanas en el Ibex-35: tres se mueven en el entorno del grupo La Caixa-CaixaBank, Gas Natural y Abertis–, otra es el Banco Sabadell y la quinta es Grifols. ¿Anomalía del sistema o cabezonería de su presidente?

Víctor Grifolstiene 63 años. Nadando contracorriente ha hecho que la empresa que en 2005 facturaba 523 millones de euros hoy sea uno de los líderes mundiales de su sector. Cuando cierre la compra de la división de diagnóstico de Novartis que se ha anunciado esta semana su volumen de negocio superará los 3.000 millones. La operación de Novartis produce vértigo por la cuantía: 1.240 millones, pero es pequeña en comparación con la compra de Talecris, en 2011, que cerró por 3.334 millones de euros cuando el grupo de Estados Unidos doblaba en tamaño a la empresa catalana. En ambas operaciones el BBVA, de Francisco González, ha sido el aliado fiel que ha armado la financiación necesaria para que ambas compras hayan contado con el respaldo necesario.

Forja del carácter

El abuelo de Víctor Grifols, José Antonio Grifols montó el primer banco de sangre de España. La prensa de la época denominaba a la familia “los vampiros de Sarrià”, el barrio donde tenía la sede Laboratorios Grifols, que se fundó en 1940, en plena posguerra. Ese tipo de cosas que forjan el carácter y te alejan de la prensa. Por eso Víctor Grifolsno da entrevistas. Como Pep Guardiola, se limita a las ruedas de prensa.

En privado Víctor Grifolses como en público: no se corta. Entre otras provocaciones afirma, por ejemplo, que Alemania es el país más corrupto. O propone que en España se legalice pagar por las donaciones de sangre, como en Estados Unidos, donde Grífols tiene el grueso de su actividad.

En gestión también desafía las tendencias dominantes. Mientras los sueldos bajaron con esta crisis, Grifols ha mantenido los niveles salariales. Y, en cambio, ha suprimido los dividendos durante dos años como una manera de amortizar la deuda de la compra de Talecris. Ahora, su capacidad de repago ha sido uno de los puntos fuertes para conseguir el apoyo de la banca en la compra de la división de Novartis.

Víctor Grifols preside una multinacional que opera en más de 100 países, cotiza en el la bolsa española y en el Nasdaq y es una de las pocas empresas españolas que apareció en los cables de Wikileaks por su valor estratégico en casos de crisis o catástrofe

Hoy Víctor Grifolspreside una multinacional que opera en más de 100 países, cotiza en el la bolsa española y en el Nasdaq y es una de las pocas empresas españolas que apareció en los cables de Wikileaks por su valor estratégico en casos de crisis o catástrofe. Con la internacionalización del grupo, el presidente de Grifolsse ha ido distanciando de los debates locales. Una prueba es cada junta de accionistas. Siempre le piden durante el turno de ruegos y preguntas que traduzca la memoria de la empresa al catalán, al ser una compañía catalana. Y siempre replica que no es necesario. Algo impensable en las otras cuatro empresas catalanas del Ibex-35.

Crítico en política

Víctor Grifolsse muestra en público muy crítico con la política española, en especial con los plazos de pago de la administración, que siempre ha perjudicado a la empresa. También ha creído siempre que no se le otorgó el apoyo que su grupo merecía, tal y como han demostrado los mercados: “si hubiésemos surgido en Alemania ahora seríamos más grandes que Pfizer”, es una de sus frases habituales.

Víctor Grifolsestá casado y tiene tres hijos. Uno de ellos se emplea en la empresa, como dos de sus hermanos. Lleva trabajando en la empresa desde 1973. Con formación en Económicas, Víctor Grifolsha ocupado diversos cargos en la compañía: empezó de director comercial, siguió como consejero delegado en los años ochenta y después alcanzó su actual responsabilidad al frente de la presidencia. Además de las grandes compras antes mencionadas ha sido uno de los responsables históricos de la internacionalización el grupo, empezando por América Latina.

Aficionado a la navegación, Víctor Grifols vive ahora entre Barcelona y Los Ángeles. En tres años ha llevado a cabo dos adquisiciones de relumbrón que el mercado no se esperaba. Y el refrán asegura que no hay dos sin tres.