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Telefónica inquieta a Prisa con la demora en la compra de su tele de pago Canal+
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INTERÉS DE MURDOCH EN PARTICIPAR

Telefónica inquieta a Prisa con la demora en la compra de su tele de pago Canal+

Está hecho, pero no se firma. Agosto está a punto de concluir y una de las operaciones corporativas que más tiempo lleva macerándose sigue sin resolverse.

Foto: El presidente ejecutivo del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. (EFE)
El presidente ejecutivo del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. (EFE)

Ni come ni deja comer. Agosto está a punto de concluir y una de las operaciones corporativas que más tiempo lleva macerándose en el mercado sigue sin resolverse. Meses después de que Prisa pusiera en marcha el proceso de venta de su 56% de Canal+, la operación sigue empantanada, en buena parte por responsabilidad de Telefónica, que ni se decide a comprar (posee un 22%) la mayoría de la televisión de pago ni tampoco deja paso a otros potenciales interesados, como Rupert Murdoch (Sky) o Liberty Media Corporation, según fuentes financieras.

Esta indecisión de la operadora presidida por César Alierta condiciona los planes de Prisa, inmersa en pleno proceso de refinanciación de sus 3.100 millones de deuda. En este contexto, el grupo de medios que representa Juan Luis Cebrián necesita certeza sobre las intenciones de su socio, que a su vez es accionista indirecto de la cotizada (compró una emisión de bonos convertibles por valor de 100 millones de euros), para poder hacer caja con el negocio de la televisión por pago, por cuyo porcentaje del 56% podría obtener entre 900 y 1.200 millones.

El ascensor en el que se encuentra Telefónica, igual sube que baja, responde a su cómoda posición como accionista. La operadora controla un 22% de Canal+ (antes Digital+) y junto a Mediaset (que posee el mismo porcentaje) disponen de unas garantías que blindan su participación y les confieren derecho de tanteo sobre el resto del capital. Bajo estas condiciones, cualquier interesado en el activo de Prisa ha de pasar a su vez por la puerta de César Alierta para tantear su ánimo. Y ahí está parte del atasco, pues ni se decide a entrar ni tampoco deja hacerlo a terceros.

A pesar de todo, este desconcierto está algo justificado por parte de la operadora. El temor a las posibles y previsibles condiciones por parte de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), como ya hizo con la compra del 44% que se repartieron Telefónica y Mediaset, hace que el equipo dirigido por el ejecutivo maño vaya con pies de plomo. Por todos estos motivos, desde hace más de dos meses no se mueve un papel en torno a la operación por parte de estos protagonistas, un parón que Prisa ha aprovechado para volcarse en el proceso de refinanciación.

El presidente de Telefónica, César Alierta. (EFE)La pelota está en el tejado de Telefónica. Su interés por desembarcar de lleno en este negocio, fusionándolo después con su plataforma de televisión digital Imagenio y completando así su oferta decuádruple play, parece decidido. Sin embargo, no lo está a qué precio hacerlo, pues a medida que la crisis continúa los números de Canal+ sufren con la perdida de abonados y el valor del activo se deteriora. Incluso tampoco cómo hacerlo, pues primero existieron opiniones para realizarlo junto a otro socio y posteriormente se prefirió tomar el control en solitario.

En todo este proceso, el único que mira el reloj con cierta urgencia es Prisa. Su complicada situación financiera le obligó a poner en marcha un plan de venta de activos para cumplir con las exigencias de los acreedores, a quienes debía más de 5.000 millones. En el transcurso de los últimos años, además de Digital+, el antiguo emporio de la familia Polanco se ha desprendido ya de un 25% de Santillana a favor del fondo DLJ South American Partners y del 10% del grupo portugués Media Capital, que fue adquirido por el empresario luso Miguel Pais do Amaral.

Ni come ni deja comer. Agosto está a punto de concluir y una de las operaciones corporativas que más tiempo lleva macerándose en el mercado sigue sin resolverse. Meses después de que Prisa pusiera en marcha el proceso de venta de su 56% de Canal+, la operación sigue empantanada, en buena parte por responsabilidad de Telefónica, que ni se decide a comprar (posee un 22%) la mayoría de la televisión de pago ni tampoco deja paso a otros potenciales interesados, como Rupert Murdoch (Sky) o Liberty Media Corporation, según fuentes financieras.

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