La banca prefiere guardar el dinero al 0% en el BCE antes que impulsar el crédito

La escasa disposición de la banca española a dar crédito -a pesar de las múltiples declaraciones que aseguran lo contrario de sus presidentes y consejeros delegados- queda evidenciada en un dato: nuestras entidades tienen guardados 3.592 millones en la facilidad de depósito del BCE, una especie de hucha donde se puede guardar el exceso de liquidez. Lo más llamativo es que la autoridad monetaria no remunera estos depósitos, lo que significa que las entidades españolas prefieren tener el dinero en un lugar seguro al 0% (es decir, perdiendo la inflación y el coste de oportunidad de invertirlo en algo más rentable) en vez de prestarlo.

Esta tendencia se ha aminorado mucho en el último año, pero todavía se mantiene, lo que indica que el funcionamiento bancario está muy lejos de normalizarse pese al rescate del sector y a la mejora de los mercados. El BCE decidió dejar de remunerar estos depósitos en julio de 2012 para incentivar a los bancos a prestar el dinero después de que el 80% de las inyecciones extraordinarias a largo plazo (LTRO) se volviera a depositar en Fráncfort: unos 800.000 millones de euros (88.000 de entidades españolas) del billón inyectado a las entidades de la zona euro

Esta medida ha ido reduciendo esas cantidades mes a mes, aunque la principal razón esque los bancos han ido usando el dinero que tomaron prestado entonces para atender a sus propios vencimientos de deuda y para comprar bonos del Estado y practicar el llamadocarry trade(esta liquidez tiene un coste del 0,5% mientras que la deuda pública rentael 4% ó 5%, con lo que los bancos ganan la diferencia). Así, la facilidad de depósito ha bajado de 771.779 en marzo de 2012 a88.013 millones en la actualidad para el conjunto de la zona euro, y de88 742 a 3.592 millones para la banca española, según los últimos datos publicados por el BCEque aparecen en el cuadro adjunto.

A pesar de esta reducción, sigue siendo una cantidad relevante en unos momentos en que la banca está buscando rentabilidad debajo de las piedras para impulsar los beneficios tras la catástrofe de 2012 (pérdidas generalizadas provocadas por los Decretos 'De Guindos')y tiene que poner a trabajar hasta el último euro; esto es, no le sobra nada para tenerlo inmovilizado a interés cero.

Y lo que es más llamativo: en julio se rompió la tendencia a la baja que venía desde enero y repuntó la liquidez inmovilizada en el BCE por los bancos españoles. Un aumento de los depósitos que no se corresponde conel conjunto de las entidades del Eurosistema, quedepositó 88.013 millones de euros en el BCE, 2.406 millones menos respecto a junio.

Mientras tanto, el crédito sigue hundido

Y mientras las entidades aumentan su hucha en el BCE, el crédito en nuestro país sigue desplomándose. Según las últimas cifras del Banco de España, el crédito a familias y a empresas cayó otro 5,7% en junio en tasa interanual. Esta tendencia se ha confirmado en los resultados del primer semestre de los dos gigantes españoles, que reflejan una caída de en torno a 20.000 millones de los préstamos en nuestro país. Así,BBVA reconoce una caída del 2,4%,4.630 millones, en el crédito neto a la clientelaen los últimos 12 meses. La caída en el Santander es del 8,3%en ese mismo período.

La restricción del crédito al sector privado se justifica, según las entidades, por la falta de demanda "solvente", pero hay otros motivos: la necesidad de reducir el activo (despalancarse) para purgar los excesos de la burbuja y elevar su solvencia, o el aumento imparable de la morosidad, que ya anda por el 11% para el conjunto del sistema. Una mora que se va a acelerar todavía más con la reclasificación de los préstamos refinanciados en septiembre.Y el poco crédito que se concedetiene un tipo de interés inasumible para la mayoría de empresas y familias.Para lo que sí hay dinero es para la financiación a las administraciones -que incluye la citada compra de deuda pública con la liquidez del BCE-, que crece a un ritmodel 17,3%internual.

En todo caso, la situación de la banca española dista mucho de lo que sería normal, pese a la vuelta a beneficios generalizada del primer trimestre. De hecho, sigue enganchada a la liquidez del BCE, donde mantiene una apelación de casi 250.000 millones, el 34,5% del total de la zona euro.