Mas reformará el organismo que tumbó la venta de ATLL: ya no será unipersonal

A grandes males, grandes remedios. La Generalitat prepara la reforma del Órgano Administrativo de Recursos Contractuales de Cataluña (OARCC), el ente independiente que se cargó con su resolución la privatización de la empresa pública Aigües del Ter Llobregat (ATLL), según han confirmado fuentes cercanas a la administración catalana.

Sobre la esencia de la reforma poco ha trascendido pero las mismas fuentes han señalado que la base del cambio implicará que el OARCC deje ser un ente unipersonal para ser un organismo colegiado.

La base de esta reforma será que el OARCC pase de tener un solo miembro a contar con tres, lo que también obligará a cambiar sus mecanismos de funcionamiento y su reglamento interno. Su actual único miembro es Juan Antonio Gallo, funcionario de carrera de la Generalitat e hijo del popular locutor, presentador y gobernador civil durante el franquismo, Federico Gallo.

El 2 de enero de 2013 el OARCC, después de haber autorizado el cobro por parte de la Generalitat de 298 millones que abonaron Acciona y BTG Pactual por la concesión durante 50 años de la ATLL, emitió una resolución anulando la privatización al excluir la oferta ganadora del proceso. Ese fallo ha sido el desencadenante de toda la batalla legal que ya ha llegado al Tribunal Supremo y por la cual la Generalitat ya se está planteando anular la venta, pese a que el total de la transacción suma un importe global de 995 millones.

El OARCC es un organismo joven. Se creó, en parte, siguiendo las sugerencias de la UE pero también para romper con la tradición del tripartito. El conseller de Economía que precedió a Andreu Mas-Colell, el socialista Antoni Castells, controlaba desde su departamento toda la contratación pública.

Con la constitución del OARCC se rompió esta línea y la tutela de la contratación pública pasó a ser compartida por las consellerias de Economía y Presidencia. De esta último departamento se colgó el nuevo organismo independiente.

Diseño inicial

Según han explicado fuentes de la propia administración catalana, en el diseño inicial se había pensado en un organismo de cinco integrantes, uno de ellos el presidente. Pero la Generalitat estaba en plena oleada inicial de recortes y fue el propio Mas-Colell el que abogó porque tuviera un solo miembro para ahorrar.

En aquellos días el presidente catalán Artur Mas definía a Mas-Colell en su círculo de confianza como “el Leo Messi de este gobierno”, por el prestigio internacional de este economista, según detallan fuentes de la administración catalana. Así que se acabó imponiendo el criterio del titular de la cartera económica: el OARCC tendría un único miembro. Poco iba a sospechar entonces el conseller de Economía que el Parlament acabaría solicitando su comparecencia por el dislate legal que iba a provocar la resolución de este nuevo ente sobre la ATLL.

Los candidatos para integrar la nueva OARCC deberán salir del propio cuerpo de la Generalitat, en especial del de interventores, como el propio Gallo. El principal problema estriba en la remuneración actual, prácticamente simbólica por pasar a formar parte del organismo, por lo que entre los funcionarios catalanes se ven pocos alicientes para ocupar estos puestos, dado lo polémico del mismo y a la presión a la que se ha sometido al por ahora único participante.

Solvencia jurídica

Si al final el OARCC ha resultado un organismo en la picota, en la práctica jurídica su actividad es incontestable. En su corta carrera, el OARCC ha ganado en los tribunales todos los recursos que se han impuesto contra sus resoluciones. Tal es su fiabilidad que incluso ha doblegado a la propia Generalitat cuando ésta ha recurrido contra la decisión de su propio organismos independiente, como ha sido el caso de la ATLL. Esta solvencia jurídica se quiere preservar, a pesar de que en este caso ha ido en contra de los intereses del gobierno catalán.

En este momento Gallo trabaja con un equipo muy reducido, de apenas una secretaria técnica y algunos administrativos. La reforma, que podría suponer convertir el OARCC en un tribunal, tal y como ya prevé la ley, implicaría además aumentar el personal dependiente del mismo.