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El Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre de 2010 y no hizo nada
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CONFIABA EN QUE LA FUSIÓN CON CAJASTUR SOLUCIONARA EL PROBLEMA

El Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre de 2010 y no hizo nada

El Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre de 2010, por lo que se supone que el gobernador Fernández Ordóñez era consciente de su situación

Foto: El Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre de 2010 y no hizo nada
El Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre de 2010 y no hizo nada

El Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre de 2010, por lo que se supone que el gobernador Fernández Ordóñez era consciente de su situación de insolvencia desde entonces. Sin embargo, no hizo nada hasta el pasado viernes. Una inacción que respondía inicialmente a la confianza en que la fusión con Cajastur solucionara todos los problemas, pero que tiene una explicación mucho más embarazosa tras la ruptura de este proyecto en marzo.

Esta inspección fue reconocida por la propia caja alicantina en el informe de transparencia sobre la exposición inmobiliaria del proyecto de Banco Base remitido a la CNMV en enero. Este proyecto saltó por los aires en marzo de este año, precisamente porque Cajastur consideraba que la situación de CAM lo hacía inviable, algo que en teoría debía saber perfectamente MAFO, salvo que los gestores de la caja ocultaran su estado a los inspectores.

Desde entonces, el Banco de España se dedicó a buscar un comprador para la caja que preside Modesto Crespo, búsqueda que terminó infructuosamente a principios de mayo porque ningún comprador estaba dispuesto a hacerse cargo de las pérdidas de CAM sin garantías públicas. La incógnita, por tanto, es por qué el supervisor no hizo nada entre entonces y el viernes pasado, cuando decidió intervenirla. Las explicaciones que circulan en el entorno del Banco de España y de la propia CAM son que el gobernador no quiso tomar una medida tan delicada cuando la prima de riesgo de España estaba disparada ni tampoco poner en peligro la salida a Bolsa de Bankia, considerada imprescindible para la reestructuración del sistema financiero.

Esta inacción llevó incluso a que el gobernador y la vicepresidenta Elena Salgado aseguraran que ninguna entidad necesitaba capital y que el sistema financiero español era totalmente solvente tras la publicación de los test de estrés el viernes 15 de julio. Eso, a pesar de que CAM suspendió las pruebas con un 3% de core capital en el escenario adverso, que se hundía hasta el -2,8% negativo sin contar con los 2.800 millones comprometidos por el FROB. La intervención de la entidad una semana después (y sin llegar a registrar pérdidas) ha evidenciado esa incongruencia, que ayer se tradujo en fuertes caídas en bolsa para los bancos y un nuevo tensionamiento de la prima de riesgo de España hasta 325 puntos básicos.

Esta manga ancha del Banco de España respecto a las cajas en problemas no es nueva. También era plenamente consciente de la insolvencia de CCM desde muchos meses antes de intervenirla, y lo mismo ocurrió con CajaSur, en cuyo caso fiaba su salvación a una fusión con Unicaja que finalmente fracasó, de forma similar a lo ocurrido con CAM y Cajastur.

3.900 millones de provisiones

La diferencia es que la caja alicantina es más grande que las otras dos y que su agujero, lógicamente, también lo es. La pérdida esperada no cubierta por provisiones supera los 3.000 millones por culpa del crédito promotor y de los inmuebles adjudicados, según algunas de las entidades que visitaron el data room que organizó Nomura con vistas a una posible compra. Aparte, la caja cuenta con 2.900 millones de provisiones específicas asociadas a otras pérdidas adicionales y 1.000 millones más de provisión genérica, según los resultados de los test de estrés.

Curiosamente, estos test aseguran que la pérdida esperada -morosidad no recuperable y pérdida de valor de los ladrillos- de la CAM en el sector inmobiliario es ahora menor que en diciembre, cuando el resto de la banca ha empeorado sus estimaciones en los últimos meses, ante el constante aumento de la morosidad y la imparable caída de los precios inmobiliarios. En diciembre, la entidad cifraba su pérdida esperada en el 19,3% de los 21.258 millones de crédito promotor y adjudicados de Banco Base, donde CAM suponía el 70% de los activos. En las pruebas de resistencia, esta pérdida se reducía al 18,1% en el escenario base, sobre una exposición inmobiliaria reconocida de 17.250 millones. En el escenario adverso, esa pérdida llegaría al 23,8%.

El Banco de España inspeccionó la CAM en diciembre de 2010, por lo que se supone que el gobernador Fernández Ordóñez era consciente de su situación de insolvencia desde entonces. Sin embargo, no hizo nada hasta el pasado viernes. Una inacción que respondía inicialmente a la confianza en que la fusión con Cajastur solucionara todos los problemas, pero que tiene una explicación mucho más embarazosa tras la ruptura de este proyecto en marzo.

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