¿Tiranía de las grandes marcas? Bruselas alerta de la diferencia de precios en los minoristas

El pasado lunes 4 de julio, el Parlamento Europeo aprobó un informe elaborado por la eurodiputada italo-sueca Anna Maria Corazza Bildt (PPE) sobre “Un mercado minorista más eficaz y más justo”. En este trabajo, la parlamentaria recoge una serie de puntos sobre los que Europa debe hacer hincapié para superar las restricciones e ineficiencias que hacen que este sector, uno de los pilares de la economía, que emplea a 20 millones de personas y representa un 4,2% del PIB de la UE, esté sujeto a restricciones y proteccionismo.

A este respecto, el trabajo de Ana María Corazza, cuyas recomendaciones deberá desarrollar en un futuro la Comisión Europea, trata de profundizar en las relaciones que afectan al mercado minorista, a los distribuidores, a pesar de que las normas sobre competencia, sobre todo respecto a los abusos de posición dominante y prácticas desleales, se aplica fundamentalmente a los grandes fabricantes. ¿Cómo puede inyectarse más eficiencia y equidad a la cadena de suministro para que los consumidores se beneficien?

Uno de los puntos a resolver es, todavía, la fragmentación y la existencia de medidas restrictivas de índole nacional al comercio, lo que genera ¨costes innecesarios¨. Una situación que en el mercado español puede duplicarse en algunos casos con motivo de la legislación autonómica. En este sentido, la eurodiputada aboga por una armonización legislativa, de manera que se reduzca el concepto de costes por transacción, una especie de obstáculos prácticos que encarecen artificialmente el precio de los productos.

Otro de los puntos que señala el informe ¨Un mercado minorista más eficaz y más justo¨ es el debate polarizado existente entre qué formato es más ventajoso para el consumidor: centros comerciales o tiendas de proximidad. En este sentido, como recoge Corazza, existe una preocupación ante el hecho de que ¨el número de tiendas que ofrecen productos tradicionales es cada vez menor en toda Europa¨, aunque el debate no debe centrarse entre grandes y pequeños, sino en la cadena: proveedores, distribuidores y propietarios.

La pujanza de las marcas blancas

Uno de los temas de fricción más relevantes es el de la tensión existente en la cadena de suministro. Frente a la inquietud por el dominio del mercado por unos pocos actores frente a una variedad de proveedores y comerciantes, también se aprecian prácticas de distribución selectivas o restrictivas, con controles de precios y exclusiones de referencias. El pulso entre las dos partes es manifiesto: frente al poder negociaciador de los grandes fabricantes, los minoristas tienen la capacidad de suprimir productos de sus lineales.

Y dentro de este pulso entre fabricantes y distribuidores, un emergente punto de fricción: el desarrollo de las marcas blancas. Según el informe, un reciente estudio de la Comisión ha concluido que por ahora ¨las marcas privadas (marca blanca) no están disminuyendo la elección ni la innovación¨, aunque reconoce que el caso de las copias plantea serios problemas a los fabricantes que deben abordarse. A este respecto, Corazza Bildt se pregunta si la sustitución de productos de marca por marca propia es impulsada por el consumidor.

Para superar este guerra sucia actual, caldo de cultivo de prácticas desleales que sólo perjudican al consumidor, la eurodiputada sueca aboga por un mayor diálogo entre todas las partes y por iniciativas críticas con el sistema, como la desarrollada por la Confederación de Industrias Agroalimentarias (CIAA) y las Asociación Europea de Marcas (AIM). Y ante todo, una vez marcados los objetivos y diagnosticados los problemas, dar una opción a la eficacia de la autorregulación.