Bankia promete un gran dividendo para atraer inversores y financiar al banco malo

Bankia quiere atraer a los inversores a cualquier precio. Para convencer a los minoristas y a los institucionales, la entidad financiera tiene previsto destinar entre el 40 y el 50% de los beneficios a retribuir a los inversores que suscriban su próxima Oferta Pública de Suscripción (OPS). Con esta política, el grupo también ayudará a su matriz, el conocido como banco malo, a pagar los intereses del préstamo concedido por el Estado.

Según aseguran fuentes conocedoras de los detalles de la OPS, Bankia quiere tener un pay out (porcentaje de los beneficios que se destinan a dividendo) similar al de otros bancos cotizados, como Santander, BBVA, Popular y Sabadell. Estos grupos pagan entre un 40 y un 50%, si bien en los tres últimos años lo han reducido en algún ejercicio hasta el 30% para reforzar sus recursos propios.

Así lo hizo BBVA en 2009 y más recientemente Popular, tras ver como bajaba de forma sustancial su beneficio. Lo que han hecho todos ha sido recortar el abono en metálico, ofreciendo a los accionistas la posibilidad de cobrarlo en títulos. Bankia no ha concretado si también se sumará a esta tendencia, puesta de moda por Banco Santander con el objetivo de ahorrarse salida de caja, al tiempo que amplía su base de capital.

En la entidad presidida por Rodrigo Rato han declinado hacer ningún comentario sobre esta información. Pero hace unas semanas José Luis Olivas, vicepresidente de Bankia, señaló en unas jornadas que “el dividendo será el pay out que en ese momento la banca esté pagando”. El exgerente del Fondo Monetario Internacional ya había expuesto en alguna reunión con inversores que “la entidad mantendrá una política de elevados dividendos para atraer a inversores privados y permitir a las cajas accionistas de la entidad mantener su obra social”

Porque esa es la otra clave por la que Bankia será generoso con sus accionistas. El mayor de ello será el Banco Financiero de Ahorro (BFA), el holding en el que se agruparán los activos tóxicos, así como algunas participaciones  –Iberdrola, NH Hoteles, Banco Valencia y Mapfre, entre otras-, además de las emisiones de preferentes, deuda subordinada y la aportación de 4.465 millones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).  El BFA debe devolver ese préstamo en cinco años y pagar un interés del 7,5%.

Asimismo, tiene que retribuir a los clientes de Bancaja y Caja Madrid que compraron deuda por 4.000 millones a más del 7%. En total, tiene que desembolsar intereses por casi 600 millones, mientras que solo recibirá unos 200 millones por la cartera industrial que se ha quedado en la matriz. Por tanto, necesitará una aportación de dividendos de Bankia de unos 400 millones, es decir, el 50% del beneficio previsto para este año.

Indefinición de La Caixa

La determinación de Rodrigo Rato contrasta con la indefinición de La Caixa. Su banco cotizado, Caixabank, no ha definido cuál será su pay out. En el folleto de colocación de Criteria, compañía a través de la que cotizará el negocio financiero de la segunda caja del país por volumen de activos, se asegura que la política de dividendos de Caixabank dependerá sobre todo del mantenimiento de "unos ratios prudentes de recursos propios".

Por lo tanto, el banco presidido por Isidro Fainé no ha fijado a día de hoy el porcentaje mínimo de dividendos para los próximos años. La entidad se ha limitado a puntualizar que la retribución al accionista se hará cada trimestre los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año, hace Criteria desde 2010 por decisión exclusiva de sus propios inversores.

En la pasada junta de accionistas de Criteria,  Fainé aseveró que “vamos a ser exigentes con el dividendo. Nos gusta”. El veterano banquero añadió que esa política “será elevada, con recorrido al alza, pero sostenible” para mantener las aportaciones a la Obra Social.