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La Generalitat presiona para que el Estado no pase del 49% de CatalunyaCaixa
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JUGARÁ CON EL FROB 1 (DEUDA) Y EL FROB 2 (CAPITAL)

La Generalitat presiona para que el Estado no pase del 49% de CatalunyaCaixa

Artur Mas ha tenido que tragarse el sapo de la entrada del Estado español en el capital de CatalunyaCaixa a través del FROB. Pero el presidente

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La Generalitat presiona para que el Estado no pase del 49% de CatalunyaCaixa

Artur Mas ha tenido que tragarse el sapo de la entrada del Estado español en el capital de CatalunyaCaixa a través del FROB. Pero el presidente de la Generalitat tiene la fórmula mágica para minimizar los daños: que la presencia del dinero público no supere el 49% de los fondos propios, con lo que el control de la gestión seguirá en manos catalanas, según fuentes conocedoras de la situación. Para conseguirlo, echará mano de la exención del Real Decreto-Ley de refuerzo del sector que CiU arrancó al Gobierno para salvar a las cajas de la comunidad.

Según las fuentes consultadas, el conseller de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, comunicó este plan al director general de la caja, Adolf Todó, que está negociándolo con el Banco de España. Un portavoz de la entidad reconoce la existencia de estas negociaciones y sus responsables han manifestado públicamente su deseo de mantener la gestión para sacar adelante su actual proyecto.

El plan es un poco complejo y se basa en jugar con el FROB 1 (los préstamos en forma de preferentes al 7,75% sin derechos políticos pero que computan como core capital) y el FROB 2 (la entrada del Estado como capital puro, con presencia en el consejo y capacidad de gestión). CatalunyaCaixa ha solicitado al Banco de España 1.718 millones, pero no hace falta que todo ese dinero se inyecte en forma de capital.

En efecto, la citada exención permite que las entidades que suspendieron los test de estrés del verano pasado -como es el caso de la catalana- reciban como deuda los fondos que les hacían falta para aprobar dichas pruebas. CatalunyaCaixa tiene derecho a 1.032 millones por esta vía.

Todo depende de la valoración que haga el Banco de España

Por tanto, se trata de combinar las dos vías de forma que la inyección del FROB en forma de capital (el FROB 2) nunca supere el 49%. Y eso depende de la valoración a la que se produzca la entrada del FROB, algo que no está definido todavía para ninguna entidad y que debe recoger las condiciones del mercado, según el Real Decreto.

Supongamos que el valor contable de CatalunyaCaixa es de 2.000 millones (la cifra real no es pública, pero no diferirá demasiado). Si el Banco de España le diera ese valor, un 49% serían 980 millones, que es lo que recibiría del FROB 2 como capital. El resto, hasta los 1.718 citados -es decir, 738 millones- saldrían del FROB 1 en forma de deuda.

Pero como los precios que se están ofreciendo en mercado son inferiores, supongamos que el supervisor valora CatalunyaCaixa en 0,7 veces su valor contable, 1.400 millones en este ejemplo. El 49% de esa cifra serían 686 millones (que recibiría como capital) y el resto hasta completar sus necesidades (los 1.032 millones justos), como deuda.

Evidentemente, el límite de este juego son los 1.032 millones del FROB 1 a los que tiene derecho. Si la valoración para la entrada del FROB es demasiado baja, esa cifra no sería suficiente para completar las necesidades de la entidad, y el Estado tendría que superar el 49%. De ahí que la Generalitat -y en general todas las autonomías con cajas nacionalizadas- también esté intentando que dicha valoración no sea muy reducida.

Finalmente, hay una consideración adicional: CatalunyaCaixa tampoco quiere que la parte de capital sea muy inferior al 49%, ya que el dinero del FROB 1 sale muy caro al cobrar ese 7,75% de interés (y eso el primer año, a partir del segundo va subiendo).

Artur Mas ha tenido que tragarse el sapo de la entrada del Estado español en el capital de CatalunyaCaixa a través del FROB. Pero el presidente de la Generalitat tiene la fórmula mágica para minimizar los daños: que la presencia del dinero público no supere el 49% de los fondos propios, con lo que el control de la gestión seguirá en manos catalanas, según fuentes conocedoras de la situación. Para conseguirlo, echará mano de la exención del Real Decreto-Ley de refuerzo del sector que CiU arrancó al Gobierno para salvar a las cajas de la comunidad.

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