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El nuevo Govern balear hace temblar a los hoteleros: frena el turismo de golf y yate, y amenaza con la ecotasa
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El nuevo Govern balear hace temblar a los hoteleros: frena el turismo de golf y yate, y amenaza con la ecotasa

La pesadilla de la segunda parte del Pacte de Progrés amenaza los intereses de los hoteleros de Baleares. El lobby más poderoso de las Islas (en

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El nuevo Govern balear hace temblar a los hoteleros: frena el turismo de golf y yate, y amenaza con la ecotasa

La pesadilla de la segunda parte del Pacte de Progrés amenaza los intereses de los hoteleros de Baleares. El lobby más poderoso de las Islas (en Mallorca tienen su sede las principales multinacionales hoteleras españolas: Sol Meliá, Barceló, RIU, Iberostar…) estará muy atento a los primeros movimientos de Francesc Antich como president del Govern.

Antich ha dejado muy claro que no se reeditará la ecotasa, el impuesto turístico que estuvo en vigor entre mayo de 2002 y octubre de 2003 y que puso en pie de guerra al sector turístico de las Islas con aquel Govern de izquierdas. Sin embargo, sus socios en el Ejecutivo autonómico, el Bloc - que agrupa al PSM, Esquerra Unida, Els Verds y ERC, en definitiva, los que reivindican la autodeterminación de Baleares- quieren la vuelta de la misma, que por cierto está pendiente de una sentencia por parte del Tribunal Constitucional para aprobar su legalidad o no. Eso sí, la ecotasa la plantean cobrar en puertos y aeropuertos, y no en hoteles como antes. Antich ha prometido mano firme y desterrar las indecisiones y titubeos de su primera etapa en el Govern, pero los hoteleros no se fían.

Con todo, el Pacte de Progrés tomará algunas medidas que servirán para añadir más fuego en la relación entre los empresarios turísticos y el Govern: no se construirán más campos de golf. Tampoco habrá más amarres (faltan unos 10.000 puestos de atraque) ni se construirán más puertos deportivos. Este segmento turístico facturó 460 millones euros en 2006, cuenta con un gasto medio por persona y día de 111,50 euros, frente al turista convencional, que desembolsa 82 euros. El parón náutico supondrá otro jarro de agua fría para un sector que todavía no se ha recuperado de la decepción de comprobar cómo la Bahía de Palma, el mejor campo de regatas del Mediterráneo, se quedaba sin la organización de la Copa América.

Además, el turismo residencial tendrá un futuro muy incierto. Y no digamos nada del sector de la construcción. Vicente Grande, uno de los principales promotores de las Islas con su Grupo Drac, presidente del Real Mallorca, acaba de ver desmontado su proyecto de construir varios rascacielos junto al estadio de Son Moix, ahora denominado ONO Estadi. La nueva alcaldesa de Palma, la socialista Aina Calvo, lo ha rechazado. El skyline de la capital balear cambiaría radicalmente en una zona mitad residencial y mitad industrial.

La pesadilla de la segunda parte del Pacte de Progrés amenaza los intereses de los hoteleros de Baleares. El lobby más poderoso de las Islas (en Mallorca tienen su sede las principales multinacionales hoteleras españolas: Sol Meliá, Barceló, RIU, Iberostar…) estará muy atento a los primeros movimientos de Francesc Antich como president del Govern.