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Conflicto de intereses en AON Gil y Carvajal: sus primeros ejecutivos son accionistas de una sociedad subcontratada por este broker de seguros
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Conflicto de intereses en AON Gil y Carvajal: sus primeros ejecutivos son accionistas de una sociedad subcontratada por este broker de seguros

El primer corredor de seguros de España, AON Gil y Carvajal, lleva incurriendo durante años en las mismas prácticas que las autoridades de los EEUU han

El primer corredor de seguros de España, AON Gil y Carvajal, lleva incurriendo durante años en las mismas prácticas que las autoridades de los EEUU han investigado y censurado en los últimos meses tanto en Marsh&McLennan, como en AON, el primer y segundo corredor de seguros del mundo. En España, concretamente, las miradas se dirigen hacia los primeros ejecutivos de AON Gil y Carvajal, que, además de llevar el día a día de la compañía, son a su vez accionistas de Konecta, una sociedad subcontratada por el broker de seguros que ellos mismos dirigen, lo que supone todo un conflicto de intereses para la firma.

Para más inri, entre enero de 2004 y el mismo mes de 2005, al menos cuatro directores generales y muchos profesionales de alto nivel han abandonado AON Gil y Carvajal, ahora centrada en atender una infinidad de pleitos en los juzgados. Y, mientras tanto, cobra protagonismo destacado las inversiones que algunos de los altos directivos mantienen, supuestamente sin el conocimiento de la central en EEUU, caso de la mencionada Konecta.

Según el registro mercantil, Santiago Gil de Biedma, presidente de AON Gil y Carvajal, y Rafael Esteban Muguiro, consejero delegado, y otros altos ejecutivos y familiares directos, se encuentran involucrados, a título personal o a través de sociedades interpuestas, en el accionariado del mencionado grupo Konecta, sociedad especializada en servicios de outsourcing, marketing y empleo, con una facturación de 97,71 millones de euros en 2004 y un beneficio de 4,80 millones de euros. Esta sociedad cuenta entre sus clientes, además de AON, con Autoclub Repsol, entidad de la que AON posee el 20,4% del capital.

Los principales accionistas de Konecta son Santander Consumer Finance, Liberty Seguros y diversos inversores, entre ellos, la sociedad Insigna, que posee aproximadamente el 9% de Konecta. Por medio de Insigna, los ejecutivos indicados, o bien sus sociedades, estarían participando en los beneficios de Konecta, a la que canalizan negocio de AON en forma de importantes contratos de venta de seguros por telemarketing, y a la que, en el año 2004, traspasaron más de 100 personas que hasta ese momento prestaban sus servicios a la correduría.

En Estados Unidos, hechos similares han provocado los ceses de las cúpulas ejecutivas y parte de las directivas en entidades aseguradoras, así como el compromiso –ultimado este mismo año- de constituir fondos para indemnizar los daños causados a sus asegurados por importe de 850 millones de dólares, en el caso de Marsh, y de 190 millones de dólares, en el de AON.

Las denuncias interpuestas en EEUU se referían a que estos corredores, que en teoría buscaban la mejor protección aseguradora por cuenta de sus clientes, les cobraban honorarios, y, a la vez, recibían comisiones de las aseguradoras con las que contrataban. Hasta aquí, todo normal. Sin embargo, se convertía en conducta irregular cuando, lejos de buscar las mejores coberturas y el mejor precio para los clientes, canalizaban las propuestas de pólizas hacia aquellas aseguradoras con las que tenían negociados –sin el conocimiento de los clientes-, incentivos y ‘ráppels’ adicionales muy ventajosos para ellas.

Desde la sede central de AON para Europa, ubicada en Holanda, se estableció que, a finales de 2004, todos los contratos realizados con aseguradoras para percibir ingresos muy superiores a lo que supone una simple comisión, precisamente por llevarles la producción exclusivamente a ellas, deberían quedar cancelados. Para evitar la pérdida de ingresos que la aplicación de esa medida supone, se sugería que los incentivos y ‘rappels’ se transformaran en acuerdos de prestación de servicios.

El primer corredor de seguros de España, AON Gil y Carvajal, lleva incurriendo durante años en las mismas prácticas que las autoridades de los EEUU han investigado y censurado en los últimos meses tanto en Marsh&McLennan, como en AON, el primer y segundo corredor de seguros del mundo. En España, concretamente, las miradas se dirigen hacia los primeros ejecutivos de AON Gil y Carvajal, que, además de llevar el día a día de la compañía, son a su vez accionistas de Konecta, una sociedad subcontratada por el broker de seguros que ellos mismos dirigen, lo que supone todo un conflicto de intereses para la firma.