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Mientras las relaciones de Estados Unidos y España siguen siendo frías, el portugués aprovecha la ocasión para fortalecer vínculos entre Lisboa y Washington
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Mientras las relaciones de Estados Unidos y España siguen siendo frías, el portugués aprovecha la ocasión para fortalecer vínculos entre Lisboa y Washington

EEUU sigue sometiendo a España a un evidente vacío diplomático. Las relaciones entre George Bush y José Luis Rodríguez Zapatero discurren paralelas un año después, al

EEUU sigue sometiendo a España a un evidente vacío diplomático. Las relaciones entre George Bush y José Luis Rodríguez Zapatero discurren paralelas un año después, al margen del simbólico “¿qué tal amigo?” intercambiado hace unas semanas en la cumbre europea y de algunos despachos mantenidos entre ministros para la puesta al día de las agendas.

El último ejemplo ilustrativo de esta diferencia de trato de EEUU para con España, al contrario de lo que ocurre con el resto de países de la UE, independientemente de las tesis que éstos mantuvieron durante la guerra de Iraq, ha tenido lugar con el nombramiento del socialista José Sócrates como primer ministro de la vecina Portugal, país anfitrión de la famosa `cumbre de las Azores´.

En esta ocasión, y a diferencia de lo ocurrido tras la victoria de Rodríguez Zapatero en las generales de hace justo un año -se estableció contacto mediante un fax emitido desde la embajada de Madrid-, el presidente de Estados Unidos sí se ha encargado de llamar personalmente al líder socialista portugués para felicitarle por su elección como primer ministro, como ha recogido detalladamente la prensa lusa durante estos días.

Sólo unas semanas después de las elecciones generales del 20 de febrero que dieron una histórica victoria por mayoría absoluta a los socialistas portugueses, recibida con gran entusiasmo por Rodríguez Zapatero esa misma noche, la administración estadounidense cumplía con el rigor del protocolo diplomático. El viernes 4 de marzo, Bush telefoneaba a su homólogo, recién electo, para felicitarle por la victoria.

Según han explicado fuentes del propio ejecutivo luso, la conversación fue distendida. Durante el intercambio de palabras, Sócrates manifestó la voluntad de Portugal en seguir profundizando sobre las relaciones bilaterales entre los dos países. Los dos dirigentes se mostraron de acuerdo en la necesidad de fortalecer las labores de cooperación internacional en las que ambos países participan, en clara alusión al proceso de democratización que experimenta el pueblo de Iraq.

Sobre este punto, la llegada del partido socialista al poder no ha supuesto un cambio total respecto a la política que mantenía el anterior ejecutivo de centro derecha que antes de partir a Bruselas lideraba Durao Barroso. De hecho, el propio Sócrates se ha encargado de encomendar la cartera de Asuntos Exteriores a un líder histórico de la derecha portuguesa, Diogo Freitas do Amaral, ex presidente de la Asamblea General de la ONU.

Tras un encuentro el pasado lunes con la encargada de negocios de EEUU en Lisboa, el titular de la cartera de Exteriores resumía el contenido de la charla al semanario Expresso y explicaba cómo el ejecutivo portugués piensa colaborar sin cualquier tipo de reservas con su homólogo estadounidense.

El primer ministro Sócrates comunicó la semana pasada al presidente Jorge Sampaio la lista de los 16 ministros de su nuevo Ejecutivo. En el caso del líder socialista portugués, la paridad de su equipo tiene que ver con el color político de sus miembros, ya que ocho de los ministros elegidos son socialistas y los otros ocho, independientes.

EEUU sigue sometiendo a España a un evidente vacío diplomático. Las relaciones entre George Bush y José Luis Rodríguez Zapatero discurren paralelas un año después, al margen del simbólico “¿qué tal amigo?” intercambiado hace unas semanas en la cumbre europea y de algunos despachos mantenidos entre ministros para la puesta al día de las agendas.

George W. Bush