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La Generación Z y el empleo: qué buscan los jóvenes y qué deberían hacer las empresas para atraerlos

Por EC Brands

La Generación Z tiene claro lo que quiere en una empresa… y lo que no. Ahora, son las compañías las que se acercan a los jóvenes con un enfoque diferencial para atraer a un talento necesario

La búsqueda de empleo ha cambiado mucho en los últimos años. Del CV de toda la vida a la búsqueda en LinkedIn; de la entrevista tradicional a la exposición en redes sociales; de las competencias duras (hard skills), más centradas en la formación, a las competencias o habilidades blandas (soft skills), que buscan aspectos del profesional más allá de lo puramente académico.

Este cambio se observa especialmente en las personas más jóvenes, que están registrando un cambio de paradigma: en un contexto de empoderamiento profesional, las nuevas generaciones tienen muy claros los aspectos que les van a hacer decantarse por una oferta o por otra. Y es que "ahora el proceso de selección es inverso y prácticamente son los chicos quienes están seleccionando a las empresas", asegura Claudia Sandia, responsable de captación y selección de talento junior de Universia, que busca impulsar la empleabilidad del talento junior conectando a las empresas con las universidades y centros educativos.

¿Qué buscan los jóvenes en las empresas?

Y en un contexto de este tipo, ¿qué buscan las jóvenes generaciones a la hora de trabajar? Según el Work Monitor de Randstad, hay varios factores especialmente valorados. Uno de ellos tiene que ver con la conciliación: para casi dos tercios de los encuestados, la vida privada es más importante que la laboral. Dicha conciliación se sitúa en la misma posición que el salario en la lista de prioridades (93%), por encima de cualquier otra. De hecho, a la hora de decidir el próximo paso en su trayectoria profesional, la conciliación de la vida laboral y familiar es aún más importante (57%) que un salario más alto (55%).

La Generación z y sus prioridades profesionales

Otra de las claves pasa por la misión de la empresa, ya que los nacidos entre los 90 y 2010 forman parte de "una generación más informada, pero también que demanda más, muy preocupada por la responsabilidad social de las empresas y por que las compañías tengan una correspondencia con sus propios valores", continúa Sandia. Y es que, en un informe de KPMG, se observa que más de un tercio de los encuestados afirma que no aceptaría un empleo si no estuviera de acuerdo con los valores de sus dirigentes, mientras que más de la mitad considera importante la postura y las medidas adoptadas por la empresa en cuestiones sociales. Esta incidencia tiene un claro componente generacional: la Generación Z es precisamente la que mayor vinculación muestra a la alineación con dichos valores.

La Generación z, alineada con los valores de su empresa

No aceptaría un empleo si la empresa no se alinea con mis valores sociales y medioambientales:

El convencimiento de esta generación es tal que otro informe, en este caso elaborado por Deloitte, insiste en el mismo punto: el 85% de los encuestados de la Generación Z y el 89% de los millennials aseguran que tener un propósito es importante para su satisfacción y bienestar laboral. Es más, el 84% de los primeros y el 87% de los segundos se muestran más dispuestos a rechazar trabajos o empleadores que no se alineen con sus valores.

Sandia cree firmemente que ha habido un cambio "con respecto a las generaciones precedentes y ahora los jóvenes se acercan a las empresas diciendo: 'Yo voy a aportar mi conocimiento y contribuir a tus proyectos. ¿Cuál es tu oferta de valor para mí?'".

Y la oferta de valor, en ocasiones, debe pasar por otro de los factores esenciales: la formación. Más de un tercio de los trabajadores (36%) llega a afirmar que no aceptaría un empleo si no ofreciera oportunidades de aprendizaje y desarrollo. Y dentro de estas oportunidades, la inteligencia artificial y los conocimientos tecnológicos representan en conjunto casi el 60% de las principales competencias que quieren desarrollar.

Diferenciación para seducir al talento joven

En este contexto, ser una empresa atractiva para la Generación Z se torna en un reto que no solo pasa por unas buenas condiciones laborales y sociales, sino también incluso por una diferenciación a la hora de encontrar dicho talento.

"Cada vez son más comunes experiencias como los encuentros de networking o las competiciones de talento, porque para las compañías son una forma de presentarse y, a la vez, de conocer y seducir a jóvenes con el perfil que buscan", incide Sandía. Sin ir más lejos, en las competiciones de talento, también llamadas retos (challenges) o 'hackaton', se propone una cuestión que los participantes, generalmente universitarios o recién titulados, deben resolver. Las temáticas cambian según el ámbito de interés de cada empresa, pero su esquema es siempre parecido: una campaña para dar a conocer la convocatoria; una fase de ejecución; y un cierre final cuando se da a conocer el resultado y los ganadores, y pueden desarrollarse en eventos presenciales o íntegramente online.

Como recompensa más inmediata, estos desafíos suelen incluir un reconocimiento académico y un premio económico para los ganadores y ofrecen la posibilidad de hacer networking conociendo a otros compañeros universitarios con inquietudes parecidas, así como a los responsables de recursos humanos de las empresas. También pasan por ser un aprendizaje sobre cuáles son las demandas del mercado laboral y un contexto propicio para los 'reclutadores de talento' de las empresas, que tienen la posibilidad de observar cómo se desenvuelven los participantes, su capacidad para comunicarse, trabajar en equipo o tomar decisiones, de una manera muy natural, sin la presión que puede darse en un proceso de selección.

Eso es precisamente lo que busca el Challenge Universitario sobre transición energética que Fundación Repsol promovió en 2024, dirigido a los estudiantes de grado, máster y doctorado de toda España "para que contribuyeran con sus ideas a resolver el puzzle de la transición hacia una economía descarbonizada", explica Arantza Hernanz, gerente de Educación y Conocimiento de Fundación Repsol. Y es que "es muy importante avanzar en la transición energética y hacerlo de manera ordenada e inteligente, manteniendo la competitividad de nuestra industria y sectores productivos. Por eso nos parece clave contar con el talento universitario".

Para Claudia Sandia, "estas competiciones son una propuesta diferencial que permite a las compañías destacar entre el abanico de ofertas que existen en el mercado, potenciar su marca empleadora y llegar a una audiencia que quizás de otra manera no conseguirían".

En Repsol, además, cuentan con el programa de prácticas para jóvenes ‘Talent Energy’, donde les ofrecen no solo desarrollarse profesionalmente, sino también reforzar y ampliar sus conocimientos y capacidades mientras participan en proyectos muy diversos en el ámbito de la energía: transformación industrial y economía circular; tecnologías de la información y digitalización o energías bajas en carbono, entre otros.

Se trata, en definitiva, de ser conscientes de que las tornas han cambiado. En un ambiente laboral cada vez más específico, competitivo y con escasez de talento, el talento joven ha accedido a la posibilidad de elegir en qué empresas quiere trabajar, adecuando su elección a criterios tanto económicos como sociales, de valores o de desarrollo personal. Y en un contexto de este tipo, las empresas van evolucionando para reclutar el mejor talento posible.