“El talento de las personas superará a la inteligencia artificial”
Por EC BrandsFotos: Jorge Álvaro
Para Guille Lorbada, experto de Repsol en nuevas formas de trabajo, estamos a las puertas de un cambio de paradigma que implica aplicar la inteligencia artificial generativa a nuestro día a día.
Ingeniero de telecomunicación, doctor en Innovación y emprendedor precoz en permanente aprendizaje, Guille Lorbada pasa por ser uno de los mayores expertos en nuevas formas de trabajo y así lidera el área del mismo nombre en Repsol.
El gerente de nuevas formas de trabajo de la compañía lo tiene claro; el futuro pasa por caminar hacia fórmulas flexibles de trabajo e incorporar la inteligencia artificial generativa como copiloto para ganar en eficiencia y vivir mejor. Hablamos con él sobre los nuevos modelos de trabajo, las jerarquías, los equipos ‘líquidos’ y el papel que la tecnología tiene en todo ello.
Retrocedamos una década en el mundo laboral. ¿Cuál ha sido el mayor cambio en los últimos diez años?
El contexto externo. El mundo cada vez cambia más deprisa y repercute sobre los negocios, el trabajo, el liderazgo y la propia vida. La adaptación y el aprendizaje continuo son dos cuestiones absolutamente fundamentales. Al traducir la rapidez de estos cambios a las empresas nos encontramos con que se requiere de una organización más ágil, ligera y dinámica.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de nuevas formas de trabajo?
Todas esas pequeñas cosas que, como personas, podemos hacer en el día a día para trabajar y vivir mejor. Se trata de combinar todas las acciones y herramientas que nos ayudan a mejorar como organización, a seguir siendo relevantes. Con otro enfoque más global, y en función del nivel de madurez de la compañía, puede significar una cosa u otra. Por ejemplo, para algunas compañías se limita al teletrabajo, que es una parte pequeña. En Repsol tenemos una visión global e integral donde convergen muchos elementos: cómo trabajamos, cómo nos organizamos y cómo lideramos.
¿Cuáles serían los elementos nucleares de esa óptica integral?
En nuestro modelo de trabajo tenemos cuatro ingredientes, y como en la receta de una abuela, es capaz de adaptar lo mejor que tiene para los que vienen a comer. La receta para una transformación exitosa es la interrelación entre los cuatro ingredientes: un liderazgo con visión clara y alineada; una organización plana y flexible; un espacio de trabajo digital y un pensamiento muy adaptable o lo que los anglosajones denominan adaptive thinking practices, es decir, prácticas y métodos ágiles.
¿Y qué hace falta para llevarlo a cabo?
Destacaría las capacidades que tenemos que generar para el futuro y, por otro, lo que denominamos equipos líquidos: talento multidisciplinar para adaptarse rápido al mercado y a las necesidades del cliente. ¿Y cómo lo hacemos? Sobre tres elementos habilitadores: las personas, la tecnología y los espacios. Al final va de generar talento para el futuro y futuro para el talento.
"Hay que generar talento para el futuro y futuro para el talento"
¿Se desinfla el modelo clásico de jerarquía?
Caminamos hacia un modelo operativo dual que permite operar en paralelo dos tipos de estructuras: una más jerárquica –en un sentido clásico– y otra de trabajo en red, aprovechando lo mejor de ambas. La mayor parte de las compañías tratamos de encontrar un punto intermedio. Permite un trabajo más fluido que acelera la toma de decisiones, desarrolla perfiles intercambiables y opera en la transversalidad para romper silos haciendo que la colaboración sea más eficiente. También se requiere de un tipo de líder que adapte el liderazgo al contexto de cada momento.
Estamos hablando de cambios en las fórmulas y formas de trabajo. ¿Esto es así? ¿Realmente las empresas quieren cambiarlas?
Por los datos globales que tenemos, sí. Quieren, pueden y saben. Y para que ocurra, primero tienen que necesitarlo. Todo viene dado por un contexto que en nuestro caso es el compromiso de acelerar la transformación (figura en el Plan Estratégico). Repsol fue la primera compañía del sector en el mundo que se comprometió a ser una compañía cero emisiones netas para 2050. Estamos poniendo muchos recursos, esfuerzo y talento para que eso ocurra.
Hablemos de las nuevas realidades que nos dejó la pandemia. El mejor ejemplo es el teletrabajo
El teletrabajo ya no es 100% como sucedió –de forma excepcional– en la pandemia. Sin embargo, el teletrabajo ocasional o el trabajo híbrido (uno o varios días por semana) no deja de crecer. Y esto es una tendencia clara, tanto en España como en Europa.
Hay trabajos que pueden desarrollarse en remoto, los hay netamente presenciales y existe una gama de grises amplísima. Nosotros empezamos apostando por el teletrabajo en 2007, así que ya teníamos unas habilidades generadas y ahora, avanzamos hacia un modelo de trabajo híbrido y flexible que combina lo mejor de los dos mundos: teletrabajo y presencial, porque llegamos a la conclusión de que es posible y compatible.
¿El futuro, entonces, pasa por un modelo híbrido?
Sin duda, el futuro es un modelo flexible. Nosotros promovemos, precisamente, ese modelo híbrido y flexible entre la presencia física en la oficina y el teletrabajo, de acuerdo a tres factores: las necesidades de la persona; las que requiere el puesto y el equipo y las del cliente. Esto permite planear agendas diferentes en función de cada semana apostando por tres objetivos: mejorar la eficiencia, la cohesión de los equipos y el balance entre la vida personal y profesional. Hemos de sacar partido de lo mejor de la presencialidad, que es la innovación, las relaciones humanas... y de lo mejor de lo remoto: la colaboración asíncrona, el tiempo de concentración...
¿Es viable una jornada laboral de cuatro días en España?
Se han dado pasos y aún queda mucho camino por andar. Es importante orientarse hacia modelos flexibles que puedan adaptarse a las necesidades de cada persona en cada momento y a las necesidades de cada negocio, con sentido común, que también permite a las personas trabajar en remoto, deslocalizar y teletrabajar desde sus pueblos o una segunda residencia.
¿Qué papel juega la tecnología en estos nuevos modelos de trabajo?
Es un habilitador fundamental y parte del ecosistema. Estamos a las puertas de un cambio de paradigma mucho mayor: aplicar la inteligencia artificial generativa al día a día. ¿Qué supone? Que esta IA hará de copiloto o asistente del trabajador en muchos tipos de tareas, como complemento a la propia creatividad, tareas más rutinarias, análisis de datos, etc., ahorrando tiempo que podamos dedicar a aquello que solo podamos desempeñar las personas. Llevamos años trabajando en iniciativas internas buscando y aplicando soluciones de IA a necesidades del negocio.
"La IA hará de asistente del trabajador en muchas tareas como complemento a la propia creatividad"
¿Por ejemplo?
Hemos hecho un piloto de IA generativa con comerciales, combinando datos de los sistemas de gestión de clientes y la plataforma de colaboración para ofrecer análisis y conclusiones en tiempo real, creación de contenidos, etc., para que puedan dedicar el tiempo al contacto con los clientes. Tenemos ejemplos de IA aplicada a la movilidad interna, a la búsqueda inteligente de normativa de seguridad y medio ambiente, creación de contenido multimedia, desarrollo de asistentes inteligentes, generación de código para el desarrollo de soluciones tecnológicas y así hasta más de 250 ideas que demuestran el potencial transformador que tiene la IA Generativa para incrementar la productividad y facilitar el día a día de los empleados.
Es tan relevante que hemos creado el primer centro de competencia digital de nuestro sector en el ámbito europeo para explorar las capacidades de la IA generativa, contando, además, con un grupo multidisciplinar que se dedican a entender las implicaciones éticas. A nivel global, el marco de inteligencia artificial ha de ser, por un lado, responsable; es decir, que responda a criterios éticos, que sea capaz de evitar sesgos sobre la base de una información fidedigna. Y en segundo lugar, que sea explicativa, es decir, que sea capaz de explicar los criterios y razones por los que te propone unas cosas sí y otras cosas no.
Usar bien la IA es una oportunidad para el futuro del trabajo y la revolución industrial 4.0. Ahora la inteligencia artificial es inteligencia y es artificial, pero no es talento. El talento lo ponemos las personas en el día a día y eso es y seguirá siendo insustituible. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para multiplicar nuestra capacidad como humanos, y para hacer más humano el trabajo.
Hablando de tareas que nos ralentizan, un ejemplo: esas largas reuniones a las que se señala como enemigas de la productividad
Es un hecho que desde el inicio de la pandemia el tiempo de reuniones se incrementó un 250%. En el mundo digital no había una sala que limitase el número de personas. El reto que abordamos es reducir esos tiempos, colaborar más en asíncrono y más eficientemente y poder aumentar el tiempo de concentración, de trabajo personal y de contactos espontáneos, que restan concentración para generar nuevas estrategias.
A la hora de buscar talento, ¿qué buscan las empresas en sus candidatos?
Lo más relevante, sin duda, es el encaje de las personas candidatas con la compañía, su cultura organizativa y que sean personas que compartan y hagan suyo el propósito de compañía. Y como habilidades clave, destacaría la curiosidad y la motivación; la habilidad de seguir evolucionando y aprendiendo; y el pensamiento creativo, crítico y adaptable. La diversidad enriquece y genera más opciones de futuro. La generación Z que empieza a incorporarse aporta nuevas habilidades y pensamiento digital y tecnológico. Y el aprendizaje cruzado con personas de más experiencia es crucial para tener visiones complementarias que tienen un efecto multiplicador.
"La generación Z aporta nuevas habilidades y pensamiento digital y tecnológico"
¿Y por parte de los profesionales? ¿Qué tiene que tener una empresa para que quieran trabajar en ella?
Lo primero, de nuevo, que el propósito de la compañía les encaje. Y después, la propuesta de valor al empleado; que cubre de un extremo a otro todo lo que ocurre en el día a día y en la vida laboral: salario, salario emocional (que no es lo mismo), desarrollo y progresión, recursos, espacios, tecnología y beneficios personalizados. Enganchar a las personas a través de un win-win (ganar y ganar) para ambas partes. En definitiva, lo que buscamos es ser más productivos y a la vez más felices cada día.