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Los españoles que teletrabajan ganan 63 minutos al día (y gastan parte en trabajar más)
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EL EMPLEO DEL TIEMPO

Los españoles que teletrabajan ganan 63 minutos al día (y gastan parte en trabajar más)

Una nueva investigación muestra en qué gastamos el tiempo que ahorramos cuando la pandemia nos obligó a teletrabajar de manera generalizada

Foto: Usuarios del metro de Madrid. (Reuters/Susana Vera)
Usuarios del metro de Madrid. (Reuters/Susana Vera)

Hace tres años, millones de españoles se encontraron con dos cosas que cambiarían sus vidas: una pandemia y el teletrabajo. El segundo ha ido extinguiéndose a medida que la primera se relajaba y la frase “el teletrabajo ha venido para quedarse” se escucha cada vez menos. Aquellos que se beneficiaron de él ahorraron una cantidad importante de tiempo cada día. Concretamente, 63 minutos, como señala un working paper llamado Time Savings When Working From Home. Aproximadamente, el tiempo que uno tarda en ver tres capítulos de Friends o en dar 13 vueltas al perímetro del Santiago Bernabéu.

Ni siquiera somos uno de los países donde más tiempo ahorramos al teletrabajar: países orientales como China (102 minutos, casi dos horas) o Japón (100) nos superan. La media entre los 27 países analizados es un ahorro de 72 minutos diarios. Hay muy pocos países en los que el ahorro de tiempo sea menor: solo Francia (62 minutos), Italia (61), Suecia (60), Estados Unidos (55), Polonia (54) y Serbia (51) están por debajo.

El 31% del tiempo ahorrado se reinvierte en trabajar aún más

Lo irónico es que gran parte de ese ahorro de tiempo se reinvierte en trabajar aún más. En España, casi un tercio (31%) de esos minutos que pasábamos en el transporte o el automóvil ahora se destina a seguir trabajando. Del resto, la mayor parte de ese tiempo se destina al ocio (41%) y lo que queda (12%), al cuidado de los seres queridos. Como recuerda la investigación, el valor para las familias que supone este ahorro de tiempo supone alrededor de un 2,2% del sueldo neto.

“Hicimos una encuesta en 27 países de todo el mundo, y lo llamamos la Encuesta general de organización laboral [Global Survey of Working Arrangements, G-SWA]”, explica a El Confidencial el principal autor, Cevat Giray Aksoy, director asociado e investigador principal del economista jefe del Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo en Londres (EBRD).

La encuesta, realizada durante el deshielo de la pandemia (en verano de 2021), presenta un panorama muy beneficioso para el trabajador, que de repente se encontró con que disponía de una cantidad inesperada de tiempo libre entre sus manos. Cuando los investigadores preguntaban a los encuestados si estarían dispuestos a aceptar una rebaja en su sueldo a cambio de teletrabajar, respondían que “estarían dispuestos a un recorte de hasta un 5% por trabajar dos o tres días desde casa, lo que demuestra que la gente está dispuesta a pagar por tener más flexibilidad, y lo que es más importante, que han calculado que eso es lo que ahorran al no tener que comer fuera, desplazarse, etc.”.

Qué harías con una hora más de vida

Aunque empleamos alrededor de una tercera parte de nuestro tiempo recuperado en trabajar, somos el país que menos destina a esta labor (junto con Alemania, que también se encuentra en el 31%) y más al ocio. Los países que más tiempo dedican a su trabajo (o segundo empleo) son China (46%) o Corea del Sur (40%).

Para Aksoy, la explicación probablemente sea cultural, aunque también pueda dar una pista de la necesidad que tienen los trabajadores de algunos países de pluriemplearse (como ocurre en Estados Unidos, con un 42%): “Si te fijas, la mayoría de países asiáticos usan la mayor parte de su tiempo ahorrado en trabajar, probablemente porque allí el trabajo duro y el éxito son importantes, y hay un estigma asociado a no trabajar lo suficiente”, explica el investigador.

“Por otra parte, hay otras culturas donde no tienen tanto problema en dedicar su tiempo al ocio y otras actividades, y probablemente España sea uno de esos países donde la gente valora disfrutar de su tiempo libre”, prosigue Aksoy. “Creo que está muy bien, porque la gente ya trabaja muchas horas, así que cuando se ahorran el desplazamiento no veo por qué tendrían que emplear su tiempo en seguir trabajando”. Para el investigador, también hay algo cultural en la confianza interpersonal que es necesaria para que se implante el teletrabajo: los países donde más se fían unos de otros permiten una mayor flexibilidad laboral.

Cuanto más alto es el nivel educativo del trabajador, más tarda en llegar

Sus datos también muestran que las mujeres suelen gastar más parte de ese tiempo recuperado en las labores del hogar: 11,4 minutos entre las madres por los nueve minutos de los padres. El investigador realiza una lectura positiva, porque a pesar de la distancia temporal, el teletrabajo facilita que los hombres destinen más tiempo al cuidado de sus hijos: “Hay diferencias entre hombres y mujeres, sí, pero son muy pequeñas”, matiza. “Más bien, creo que trabajar desde casa hace que la división del trabajo sea más igualitaria”. Especialmente entre los trabajadores más jóvenes. El propio investigador reconoce que esperaba encontrar que la diferencia fuese mucho mayor.

Además, cuanto más alto es el nivel educativo de un trabajador, más tiempo pierde en sus desplazamientos. De media, 10 minutos más. Para Aksoy, que vive en Londres, la principal razón es que cada vez hay menos motivos para vivir cerca del trabajo si se puede teletrabajar: “Esta clase de trabajadores ha pasado de una jornada de lunes a viernes a otra que podía decirse de martes a jueves, así que las ciudades tienen que buscar incentivos para que la gente quiera abandonar sus casas e ir a trabajar, pues de lo contrario, si no hay ciertas comodidades, la gente no se quedará mucho tiempo”, explica.

El futuro del teletrabajo

El tiempo varía sensiblemente entre sectores. Mientras que los encuestados del sector de las finanzas solían trabajar de manera presencial casi por completo, los del sector tecnológico o startups trabajaban desde su hogar. Otros no lo hacían en absoluto. Como recuerda Aksoy, hay una gran parte del mercado laboral que no puede teletrabajar nunca, y que no disfruta de ninguno de estos beneficios. “La gran mayoría de trabajadores cualificados puede trabajar desde casa, pero los no cualificados tienen que ir a la fábrica, al supermercado o al restaurante, por lo que cuando se habla de los beneficios de trabajar desde casa hay que tener en cuenta que afecta sobre todo a los de un nivel económico y educativo más alto”.

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Foto: Reuters/Jon Nazca.

Uno de los grandes peligros del teletrabajo, añade Aksoy, es que la desaparición de miles de trabajadores de sus centros de trabajo impacta en la economía que existía alrededor de las empresas, como los restaurantes, que contratan en todos esos trabajadores de sueldos más bajos y que no pueden beneficiarse del teletrabajo. El investigador visitó hace poco Nueva York y se dio cuenta de que muchos negocios del centro financiero seguían cerrados, “y la cosa no tiene buena pinta”.

Durante la charla, el investigador vuelve a repetir el adagio de que “el teletrabajo ha llegado para quedarse”, aunque según sus cálculos el tiempo que los trabajadores ahorrarán al día después de la pandemia se habrá reducido a la mitad. Lo hará, entre otras cuestiones, por competencia entre empresas: “A largo plazo, trabajar desde casa tendrá implicaciones salariales, ya que afectará a la posición negociadora de los trabajadores y los impuestos, debido a los trabajadores nómadas”, recuerda el autor. “Si las empresas piden a sus trabajadores que vuelvan de forma presencial, cuando tengan la opción, habrá salidas hacia las que les ofrezcan condiciones más flexibles”.

"Lo ideal sería acudir a trabajar todos a la vez, pero eso reduce la flexibilidad"

Como otros especialistas en teletrabajo, Aksoy considera que el modelo ideal es el híbrido, en el que los trabajadores acudan a la oficina dos o tres veces a la semana. De hecho, los trabajadores consultados no deseaban trabajar continuamente desde su casa, sino alternar su presencia en la oficina con el hogar. “Trabajo con colegas de 30 países diferentes, pero también me gusta ir a trabajar uno o dos días para ponerme al tanto y porque hay información que no puedes obtener de otra manera”, recuerda. ¿El problema imposible de resolver? Que lo ideal sería que lo hiciesen todos los compañeros al mismo tiempo, pero eso reduce la flexibilidad antes citada.

Según los resultados de los investigadores, hay todo un día de diferencia entre el tiempo que querrían teletrabajar los empleados consultados y lo que sus jefes desearían que trabajasen de manera presencial. En marzo, volverán a hacer la misma pregunta, y Aksoy está ansioso por ver si la brecha se ha estrechado o se ha ampliado, confiesa antes de salir a correr por su barrio. Ventajas del teletrabajo.

Hace tres años, millones de españoles se encontraron con dos cosas que cambiarían sus vidas: una pandemia y el teletrabajo. El segundo ha ido extinguiéndose a medida que la primera se relajaba y la frase “el teletrabajo ha venido para quedarse” se escucha cada vez menos. Aquellos que se beneficiaron de él ahorraron una cantidad importante de tiempo cada día. Concretamente, 63 minutos, como señala un working paper llamado Time Savings When Working From Home. Aproximadamente, el tiempo que uno tarda en ver tres capítulos de Friends o en dar 13 vueltas al perímetro del Santiago Bernabéu.

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