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Vox intenta retrasar la presidencia de Ayuso al 11 de septiembre para subir la presión
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con la fórmula de un pleno sin candidato

Vox intenta retrasar la presidencia de Ayuso al 11 de septiembre para subir la presión

El 2 de julio, la Asamblea de Madrid debe proponer un candidato para la investidura del día 11. Si Ayuso no suma a los 12 diputados de Vox, todo se retrasaría a septiembre

Foto: Rocío Monasterio e Isabel Díaz Ayuso (d), en el centro de la imagen.
Rocío Monasterio e Isabel Díaz Ayuso (d), en el centro de la imagen.

Empieza una nueva partida en el tablero político. Un nuevo escenario tras el anuncio de Vox de romper con el PP en aquellos ayuntamientos en los que "se ha incumplido lo firmado" con los populares, como en la capital. En el consistorio de Madrid, y en otras ciudades en las que PP y Ciudadanos gobiernan en coalición, Vox pasará a la oposición. Un capítulo mal cerrado que sirve de preámbulo al siguiente: la negociación en la Comunidad de Madrid. Vox tiene un plan, y pasa por presionar con los tiempos a la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso, para firmar en esta ocasión un acuerdo mucho más concreto y más ambicioso.

Y es que los plazos juegan en favor de la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio. Este martes 2 de julio, el presidente de la Asamblea de Madrid, el diputado de Ciudadanos Juan Trinidad, tiene que proponer un nombre como candidato o candidata a la Comunidad de Madrid. Un nombre que reúna los suficientes apoyos para poder ser investido en el pleno que como muy tarde se tiene que celebrar el 11 de julio. Antes de que llegue el martes, Trinidad tiene que iniciar consultas con los seis grupos parlamentarios para encontrar ese candidato que sume una mayoría.

Foto: Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona, en el Congreso. (EFE)

El representante socialista, Ángel Gabilondo, que ganó las elecciones, puede presentar 64 apoyos (los 37 diputados de su grupo, los 20 de Más Madrid y los siete de Podemos). La popular Isabel Díaz Ayuso, por su parte, solo cuenta de momento con 56 (los 30 del PP y los 26 de Ciudadanos). El reglamento de la Asamblea es claro. Si en la primera votación no se alcanzara la mayoría absoluta requerida (67 votos), "se someterá la misma propuesta a una nueva votación 48 horas después de la anterior, y la confianza de la Asamblea se entenderá otorgada si se obtuviere mayoría simple de los diputados presentes".

Vox muestra el documento en el que el PP se compromete a darle "concejalías de gobierno"

Por eso, el presidente de la Asamblea sabe que es un riesgo proponer a Gabilondo como candidato si Ayuso no ha sumado antes el apoyo de los imprescindibles 12 diputados de Vox. El reglamento deja abierta otra posibilidad, incluida tras la última reforma del texto: fijar para el 11 de julio un pleno sin candidato, que se puede celebrar "en el supuesto de que, tras la consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación en la Cámara, la Presidencia de la Asamblea no pudiera proponer al Pleno un diputado como candidato a la Presidencia de la Comunidad". En dicha sesión, "se dará cuenta al Pleno de la imposibilidad de proponer un candidato, abriéndose un turno de intervención de diez minutos por grupo para explicar su posición".

placeholder La candidata del PP a la presidencia regional, Isabel Díaz Ayuso, y el líder de Cs, Ignacio Aguado. (EFE)
La candidata del PP a la presidencia regional, Isabel Díaz Ayuso, y el líder de Cs, Ignacio Aguado. (EFE)

Es decir, un simple debate para fijar posiciones y reproches. Esto conllevaría nuevas negociaciones, con fecha límite el 11 de septiembre para realizar un nuevo pleno de investidura con un candidato ya consensuado. Si el 11 de septiembre no hubiese acuerdo, o lo que es lo mismo, "ningún candidato hubiere obtenido la confianza de la Asamblea, esta quedará disuelta, convocándose de inmediato nuevas elecciones". Es la gran baza de Vox, jugar con el tiempo para aumentar su presión sobre Ayuso, que sí o sí necesita el apoyo de los de Monasterio. Desde Vox, siempre han señalado que "no hay prisa" y "que nos podemos ir a septiembre".

Una amenaza velada que empieza a tomar fuerza después de la 'traición' del PP en el Ayuntamiento de Madrid. De momento, las negociaciones entre PP y Vox están rotas. Al menos según Vox. El PP quiere restablecer los contactos oficiales (oficiosos ha habido) y sueña con un imposible: una mesa a tres entre Ayuso, Monasterio y el líder de Ciudadanos, Ignacio Aguado. El jefe del equipo negociador de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, señaló este martes que Monasterio se pondría este miércoles en contacto con los otros grupos parlamentarios para presentarles los puntos principales de su programa y que el partido que los asuma "razonablemente" tendrá su apoyo.

Ignacio Aguado califica los pactos del PP como un "juego de trileros"

'A priori', parece inverosímil que Vox apoye al PSOE, Más Madrid o Podemos, por lo que fuentes populares y de Ciudadanos creen que los órdagos de Vox son simples faroles y que el bloque del centro derecha está obligado a entenderse. La cuestión es si ese entendimiento llegará en julio o habrá que esperar a septiembre. Otras fuentes hablan de la "teatralización" de la negociación, necesaria para que Vox intente obtener un mejor acuerdo. Cuando se negoció la Mesa de la Asamblea, un pacto que llegó a última hora, Monasterio aseguró que había firmado un pacto para entrar en el futuro Gobierno, un documento que el PP rebajó a un principio de pacto para respetar solo la proporcionalidad de los votos de Vox.

Este martes, Vox rebajó el discurso y aseguró que ya no quiere meter en la negociación el reparto de sillones sino centrarse solo en el programa y en puntos de acuerdo que hablen de "libertad ideológica", "bajada de impuestos", "inmigración ilegal" o "supresión de subvenciones a chiringuitos". Luego está el tercer elemento en discordia, que sigue siendo Ciudadanos, cuya línea roja se mantiene clara. De momento. Su socio preferencial solo es el PP, con el que ya lleva negociando unos días un Gobierno para Madrid y un programa. Una ecuación en la que no entra Vox. Una tesitura difícil para Ayuso, que sigue sin conseguir la mesa a tres que demandaba Monasterio.

placeholder El candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, y el de Más Madrid, Íñigo Errejón. (EFE)
El candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, y el de Más Madrid, Íñigo Errejón. (EFE)

Desde Vox Madrid prefieren ser prudentes. Pero aseguran que han aprendido con la fallida negociación del Ayuntamiento de Madrid, en la que habían pactado por escrito con el PP tener "concejalías de gobierno y responsabilidades directivas en entes municipales", que en número y presupuesto guardarían proporción a los resultados electorales. Ni presidencia de juntas de distrito ni concejalías delegadas (que no se sientan en la Junta de Gobierno). En la Comunidad de Madrid no caben fórmulas intermedias, porque todas las consejerías se sientan en el Consejo de Gobierno. Y Ciudadanos no quiere a Vox en la Casa de Correos, sede del Ejecutivo regional.

Díaz Ayuso asegura que el pacto con Vox en la Comunidad de Madrid ''no peligra en absoluto''

Desde el PP siempre han barajado convencer a Vox con puestos en empresas públicas, que no están dentro de la estructura del Gobierno autonómico. Un 'caramelo' difícil de endulzar porque Vox piensa precisamente en adelgazar la Administración regional y eliminar algunos de estos entes. "No sabemos si Vox va a subir su apuesta y reclamar consejerías o por el contrario han cambiado de estrategia y se han dado cuenta de que incluso les sería más rentable alcanzar solo un buen acuerdo programático pero estar en la oposición, que quema menos que estar en el Gobierno", explican fuentes del PP.

Lo que está claro es que el viernes pasado Ayuso escribió a Monasterio para pedirle que retomara las negociaciones y este martes no había recibido respuesta, por lo que se ha perdido un tiempo precioso y el reloj apremia. Estos días hasta el viernes serán clave. Las exigencias de Vox marcarán el camino a seguir por el presidente de la Asamblea, que el martes 2 deberá mover ficha.

Empieza una nueva partida en el tablero político. Un nuevo escenario tras el anuncio de Vox de romper con el PP en aquellos ayuntamientos en los que "se ha incumplido lo firmado" con los populares, como en la capital. En el consistorio de Madrid, y en otras ciudades en las que PP y Ciudadanos gobiernan en coalición, Vox pasará a la oposición. Un capítulo mal cerrado que sirve de preámbulo al siguiente: la negociación en la Comunidad de Madrid. Vox tiene un plan, y pasa por presionar con los tiempos a la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso, para firmar en esta ocasión un acuerdo mucho más concreto y más ambicioso.

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