Casado salva los muebles con los resultados de Madrid, pese al descenso general del PP

Después del desastre del 28-A, Pablo Casado salvó el trance de las elecciones municipales, autonómicas y europeas con unos resultados que le permiten mantener el grueso del poder regional en los feudos del PP, aunque sea a partir de ahora compartido con Ciudadanos y Vox. Los populares solo pierden de entrada La Rioja, pero podrán recuperar la alcaldía de Madrid y aspiran a hacerse con el Gobierno de la Comunidad de Aragón con el bloque del centro derecha (incluidos los regionalistas del PAR). Casado pudo estrenarse en un remedo del balcón de la sede de Génova, el de las victorias, escoltado por sus candidatos a la Comunidad de Madrid y al ayuntamiento de la capital: Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida.

Ante la fragmentación del voto, en especial en el centro derecha, el PP obtuvo los peores resultados globales de su historia en las tres urnas, pero tiene opciones para mantener el control (compartido ahora) en la mayoría de las administraciones autonómicas tradicionalmente más afines y que consideraba en peligro: Madrid, Castilla y León y Murcia. Los candidatos populares frenaron en seco la irrupción de Vox (recuperaron un tercio de los votos que se les fueron en las generales) y multiplicaron la distancia sobre Ciudadanos en toda España.

Si en Madrid estaba a prueba la capacidad de supervivencia de Casado al frente del PP, al sucesor de Mariano Rajoy la jugada le salió redonda en rendimiento del voto: sus candidatos quedaron segundos, pero sumando sus fuerzas con Cs y Vox, superan a Manuela Carmena y al socialista Ángel Gabilondo aunque el bloque de izquierdas se agrupe en su contra.

Además, Díaz Ayuso y Martínez-Almeida eran apuestas personales del presidente del partido y, pendientes de los pactos con la competencia directa en los comicios, se erigen en nuevos barones del PP, los primeros estrictamente casadistas.

Las elecciones europeas replican los datos para la esperanza que defiende la dirección del PP, al alcanzar el objetivo que se habían fijado de recoger 12 escaños, cuatro menos que en 2014, pero cinco más que Ciudadanos. Será el grupo parlamentario más reducido que han tenido los populares en Bruselas.

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Después del descalabro del 28-A, Casado recuperó su empuje y el tono habituales para celebrar como una victoria los resultados de sus candidatos en Madrid y pedir más tiempo para recomponer el partido. Desde un escenario improvisado montado a las puertas de Génova 13 que venía a suplir al balcón de las victorias del PP, las de José María Aznar y Mariano Rajoy, proclamó ante sus partidarios que el 26-M empezaba "la remontada". Para recalcar el frenazo de sus rivales directos, Albert Rivera y Santiago Abascal, dijo que los resultados dejaban evidencia de que el PP es el "único" partido de centro derecha, por mucho que algunos hayan querido "suplantarlo".

El jefe de la oposición, que se sentía reafirmado en el título, cargó contra el presidente del Gobierno en funciones para prometer que se le va a hacer "cuesta arriba" la legislatura, "si consigue formar Gobierno". Entre el alivio y la euforia de militantes y simpatizantes, Casado sostuvo que "mañana empieza todo" y que los españoles han decidido que es necesaria la unión "en torno al único partido de centro derecha en España".