Es noticia
El PSOE afronta la recta final del 26-M con optimismo y fija Madrid como objetivo clave
  1. España
  2. Elecciones Autonómicas Municipales
LA CITA DEL ECUADOR, LA PLAZA DE MÉRIDA

El PSOE afronta la recta final del 26-M con optimismo y fija Madrid como objetivo clave

No hay euforia, pero sí tranquilidad. Sí inquieta la menor movilización, la fragmentación de la izquierda y la posibilidad de que las derechas de PP, Cs y Vox logren sumar y le arrebaten gobiernos

Foto: Pedro Sánchez, este 18 de mayo, durante su mitin en la plaza de toros de Calasparra, Murcia. (EFE)
Pedro Sánchez, este 18 de mayo, durante su mitin en la plaza de toros de Calasparra, Murcia. (EFE)

La dirección no quiere hablar de "euforia". Sí de "optimismo". El PSOE encara animado la recta final hacia las elecciones municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo. Le ayuda, cree, el viento a favor de las generales del 28-A y la debilidad y fragmentación de la derecha. Pero también le asusta la atomización de la izquierda y el efecto de una previsible menor participación, que en este caso podría ayudar a PP, Ciudadanos y Vox. Ferraz confía en mejorar sensiblemente resultados respecto a 2015 —2014, en el caso de las últimas europeas— y vencer con holgura en votos en la triple competición. Pero como ha venido advirtiendo Pedro Sánchez desde hace semanas, "ganar es gobernar". Por ahora, la cúpula cree que sus feudos regionales y principales bastiones locales están a salvo, y aspira a arrebatar al PP su joya más preciada, la que se le escapó hace 24 años y que, por sí misma, bastaría para certificar su victoria el 26-M: Madrid.

Los socialistas entraron tarde en campaña por la hospitalización y súbito fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba a causa de un severo infarto cerebral. Su ingreso bañó de tristeza la pegada de carteles, su muerte impuso dos días de duelo y la paralización de la agenda del presidente en funciones durante tres jornadas. Sánchez arrancó su segunda gira por España el pasado lunes, con un doble acto en Madridpaseo por el popular distrito de Vallecas, tradicional granero de votos del PSOE— y en Zaragoza, la capital aragonesa que ahora puede volver a sus manos. En los siguientes días ha mantenido entre dos y tres actos diarios, y lo mismo ocurrirá en la última semana. La implicación del líder, concebido como un plus para la marca y una ayuda para sus candidatos a presidente y a alcalde, es total.

El diseño de la propia caravana de Sánchez ya lanza por sí mismo varios mensajes. Para empezar, que Madrid es una prioridad absoluta. Para las generales, el jefe del Ejecutivo solo paró en la región en dos ocasiones, y por poco tiempo: la mañana del primer lunes de campaña, en un centro de mayores de Leganés, y el viernes último, en la capital, en Entrevías, antes del mitin final de cierre en Valencia. Para el 26-M, Ferraz ha previsto aquí al menos cinco paradas del líder. Primero, el paseo por Vallecas del pasado día 13. Anteayer, la visita a otro distrito obrero, Latina, y un acto en Alcalá de Henares. El próximo martes 21, tras la sesión constitutiva de las nuevas Cortes Generales, regresará a Leganés. Y el viernes 24 cerrará campaña en Madrid capital, en principio en el mítico pabellón Magariños, la cancha icónica del Estudiantes, el club donde él jugó en su juventud y al que entrenó el alcaldable socialista, Pepu Hernández. Pero se está buscando una alternativa algo más espaciosa.

Sánchez apenas paró por Madrid en las generales. Para el 26-M, es la comunidad en la que más se detiene: al menos cinco actos programados


Con Madrid siente la dirección que quizá ahora o nunca. Los últimos cuatro años han sido convulsos y por la Puerta del Sol han pasado tres presidentes del PP: Cristina Cifuentes, que dimitió acorralada por el caso máster, Ángel Garrido —que saltó en la última semana de campaña de las generales a Ciudadanos—, y Pedro Rollán, actual jefe del Ejecutivo regional en funciones. La marca de los populares está dañada por los sucesivos escándalos de corrupción y el desgaste de 24 años en el poder. El candidato al Gobierno regional, el exministro Ángel Gabilondo, encabeza todas las encuestas, "y subiendo".

Foto: Pedro Sánchez, con Ximo Puig, Inmaculada Rodríguez-Piñero y Paco Sanguino, este 18 de mayo en Alicante. (EFE)

Batalla muy justa en la Comunidad

En los comicios de 2015 se quedó a un solo escaño de lograr las riendas de la Comunidad. No fue posible porque IU, que concurrió por separado, no superó el umbral del 5% y sus votos fueron a la papelera. El 26-M, los sondeos indican que son viables tanto Más Madrid, el partido de Íñigo Errejón, con el que el exdiputado hace tándem con la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, como Podemos-IU-Madrid en Pie. Pero en el núcleo duro de Sánchez preocupa que el crecimiento sostenido de Más Madrid y el retroceso de los morados (Isa Serra) acabe dejando a estos por debajo del 5%, y en ese caso sería imposible el cambio en la región. Las últimas encuestas, incluida el CIS, dan una ventaja ajustadísima a las izquierdas —la mayoría absoluta se sitúa en los 132 escaños—, aunque PP, Cs y Vox también tienen opciones de vencer. Es decir, que la diferencia entre bloques es muy pequeña y todo puede pasar. Los estudios de opinión colocan como segunda fuerza, aunque muy castigada, al PP ahora representado por Isabel Díaz Ayuso, una aspirante atrapada por sus polémicas declaraciones y meteduras de pata.

En las autonómicas, Gabilondo va bien, pero inquieta que Podemos pueda quedar por debajo del 5% y sus votos vayan a la papelera

Los socialistas creen que la Comunidad de Madrid está más cerca que nunca, y que Gabilondo, un candidato muy fuerte y que está desplegando una campaña muy presidencial y sin ataques a sus adversarios —Errejón le acusa, de hecho, de no remangarse más—, puede ser el que ponga fin a 24 años de dominio de los populares. Un hito histórico. Arrebatar la región al PP compensaría para Ferraz la pérdida de otro Gobierno regional.

placeholder Pedro Sánchez, con Pepu Hernández y Ángel Gabilondo, el pasado 13 de mayo paseando por el distrito madrileño de Vallecas. (EFE)
Pedro Sánchez, con Pepu Hernández y Ángel Gabilondo, el pasado 13 de mayo paseando por el distrito madrileño de Vallecas. (EFE)

Madrid capital es una contienda diferente. Pepu Hernández, el candidato designado por Sánchez, tiene imposible acceder a la alcaldía, según los sondeos. Carmena va muy por delante y mejoraría los resultados de 2015, aunque necesitará al PSOE para continuar al frente del ayuntamiento. Para Ferraz será una buena noche si la izquierda suma y retiene la ciudad, lo que le permitiría compartir el Gobierno local. Pepu podría aumentar la pobre representación de hace cuatro años —15,27% y 9 concejales—, pero su tirón queda lejísimos del de la regidora. Han pasado 30 años desde que la capital conoció a un alcalde socialista: fue Juan Barranco, el sucesor del 'viejo profesor', Enrique Tierno Galván, destronado por una moción de censura en 1989.

Para Sánchez y para Ferraz, para todos los partidos, Madrid es la madre de todas las batallas. Es la federación del presidente en funciones, el feudo más cultivado por el PP, y para el que ha proyectado a sus dos apuestas más personales, Ángel Gabilondo yPepu Hernández. Pero ahí se libra el pulso entre Íñigo Errejón y Pablo Iglesias, la pugna entre populares y Ciudadanos, donde Pablo Casado puede jugarse su propia continuidad como líder del PP.

Foto: Pedro Sánchez, con Ángel Gabilondo y Pepu Hernández, este 13 de mayo paseando por las calles de Puente de Vallecas, en Madrid. (Inma Mesa | PSOE)

Presencia en todos los territorios

Saliendo de Madrid, la dirección federal cuenta con conservar los cinco gobiernos autonómicos que ahora se someten a refrendo en las urnas: Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón, Baleares y Asturias. El valenciano Ximo Puig ya se aseguró otra legislatura en el poder el pasado 28-A, cuando hizo coincidir sus elecciones con las generales y Susana Díaz, en cambio, perdió Andalucía el 2 de diciembre. De las cinco comunidades, la única que en Ferraz creen que podría estar algo más en riesgo, por el juego de sumas, es Aragón, pilotada desde 2015 por Javier Lambán, un barón que ha mantenido diferencias más que notables con Sánchez.

El PSOE tiene la mirada puesta en "toda" España, porque confía en subir en todo el país y en poder gobernar Madrid o Canarias, más quizá CyL

Pero los objetivos de los socialistas para el 26-M son más ambiciosos. En su punto de mira, dicen en el núcleo más cercano del presidente, está "todo". No es un deseo fatuo, señalan, sino producto de la fortaleza de las siglas que demuestran los sondeos. El CIS indicó que el PSOE ganaría en 10 de las 12 comunidades en liza el 26-M —todas menos Cantabria y Navarra—, que conservaría sus cinco gobiernos y que podría hacerse con Madrid y Canarias. En Castilla y León, Murcia y La Rioja vencería en votos, pero el mayor peso de la derecha en escaños le pondría más complicado arrebatar esos feudos al PP. En la primera le podría beneficiar la mala relación de PP y Cs y el tiempo en el poder de los populares, desde 1987.

Pedro Sánchez pide "voto de la coherencia" para afianzar el progreso del país

Ferraz confía en subir en todas las comunidades, de ahí que haya decidido que Sánchez tenga presencia en estos 15 días en todos los territorios. En esta semana ha estado en Madrid (capital y región), Aragón (Zaragoza), Galicia (A Coruña, Santiago y Vigo), Euskadi (San Sebastián), Navarra (Pamplona), La Rioja (Logroño), Canarias (Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife) y, este sábado, Comunidad Valenciana (Alicante) y Murcia. En esta última llenó la plaza de toros de Calasparra, con un aforo de más de 4.000 personas.

Este domingo, el presidente viaja a Extremadura (Mérida) y Castilla-La Mancha (Albacete). En la primera, protagonizará el que probablemente sea el mitin más multitudinario de toda la campaña, en el coso taurino de la capital extremeña, con un aforo máximo de 9.000 personas. Sánchez se repartirá el lunes entre Cantabria (Santander) y Asturias (Oviedo y Gijón). El martes, tras la constitución de Congreso y Senado, se quedará en Madrid (Leganés). El miércoles 22 estará en Andalucía (Córdoba y Sevilla), el jueves, en Baleares (Palma) y Cataluña (Barcelona) y el viernes cerrará en Castilla y León (Valladolid) y Madrid.

Foto: Los candidatos a la alcaldía de Barcelona antes de celebrar el debate electoral. (EFE)

Mantener y (re)conquistar

En las CCAA que no celebran elecciones, el PSOE también tiene grandes expectativas. En Galicia, aspira a conservar Vigo —Abel Caballero gobierna con una amplísima mayoría del 51,82% y 17 de 27 concejales— y a hacerse con los ayuntamientos liderados por las mareas (A Coruña o Santiago). En Barcelona, Jaume Collboni está al acecho de los dos primeros, muy empatados según los sondeos, ERC y Barcelona en Comú, la marca de la alcaldesa, Ada Colau. En Valencia, ganaría Compromís, aunque pugna por la primera plaza el PSPV, con Sandra Gómez como candidata. Los socialistas quieren recuperar la alcaldía de Alicante, que perdieron hace un año a favor del PP después de que el regidor, Gabriel Echávarri, se viera obligado a dimitir por dos causas judiciales. En Andalucía, el primer edil de Sevilla, Juan Espadas, roza la mayoría absoluta, y el PSOE pretende mantener Córdoba, Huelva y Granada.

"Habrá menos movilización, pero no sabemos cómo se repartirá esa mayor abstención. Nos va a ir entre bien y muy bien", aseguran en el comité electoral

Además, Ferraz quiere recuperar ciudades que antes tuvieron regidor socialista, como Gijón, Zaragoza, Badajoz, Vitoria o Barakaldo (Bizkaia), mantener otras como Valladolid, Segovia, Soria, Castellón, Tarragona, Lleida, Toledo, Oviedo, Mérida, Jerez, Huesca y conquistar alguna más como Santa Cruz, fortaleza de Coalición Canaria.

Sánchez: los candidatos de la derecha "parecen estar en 'Supervivientes"

En las europeas, los socialistas desbancarían al PP, primera fuerza desde 2009, y sentarían a entre 17 y 18 representantes de un total de 54 parlamentarios, que serán 59 cuando se formalice la salida del Reino Unido. En la cúpula se felicitan del "tirón" del cabeza de cartel, el ministro Josep Borrell, a quien Sánchez decidió sacar de su Gobierno para garantizarse la victoria en la tercera de las contiendas del 26-M.

En el núcleo duro de Sánchez hablan de "optimismo", pero también muestran "preocupación por la atomización de la izquierda", que les puede privar de gobiernos. El peligro es real en Madrid, pero también en Zaragoza —el alcalde, Pedro Santisteve, se ha separado de Podemos— y en otros puntos. En su contra juega también la previsible menor participación. Fue muy elevada el 28-A, del 75,75%, un umbral que ahora se antoja inalcanzable. "Habrá menos movilización, pero no sabemos cómo se repartirá esa mayor abstención. No vemos demasiados peligros, más allá de que no den las sumas. Nos va a ir entre bien y muy bien", indica un miembro del comité electoral. "Nuestras expectativas son altas", concluye. La asistencia a los mítines, un termómetro sobre todo del grado de movilización de los aparatos locales y regionales, está siendo buena, apuntan en Ferraz, "quizá un pelo menos, pero es menos grave que la que se observa en otros partidos, tipo Vox". "Es normal, porque hay agotamiento tras semanas a pleno rendimiento, pero no hay síntomas de preocupación". En la cúpula calculan a que la ultraderecha puede encogerse, y parte de sus votantes pueden regresar al PP o reconducirse hacia Cs, y otros quizá se queden en casa.

Foto: Joan Ribó (i) y su concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi (d), con el exciclista Perico Delgado. (EFE)

No dejar "a medias la faena"

En su periplo del 26-M, Sánchez llama a no "dejar a medias la faena" del 28-A, a no relajarse, a no confiarse porque la "amenaza" de la suma de las derechas no se ha conjurado. Apela también al "voto de la coherencia", para repetir los resultados de las generales porque el "progreso para el país" por el que apostaron los ciudadanos entonces no será "rotundo", pleno, si no se cuenta con ayuntamientos, diputaciones y comunidades como "aliados" del Gobierno de España. El presidente en funciones insiste asimismo en que el sistema electoral se comporta de modo más proporcional en los municipios y en los parlamentos autonómicos, ya que las circunscripciones son más grandes. "Un solo voto puede hacer decantar todo, que haya una suma de progreso o una de involución", subrayó este sábado en Alicante.

Sánchez llama a culminar la victoria socialista y a un "voto de coherencia" con el 28-A frente a una derecha que pelea entre sí como en el "parchís"

Además, el jefe del Ejecutivo remarca que los socialistas son "los únicos" que presentan propuestas, porque las derechas, que a su juicio "no han entendido" el mensaje de los electores en las generales, están más centradas en su propia batalla por el liderazgo, en el futuro de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal. En los últimos días ha comparado su pelea con una "partida de parchís", que "si los naranjas [Cs] se comen a los azules [PP], que si los azules a los verdes [Vox]...". "Parece que están más de concursantes del programa 'Supervivientes' que en otra cosa", se mofó este sábado en Alicante.

Pedro Sánchez: "No podemos dejar la faena a medias"

Como se preveía, el discurso del líder apenas ha sufrido variaciones desde las generales, con la confianza de que volverá a funcionar. Llamamiento a una movilización a tope, la contraposición del "avance" que encarnaría el PSOE frente a la "involución" que representa "la derecha de tres siglas", una España inclusiva frente a una excluyente, un proyecto basado en "justicia social, convivencia y limpieza". Pero la batalla ahora se da pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, comunidad a comunidad y en todo el Estado. Son unas elecciones mucho más complejas pero en las que, de nuevo, el PSOE parte como favorito. Aunque la victoria se presume más ajustada. Y la gran duda es y seguirá siendo básicamente una: Madrid. Pero no solo está en juego el poder municipal y regional: de la foto del 26-M dependerá además la configuración del próximo Gobierno central y si se materializa una coalición, como pretende Podemos, o un Gabinete en solitario, como desea Sánchez.

La dirección no quiere hablar de "euforia". Sí de "optimismo". El PSOE encara animado la recta final hacia las elecciones municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo. Le ayuda, cree, el viento a favor de las generales del 28-A y la debilidad y fragmentación de la derecha. Pero también le asusta la atomización de la izquierda y el efecto de una previsible menor participación, que en este caso podría ayudar a PP, Ciudadanos y Vox. Ferraz confía en mejorar sensiblemente resultados respecto a 2015 —2014, en el caso de las últimas europeas— y vencer con holgura en votos en la triple competición. Pero como ha venido advirtiendo Pedro Sánchez desde hace semanas, "ganar es gobernar". Por ahora, la cúpula cree que sus feudos regionales y principales bastiones locales están a salvo, y aspira a arrebatar al PP su joya más preciada, la que se le escapó hace 24 años y que, por sí misma, bastaría para certificar su victoria el 26-M: Madrid.

Madrid Más Madrid Vox Santiago Abascal Ximo Puig Javier Lambán Ada Colau Isabel Díaz Ayuso Manuela Carmena Pablo Casado Josep Borrell Ciudadanos Pedro Sánchez Barómetro del CIS Ángel Gabilondo
El redactor recomienda