El PP respira pánico en su lucha con Cs por gobernar Madrid: "Bajamos a 24 escaños"

En el PP de Madrid, hay más pesimismo que optimismo. Es una realidad. En poco más de un año, las expectativas electorales para afrontar la cita del próximo 26 de mayo han caído en picado. "En febrero de 2018, un mes antes de que a Cristina Cifuentes le estallara el caso máster, los sondeos internos que manejaban en la Puerta del Sol era que en esos momentos el PP obtendría 51 escaños en la Asamblea de Madrid si hubiese comicios, tres más de los que tenía. Ahora, las peores expectativas hablan de 24", señalan dirigentes populares. "Vamos a tener que hacer una campaña muy buena para remontar", señalan.

El PP se juega mucho en la Comunidad de Madrid, una plaza donde gobierna ininterrumpidamente desde hace 24 años. Tras el fracaso en las generales del pasado domingo, los ánimos andan algo alicaídos en la primera planta de Génova. Varias fuentes consultadas dentro del partido coinciden en destacar que esperan que José Luis Martínez-Almeida haga mejor campaña para el Ayuntamiento de Madrid que Isabel Díaz Ayuso en la Ccomunidad, a la que todavía ven un poco verde y con falta de experiencia. "Díaz Ayuso es un diamante, pero hay que pulirlo mucho más".

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El problema es que todos son conscientes de que el voto del centro derecha está ya muy fragmentado, por mucho que ahora la consigna dentro de las filas populares es intentar lanzar el mensaje de que el PP es el único representante de ese centro derecha. "Los votantes más centrados y liberales se han ido a Ciudadanos. Y los más conservadores, a Vox. Lo hemos visto en las pasadas elecciones generales. ¿En qué lugar queda el PP?, ¿vamos a ser capaces de encontrar nuestro espacio y a partir de ahí empezar de nuevo a sumar?", señalaba este miércoles en la fiesta del Dos de Mayo una importante voz dentro del partido.

Lo de Ángel Garrido ha hecho mucho daño. Su fuga a Ciudadanos ha supuesto un duro golpe para el PP de Madrid. Ya hay quien teme que durante la campaña, aunque ya están hechas las listas y no se pueden cambiar, Ciudadanos pueda sacarse de la manga algún otro as mediático pensando en un futuro Gobierno. Lo que está claro es que las tres derechas que se presentan en Madrid, PP, Ciudadanos y Vox, están convencidas de sumar frente al bloque de izquierdas, compuesto por el PSOE, Más Madrid y Podemos. "Estamos muy seguros", señalan desde Ciudadanos.

La cuestión es, por tanto, que si se hace caso a sus pronósticos, es quien tendrá la hegemonía de este bloque. En las cuentas que se manejan en el trío de la derecha, este bloque sumaría por encima de los 67 escaños, donde ahora está la mayoría absoluta en la Asamblea de Madrid (ya que para estas elecciones el Parlamento sube de 129 a 132 diputados). Lo malo es que los resultados del pasado domingo en las generales han trasladado al PP un mensaje muy pesimista. Ciudadanos superó al PP en Madrid en 2,3 puntos, en torno a los 86.000 votos. Y en la Comunidad de Madrid, la traslación a unas autonómicas podría ser directa: Ciudadanos obtendría 29 escaños (12 más que ahora), el PP solo 25 (23 menos) y Vox, 19 diputados. Sumarían por tanto 73 y el líder de Ciudadanos, Ignacio Aguado, sería con total seguridad el nuevo presidente de la Comunidad de Madrid, con el apoyo necesario de populares y Vox.

Otras fuentes dentro del PP de Madrid señalan que la campaña autonómica no ha comenzado y que queda mucho partido por jugar. "Es probable que el PSOE gane las elecciones en Madrid, pero la izquierda no sumaría. El objetivo es quedar por encima de Ciudadanos y poder revalidar el Gobierno autonómico, que esta vez sería en coalición con Ciudadanos. Ayuso presidenta y Aguado vicepresidente". Y destacan la última encuesta que se ha conocido, la de Telemadrid (eso sí, de hace ya más de un mes). El PP obtendría un 22% de los votos, por encima del 17,2% de Vox, que superaba a Ciudadanos, con un 14,9%. ¿Es posible que el enemigo sea Vox, que Vox supere incluso al PP? "Eso sí que no lo barajamos", aseguran desde el PP de Madrid.

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Vox entra en la pelea por "la suma"

En la batalla por liderar el bloque de la derecha y, sobre todo, convertirse en la llave de los próximos gobiernos madrileños, también está Vox. Este Dos de Mayo, sus dirigentes debutaron en la Real Casa de Correos. Además de los candidatos al ayuntamiento y comunidad, Javier Ortega Smith y Rocío Monasterio, estuvo también Iván Espinosa de los Monteros, ya diputado electo —igual que Ortega Smith— desde el 28 de abril. Si algo tienen claro también los dirigentes del partido de Abascal, es que la izquierda tiene muy difícil volver a Cibeles y llegar a la Puerta del Sol.

En la comunidad no tienen dudas: los tres partidos de la derecha podrán sumar y la pugna de aquí al 26 de mayo es ver quién lidera y quién se queda en la cola. En Vox, tienen la sensación de que la candidatura de Monasterio es, "con diferencia, la más potente". Consideran que Díaz Ayuso no será una gran rival para su cabeza de cartel, y encuentran que la izquierda —a pesar del impulso de la victoria de Sánchez— tiene complicado sobrevivir a la fragmentación, sobre todo por las candidaturas de Íñigo Errejón (Más Madrid) e Isabel Serra (Podemos).

Vox aprovechará el viento de cola del 28-A. "Madrid es un territorio clave para nosotros", aseguran, y buscarán afianzar su electorado en los municipios de la sierra de Madrid (en algunos, como Navacerrada, fueron incluso primera fuerza), centrándose al mismo tiempo en ‘pillar’ al PP en feudos tradicionales para Génova: en casos como el de Pozuelo de Alarcón, donde quedaron terceros pero haciéndose con un 18% del voto. En el Ayuntamiento de Madrid son menos optimistas, pero confían también en la suma con PP y Ciudadanos.

Entienden que Manuela Carmena es "buena candidata" y saben que podría ser la primera fuerza sin mayor inconveniente. Pero, en este caso, creen que el PP puede tener aguante, que la candidata naranja, Begoña Villacís, también destacará, y que ellos pueden lograr un muy buen resultado. Su objetivo es ‘robar’ electores a sus dos rivales del centro derecha pero, al mismo tiempo, reconocen que destrozar al PP —como en parte ocurrió el 28-A con los más de dos millones de votantes que se decantaron por Vox— puede ser un problema si, como el pasado domingo, impide alcanzar la suma. "Nosotros cumpliremos, pero necesitamos que el resto también lo haga", zanjan.