Tensión en Melilla tras la exclusión del partido musulmán de las elecciones de mayo

Coalición por Melilla (CpM) es la principal formación de oposición al Partido Popular, que gobierna la ciudad autónoma desde hace 19 años. Sus dirigentes son musulmanes y con ella se identifican buena parte de los rifeños de Melilla, que constituyen hoy en día más de la mitad de su población. Su líder es Mustafa Aberchán, cirujano de 59 años.

CpM corre ahora el riesgo de no poder presentarse a las elecciones municipales del 26 de mayo. En las anteriores, obtuvo siete de los 25 escaños de la Asamblea de Melilla. En las que se celebrarán el último domingo del mes hubiese, probablemente, mejorado su resultado y quizá lograría, en coalición con el PSOE, hasta gobernar la ciudad de la que Aberchán ya fue presidente a finales de los noventa.

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A menos que CpM no gane el recurso contencioso-administrativo que sus abogados han formulado, el partido fundado por Aberchán cuando se escindió del PSOE no podrá concurrir a los comicios. Así lo decidió, a principios de semana, la Junta Electoral de Zona (JEZ), porque la lista de sus 25 candidatos no cumplía la paridad de sexos. ¿Discrimina Aberchán a las mujeres? Su lista incluía a 12 hombres y 13 mujeres, muchas de ellas en puestos de salida, pero el orden de colocación no era el correcto.

La decisión de la JEZ ha causado un hondo malestar entre la comunidad musulmana de Melilla, algunos de cuyos miembros más destacados se concentraron el martes por la noche ante la sede de CpM. “Nos quieren echar fuera” de las elecciones, denunció Aberchán el martes por la noche. La decisión es, según él, más política que jurídica. Sostiene que en la JEZ “la que más pesa es [María José Aguilar] Silveti”, la vocal del Partido Popular, que es además asesora del presidente melillense, Juan Jósé Imbroda, de 74 años, el gran adversario de Aberchán.

El líder de CpM arremetió también el martes contra el PSOE, “que en un primer momento ha colaborado con este crimen”; anunció la presentación de un recurso, se mostró dispuesto a llegar al Tribunal Constitucional y dejó caer que baraja otras medidas sin entrar en detalles. “Bajo ningún concepto”, precisó, “vamos a aplaudir ninguna reivindicación violenta”. Hay que remontarse hasta hace 34 años para recordar los últimos episodios violentos protagonizados a gran escala por la comunidad musulmana, a la que la Ley de Extranjería aprobada entonces por el Gobierno de Felipe González prácticamente impedía la obtención de la nacionalidad española.

Los cinco integrantes de la JEZ rechazaron por unanimidad la lista de 25 candidatos a concejales que entregó CpM porque, aunque en ella las mujeres eran mayoritarias, estas no estaban lo suficientemente representadas —al menos un 40%— entre los tramos 11 al 15 y 16 al 22. Aberchán asegura que reordenó la lista para cumplir ese requisito, una tarea fácil porque no se trataba de puestos de salida. Se la volvió a entregar a la secretaria de la JEZ el lunes, pero el martes esta institución la consideró de nuevo y definitivamente no válida.

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José Manuel Pérez Pérez, vocal del PSOE en la JEZ, emitió, sin embargo, en esta ocasión un voto particular en el que manifiesta su desacuerdo. En él señala que finalmente la “subsanación requerida” a CpM “se ha llevado a cabo en tiempo y forma”. Alega además que impedir la presencia de un partido con representación política en anteriores comicios locales puede “vulnerar un derecho fundamental”.

Imbroda ha restado importancia al auto de la JEZ, que excluye prácticamente a su principal adversario de la vida política. Dejó caer que este podría haber llegado a un acuerdo con los socialistas para que estos representaran a CpM, algo que Gloria Rojas, la secretaria general del PSOE de Melilla, desmiente tajantemente. Se mostró, sin embargo, indignada de que Aberchán la responsabilice “de su incompetencia para elaborar unas listas”. El lunes había acusado al PSOE de “colaborar con el crimen” de la JEZ.

Imbroda (PP) ha restado importancia al auto de la Junta, que excluye prácticamente a su principal adversario de la vida política

“Expulsar a CpM de las elecciones por un error ridículo, porque no ordenaron bien la lista, equivale a balcanizar la ciudad”, afirma Enrique Delgado, candidato de Unidas Podemos al ayuntamiento y que analiza la actualidad de la ciudad en su blog 'El Alminar'. “Se coloca a Melilla al borde del precipicio”, recalca, una opinión generalizada entre buena parte de la comunidad musulmana, que se siente excluida.

CpM se presentó en abril, por primera vez, a las elecciones legislativas, y, aunque no sacó escaños, sus resultados fueron buenos. Su candidato al Senado, Emilio Guerra, no fue elegido por solo un puñado de votos. Si la JEZ no hubiese rechazado la lista del partido musulmán, “la dispersión del voto de centro-derecha [con la irrupción de Vox] haría presidente a Aberchán”, reconoció el lunes aliviado Manuel Marín, secretario general del PP de Melilla.

Marín desempolvó algunos de los elementos ya utilizados por su partido durante la campaña para arremeter contra Aberchán. Vaticinó, por ejemplo, que convertiría la ciudad en “un modelo parecido a las de Siria, Libia o Afganistán”. Prueba de ello es que votar en algunos colegios electorales de barrios musulmanes fue el domingo como hacerlo “en un ciudad de Siria o en Kabul, y no en una española”. Cientos de electores fueron trasladados en coches de militantes de CpM hasta la puerta de los colegios en una actuación, según él, “antidemocrática”, porque equivale a presionarles.

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Kabul o Trípoli no son un modelo de ciudad para CpM, pero es verdad que el partido ha vuelto a echar mano de la religión, quizá más explícitamente que en ocasiones anteriores, para atraer a electores.

“El voto debe ser para aquel que sea bueno para la tierra y para los musulmanes”, predicaba el viernes desde el 'minbar' (púlpito de la mezquita) el imán Mohamed Homari, instando así veladamente a los fieles a votar al partido de Aberchán. La candidata Yonaida Sellam difundió además a través de las redes sociales una guía con 10 principios islámicos para votar correctamente en Melilla.