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Colau ficha al exjefe de filas del PSC como gerente de Barcelona y enfada a Maragall
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JORDI MARTÍ SE DEFINE INDEPENDENTISTA

Colau ficha al exjefe de filas del PSC como gerente de Barcelona y enfada a Maragall

Martí estaba encuadrado dentro del sector independentista del PSC y fue el jefe de filas de este partido en Barcelona durante la última legislatura después de que Jordi Hereu abandonara la política

Foto: La alcaldable por Barcelona en Comú, Ada Colau. (EFE)
La alcaldable por Barcelona en Comú, Ada Colau. (EFE)

Polémica en Barcelona entre los grupos de izquierdas que pueden dar apoyo a Ada Colau, de Barcelona en Comú (BeC), para que el sábado sea investida nueva alcaldesa de la capital catalana. El motivo está en los lógicos movimientos y equilibrios que Colau está haciendo para conformar equipo municipal. “Evidentemente, habrá una renovación total de los cargos municipales, pero queremos que en los puestos de responsabilidad haya gente con experiencia. Que nadie se piense que esto va a ser el ejército de Pancho Villa”, explica a El Confidencial una fuente de la candidatura.

Así pues, la última decisión de la virtual alcaldesa fue proponer al exsocialista Jordi Martí como nuevo gerente del Ayuntamiento. Jordi Martí era, hasta el momento, portavoz de formación Moviment d’Esquerres (MES), que lidera el también exsocialista Ernest Maragall. Martí estaba encuadrado dentro del sector independentista del PSC y fue el jefe de filas de este partido en el Ayuntamiento de Barcelona durante la última legislatura después de que Jordi Hereu abandonara la política. Cuando Jaume Collboni ganó las primarias, Martí quedó apeado del organigrama (fue el tercero más votado, tras Collboni y la concejal Carmen Andrés). Luego, el entonces candidato de ERC a la alcaldía (y actual concejal), Alfred Bosch, le ofreció ser su segundo, pero Martí rechazó la propuesta.

El ofrecimiento (y la aquiescencia del propio interesado) han sentado muy mal en las filas de MES. El propio Ernest Maragall, que ayer votaba en contra del TTIP en Bruselas, tuiteó que “las soluciones profesionales/personales son incompatibles con el proyecto colectivo. Adiós, Jordi. MES mira lejos el acuerdo de izquierdas para Barcelona”. Próximamente, el partido deberá renovar los cargos y Martí, según todas las previsiones, será borrado del organigrama. Pero algunas fuentes recuerdan a Ernest Maragall que él es el menos indicado para criticar una decisión como ésta, ya que de la noche a la mañana “montó una escisión en el PSC y luego concurrió a las elecciones asociado con ERC. Por tanto, lo que está recibiendo es su propia medicina”.

A su otrora compañero de filas, Jaume Collboni, en cambio, el ofrecimiento le parece positivo, porque ello supone que Ada Colau se fía de la trayectoria de los socialistas en el consistorio y Martí “representa la mejor tradición de las izquierdas que han gobernado Barcelona”.

El dilema de ERC

Los socialistas llevan negociando desde hace varios días su incorporación al equipo municipal. Fuentes cercanas al PSC señalaron a El Confidencial que “Colau no puede pretender gobernar una ciudad como Barcelona con sólo 11 concejales. Nosotros trataremos de hacer posible la gobernabilidad”. Hasta el momento, no ha habido grandes escollos en las negociaciones, pero tampoco grandes avances. Barcelona en Comú tiene un equipo negociador para pilotar los contactos con partidos políticos y agentes sociales. Este equipo está formado por la propia Colau, Gerardo Pisarello, Laia Ortiz, Jaume Asens, Raimundo Viejo, Eloi Badia y David Cid. Fuentes de la candidatura ganadora admiten que su intención es llegar a acuerdos con otras formaciones de izquierdas pero sin perder su perfil propio. Los candidatos más proclives a un pacto son los socialistas, mientras que los independentistas de la CUP se mantienen al margen y los republicanos estarían dispuestos a no poner palos en las ruedas.

Esta actitud de ERC, sin embargo, comienza a ser motivo de chanzas dentro de determinados círculos políticos. Y ello debido a que con el apoyo al gobierno de izquierdas, los republicanos incumplen su primera regla: dar apoyo exclusivamente a los ayuntamientos que se integren en la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). Pero resulta que Ada Colau ha frenado la incorporación inmediata de Barcelona (quiere celebrar un referéndum para conocer la opinión de los vecinos) y, en cambio, no apoya al convergente Xavier Trias, que sí apoya sin reservas su incorporación a la AMI. Esquerra, pues, se ve obligada de nuevo a navegar entre dos aguas, aunque en esta ocasión tiene la excusa perfecta para no apoyar a Trias: los votos de CiU y ERC se quedan en unos exiguos 15 concejales, muy lejos de la mayoría absoluta de 21. Y como a Trias no le hacen falta, el partido republicano aplica la máxima de apoyar a un consistorio de izquierdas (que, según dijo Colau, está a favor del “derecho a decidir”).

Para atar todos los cabos sueltos, la alcaldesa virtual ha mantenido una intensa agenda estas semanas: por orden cronológico, se vio con el republicano Alfred Bosch, con el socialista Jaume Collboni, con el convergente Xavier Trias, con la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, con las asambleas de barrios, con la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, con la patronal de la Pequeña y Mediana Empresa (Pimec) y con la juez decana. Ahora le falta bordar la labor y dar la puntilla a los pactos.

Polémica en Barcelona entre los grupos de izquierdas que pueden dar apoyo a Ada Colau, de Barcelona en Comú (BeC), para que el sábado sea investida nueva alcaldesa de la capital catalana. El motivo está en los lógicos movimientos y equilibrios que Colau está haciendo para conformar equipo municipal. “Evidentemente, habrá una renovación total de los cargos municipales, pero queremos que en los puestos de responsabilidad haya gente con experiencia. Que nadie se piense que esto va a ser el ejército de Pancho Villa”, explica a El Confidencial una fuente de la candidatura.

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