Mònica Oltra y Compromís, las otras víctimas en Valencia de la irrupción de Podemos

Hace algo más de cuatro años, cuando el caso Gürtel había estallado ya en Valencia, la diputada de Compromís Mónica Oltra se presentó en Les Corts, el parlamento autonómico, con una camiseta con la foto de Francisco Camps con la palabra Wanted (‘Se busca’, en inglés) sobre ella. La imagen salió en todos los periódicos y en la televisión y mucha gente en España descubrió a la diputada. Hoy Oltra aspira a ser presidenta de la Generalitat.

Ha guardado las camisetas por las que se hizo popular en una caja y ha adoptado un tono más institucional. "Usamos las camisetas cuando no teníamos otra forma de hacernos oír", explica Oltra. Una dosis de populismo que rechaza tenga que ver que el de otros partidos. "Nosotros salimos en la tele porque hicimos política, no hacemos política porque nos sacan en la tele", asegura para marcar distancias con Podemos.

El intento de diferenciarse de la formación de Pablo Iglesias tiene explicación. Compromís, una coalición de partidos que tiene como base al nacionalismo histórico valenciano al que se unieron renovadores salidos de Esquerra Unida, como la propia Oltra, ha visto cómo en el último año Podemos ha erosionado parte de su potencial en la Comunitat Valenciana, aunque confía en que su implantación municipal, heredada fundamentalmente de su socio Bloc Nacionalista Valencià, le servirá.

Porque el caso es que Oltra, salvando distancias, "es como Pablo Iglesias pero en mujer", explica un analista político que conoce a los dos políticos de forma personal. La diputada valenciana cala en la gente como Iglesias lo ha hecho al menos en los meses de mayor auge de Podemos.. Es la más valorada en todas las encuestas, por encima de cualquier otro candidato a la Generalitat, y la buena nota la logra con un alto nivel de conocimiento de los encuestados.

Pero más allá de las formas, lo cierto es que el combate por un segmento concreto del electorado valenciano entre Compromís y Podemos va más allá. Sus discursos, en lo que a políticas económicas y sociales se refiere -al margen queda el tema identitario- son muy parecidos. Compromís, de hecho, fueron los primeros en hablar de la economía del bien común, de rescatar personas y no bancos, de deuda ilegítima…

Viejos conocidos de Podemos

Hay una razón por la que coinciden tanto y es que Oltra y su entorno, especialmente una de sus asesoras más próximas y también candidata, Isaura Navarro, conocen a Iglesias y a Íñigo Errejón. Navarro incluso ha sido miembro de la Fundación Ceps, el germen de Podemos que tiene su sede fundacional en Valencia.

Compromís es una formación compleja. Ha vivido momentos de tensión -especialmente en el proceso de primarias- que llegaron a abrir una crisis que algunos aseguraban acabaría en ruptura. "Mònica Oltra acabará siendo la candidata de Podemos", decían entonces. Pero la popularidad de la diputada logró imponerse a los recelos internos y la coalición no se rompió.

Mientras Podemos ha optado por presentar a un candidato moderado, Antonio Montiel, elegido desde el núcleo duro de Ceps y avalado por la dirección del partido en Madrid, Oltra ha buscado en esta campaña la forma de recuperar a los votantes que se le fugaron con el auge de la formación de Pablo Iglesias. Juega dos bazas: su popularidad y su bagaje en Les Corts especialmente como azote de la corrupción.

Y una tercera que es la que esgrime Compromís como fuerza diferenciada en Valencia: "Nuestras decisiones las tomamos aquí y no en Madrid". El pasado domingo en el acto central de la campaña, que reunió a algo más de 3.000 personas en Valencia, Oltra forzó esa línea argumental en un discurso en el que citó numerosos ejemplos de la actividad del partido en municipios valencianos. "Dudo que algunos de los candidatos de los otros partidos sean capaces de situarlos en un mapa", aseguró en una poco velada alusión a la candidata por ejemplo de Ciudadanos, Carolina Punset.

Rechazo de los castellanoparlantes

El principal problema de Compromís es que su propio ADN valencianista le resta implantación en las comarcas castellano parlantes de la Comunitat Valenciana, especialmente al sur de Alicante, donde hay poblaciones con muchos habitantes. En las últimas elecciones municipales rompió el tabú de su presencia en el Ayuntamiento de Valencia, lo que supuso un avance sustancial en sus expectativas. En esta campaña la formación ha hecho un esfuerzo por incrementar candidaturas en esos territorios castellanoparlantes y en hacer campaña. Incluso en el mitin del domingo hubo intervenciones programadas en castellano, algo casi insólito en la formación.

Pero fruto del complejo escenario político valenciano, las expectativas de voto de Compromís no se corresponden con lo esperado hace un año. Oltra insiste en que quiere ser presidenta, es decir, que condiciona un pacto de las fuerzas progresistas a ocupar el Palau de la Generalitat, especialmente frente al socialista Ximo Puig.

Pero pese a ser la candidata más valorada y estar en disposición de doblar sus diputados actuales, Compromís aparece en las encuestas como la quinta fuerza política tras PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos. Solo EU, a la que algunas encuestas dejan fuera del parlamento, quedaría por detrás. "Con ese escenario malamente se puede reclamar la presidencia", aseguran especialmente desde el PSOE. Oltra, sin embargo, quiere romper con las encuestas. "Al fin y al cabo hace cuatro años nos dejaban casi fuera de Les Corts…".