El fenómeno Ada Colau en Barcelona: “¡No es la independencia, estúpido!”

El independentismo y las municipales no se llevan bien. Los políticos catalanes sospechan que llevar el debate de la independencia de Cataluña a la campaña municipal va a traerles nefastas consecuencias. Sólo ERC y la CUP se atreven a plantear las cuestiones de la independencia en los comicios locales. Pero la última encuesta del CIS es un terremoto político de grado máximo: una cara nueva, Ada Colau, exdirigente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y actual cabeza de lista de Guanyem, candidatura a la que dan apoyo Podemos, ICV y Procés Constituent, ganaría las elecciones locales sin esgrimir la independencia en su programa. En cambio, los partidos tradicionales están abocados a hacer de segundones en el nuevo consistorio.

El candidato de CiU, Xavier Trias, pasa a ocupar la segunda plaza, al caer de 14 a 8 concejales, mientras que Ciutadans se convierte en la tercera fuerza con seis y los socialistas caen al cuarto puesto con cinco ediles. PP y ERC se sitúan en cuatro cada uno y la CUP podría obtener tres representantes. Lo curioso es que hace menos de dos semanas, los dirigentes de ERC creían tener asegurada la alcaldía, previsiones que luego se convirtieron en un excelente resultado de 10 concejales. En una reunión interna realizada esta semana, esas previsiones se habían reducido a la mitad: cinco representantes, que ahora el CIS rebaja aún más a 4.

De todas las formaciones que concurren en la importante plaza de Barcelona, sólo ERC y CUP han decidido afrontar las municipales en una clave decididamente independentista. Para ERC, “estas elecciones se sitúan como una primera vuelta de las elecciones del 27S”. Así lo expresa Marc Sanglas, secretario de Política Municipal de Esquerra en un escrito elaborado para estas municipales. Pero a tenor del continuado descenso en las previsiones de voto, no parece que ésa sea la estrategia más idónea.

El desmarque de Trias

Y el propio alcalde Xavier Trias, aunque Convergència apoya el proceso secesionista, también intuye que con el mensaje independentista sólo puede aspirar a perder votos. De ahí que intente maniobrar para alejarse de cualquier connotación al respecto con el fin de captar el voto moderado no independentista. Para muestra, un botón: el martes le pidieron al primer edil convergente que firmase el manifiesto de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) a favor de la independencia, como otros alcaldes independentistas. La respuesta de Trias fue calificar esa petición de “infantil”. La escurrida de bulto de Trias fue de órdago.

Así pues, las primeras fuerzas políticas de la capital catalana no incluyen proclamas independentistas en sus programas. La actual favorita según el CIS, Ada Colau, se ha desmarcado de la polémica de la independencia y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, reconoció ayer en una entrevista a RAC 1 que es inviable realizar un referéndum independentista con el actual marco constitucional. O se cambia éste o no se puede hacer nada.