Trias (CiU) gana al PSC en Barcelona, pero necesita del PP para gobernar

“Es una noche triste para los socialistas. Las elecciones han ido mal”. De esta forma tan contundente se expresaba anoche Miquel Iceta, portavoz del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), en declaraciones a El Confidencial. Porque Barcelona cayó. Desde ayer, ya no es el gran feudo socialista de España, tal y como apuntaban los sondeos de los últimos meses. Jordi Hereu (PSC) deberá ceder el sillón de la alcaldía a Xavier Trias (CiU), que sólo podrá gobernar con el apoyo de los propios socialistas o del Partido Popular (PP), formación que alcanzó 8 concejales, frente a los 7 que tenía.

Hereu fue el primero de los candidatos en dar la cara: “Llamé a Trias y le felicité, deseándole que gobierne con acierto. Nosotros hemos de seguir trabajando por la gente desde el lugar en el que nos han puesto, porque los rivales ganaron de manera inapelable”, afirmó, cuando aún no se había acabado el recuento de votos, pero los resultados ya apuntaban los 15 concejales de CiU frente a 11 del PSC.

Minutos después, Trias comparecía ante su militancia, flanqueado por los principales líderes convergentes, Artur Mas, Josep Antoni Duran i Lleida y Jordi Pujol. “Hemos ganado, excepto en cuatro o cinco casos, en todas las capitales de comarca de Cataluña”, subrayó Duran. Y comenzó a citar las localidades robadas a los socialistas. “Y, además, por primera vez en la historia, en número de votos absolutos, gana CiU. Siempre habíamos ganado en número de alcaldías o concejales, pero nunca en votos”.

Según los datos oficiales, los nacionalistas obtuvieron 774.902 votos (el 27,11%) frente a 718.654 (el 25,14%) de los socialistas. Ello, claro, lleva a los convergentes a aspirar a más: “Tenemos muy buenas perspectivas para gobernar las cuatro diputaciones. Por tanto, hoy estamos muy felices. La noche es redonda para CiU”.

“La gente ha demostrado sentido común, madurez -subrayó Mas-. Por primera vez, podemos sumar la fuerza de la capital de Cataluña a la fuerza de la nación catalana. Eso es histórico. Y eso hacía falta porque es una fuerza doble para levantar el país de las difíciles condiciones en las que está”. Trias, por su parte, afirmó que supone “un cambio histórico que CiU pueda ocupar la alcaldía de Barcelona”.

Y devolvió el saludo a Hereu: “Le doy las gracias por llamarme. Ha sido un rival difícil. Y le agradezco también la llamada a Alberto Fernández Díaz (candidato del PP). Y prometo tener la mano extendida a todos, a los que me han votado y a los que no me han votado. Y a los que no han ido a votar, porque Barcelona también son ellos. Gobernaremos con todos y por todos”.

Los socialistas han sufrido un importante descalabro por la pérdida de la capital catalana, después de 32 años ininterrumpidos en el Consistorio, pero también por la pérdida de Gerona, donde se invirtieron los resultados: los 10 concejales socialistas de la legislatura que termina pasan a ser siete en la que ahora comienza. Y los seis de CiU pasan a ser 10. Caso aparte es Tarragona, donde el actual alcalde, el socialista Josep Fèlix Ballesteros, ganó con claridad los comicios, pero no por mayoría absoluta, por lo que sus doce concejales pueden quedarse cortos si se confirma finalmente el reparto de CiU y PP, que tienen 7 representantes cada uno.

Para el líder del PSC, José Montilla, “los resultados tienen más que ver con el malestar general que con la valoración concreta de uno u otro candidato”. Miquel Iceta, por su parte, subrayó que “el malestar de fondo es lo que explica que en estos resultados se imponga una subida del PP y la entrada de Plataforma per Catalunya (PxC) en muchos ayuntamientos”. Montilla también recalcó la “preocupante presencia del voto xenófobo. El miedo al diferente ha enraizado en nuestra casa. Algunos han atizado el odio y la mentira. Pero el PSC no renunciará a sus principios ni a sus valores”.

El reforzamiento del PP

Hay varias lecciones que se desprenden de estos comicios: el PP se ha asentado como la tercera fuerza política de esta comunidad, con un salto cualitativo y cuantitativo. Es lo que la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, llamó “un hito histórico”. Alberto Fernández Díaz calificó los resultados como “los mejores tanto en concejales como en votos. Hemos pulverizado los resultados que habíamos hecho hasta ahora”. Al aumento de votos en la ciudad de Barcelona, hay que añadir el importante avance en otras ciudades, en algunas de las cuales dobló los votos.

En Tarragona, por ejemplo, logró tres ediles más y se situó en siete, igualando a CiU, que bajó uno. ERC, sin embargo, desapareció del consistorio. En Lérida, el PP pasó de 3 a 6, igualando en concejales a CiU; y en Gerona obtuvo cuatro, dos más que en la anterior legislatura. Y la relativa sorpresa de la victoria en Badalona, la tercera ciudad catalana, donde los sondeos apuntaban a que, por primera vez, el PP podría igualar a los socialistas. Pues bien, no sólo fue igualar: Xavier García Albiol logró aumentar en cuatro concejales su grupo municipal, situándolo en 11 miembros, y ganó de calle al PSC, que se quedó con los 9 que tenía, aunque la mayoría absoluta se sitúa 14.

Hay otros dos elementos que resultan novedosos: por un lado, la irrupción de la xenófoba Plataforma per Catalunya (PxC), de Josep Anglada, en algunos ayuntamientos importantes: por ejemplo, en Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad catalana, donde logró romper moldes y obtener dos representantes. También consiguió estrenarse en Santa Coloma de Gramenet, en pleno cinturón rojo de Barcelona, con tres concejales (en esta localidad, el caso Pretoria pasó factura a los socialistas, que perdieron la mayoría absoluta al bajar cinco concejales, pero que no obstante lograron 12 escaños de los 27 en liza). Y lo mismo cabe decir de Mataró, donde obtuvo otros 3 concejales, cuando no tenía ninguno. O en Igualada, donde logró entrar también con un representante en el Ayuntamiento.

Y en Berga, Ripoll, Sant Adrià del Besòs, Santa Perpètua de la Mogoda, Sant Andreu de la Barca, Amposta o Tortosa consiguió, asimismo, donde entró con un concejal en dichos consistorios, la mitad de ellos en el área metropolitana de Barcelona, el feudo de la izquierda. Pero también reforzó su posición en otras localidades: en Vic pasó de 4 a 5 ediles, situándose como segunda fuerza. En Manresa, esta formación sacó dos representantes más que en el 2007 y logró tres ediles. En Olot, pasó de uno a dos. En El Vendrell (Tarragona), mantiene sus 4 representantes... Y es que PxC pasó de 17 concejales a 67, es decir, que multiplicó por cuatro sus representantes.

El otro elemento a destacar es el crecimiento del voto independentista radical de la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP), que pasó de 20 a 101 representantes, lo que quiere decir que multiplicó sus resultados por cinco. Esta fuerza, que hasta ahora sólo se ha presentado en las elecciones locales, entró en Figueres y en Santa Coloma de Farners (ambas capitales de comarca), con un concejal; en Banyoles, con dos concejales; en Vilanova i la Geltrú o en Vilafranca del Penedès, donde revalidó sus dos escaños. Pero su mayor éxito ha sido en Gerona, donde ha irrumpido con tres ediles, al tiempo que lograba tres en Berga, otros 3 en Valls, dos en Vic y uno en Sitges, en Reus o en Les Borges Blanques.