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El 'voto útil' castiga a Trias y beneficia a Hereu en la batalla por Barcelona
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LOS RECORTES DE LA GENERALITAT DESGASTAN A CIU

El 'voto útil' castiga a Trias y beneficia a Hereu en la batalla por Barcelona

La paradoja del voto útil tendrá su importancia el próximo día 22 en Barcelona, la segunda ciudad española en importancia y la más grande en poder

La paradoja del voto útil tendrá su importancia el próximo día 22 en Barcelona, la segunda ciudad española en importancia y la más grande en poder de la izquierda. Durante los últimos meses, las encuestas vaticinaban una clara victoria de Xavier Trias, candidato de Convergència i Unió (CiU) en la capital catalana y el hundimiento de Jordi Hereu, candidato del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Pero los sondeos más recientes recortan a la mitad esta ventaja y dejan en el aire el resultado. ¿Resultado? El actual alcalde, Jordi Hereu, ha dejado atrás el pesimismo y asegura ahora eufórico que puede repetir.

Hereu admitió ayer que no descarta ganar las elecciones, un augurio por el que no hubiera apostado hace poco. “Por primera vez, y hace tres meses no me hubiera atrevido a decirlo con plena convicción, no sólo quiero ganar, sino que puedo ganar la batalla de Barcelona. Cada día que pasa lo veo con mayor claridad. Quiero y puedo”, subrayó.

En CiU se quejan de que la campaña “está siendo muy larga”. A ello se le suma el desgaste por los recortes del Gobierno de Artur Mas. La dirección convergente tenía el convencimiento de que estos recortes iban a influir muy poco en la opinión pública. Pero tuvieron mucha más repercusión social, política, mediática y profesional de lo que esperaban. Y la ola nacionalista que había invadido la política catalana con motivo de las elecciones autonómicas del pasado 28 de noviembre parece ser ya una cosa muy lejana, de un pasado remoto. Esta desmovilización ha traído como consecuencia que el “voto útil de la derecha”, que se preveía que iba a capitalizar CiU, se diluya como un azucarillo en un vaso de agua.

Desde el Partido Popular se abunda en esta tesis. “Existe una demanda de cambio general, pero también hay una cierta decepción por lo que está haciendo CiU. En estos momentos, no se pueden presentar como opción de cambio”, dice a El Confidencial una fuente de la dirección del PP catalán. A ello se le añade la tibieza de la campaña del candidato en Barcelona, Xavier Trias. “Elude cuestiones complejas y quiere quedar bien con todos. Ello hace que su campaña sea poco motivadora como para representar el cambio. En otras palabras, desincentiva a parte de su electorado”.

En las filas del PSC, sin embargo, no se echan las campanas al vuelo. “En estos momentos, nuestro único temor es que haya movilizaciones de la izquierda que lleven a la gente a la abstención. Eso puede decantar la balanza hacia la derecha”, dice un alto dirigente socialista a este diario. Esta fuente compara la coyuntura de las elecciones del 2011 con las de 1995. En aquel momento, “se vivía la crisis más dura del postolimpismo, con un Gobierno de Felipe González que tenía su imagen bajo mínimos y en una época en que empezaba a hablarse de temas como la corrupción o el GAL. La verdad es que, en las municipales, los socialistas aguantamos. O aguantaron los alcaldes, ya que su gestión había sido buena. Pero si ahora existe un voto del cabreo que se materialice en la abstención, la derecha puede tener las de ganar”.

El lastre de los nacionalistas

Respecto a la ‘batalla de Barcelona’, cuya pérdida sería un golpe psicológico para el PSC y, por extensión, para el PSOE, hay dos cuestiones que destacar: “Se nota el bajón de Trias, que es el principal competidor de Hereu. Y eso por dos motivos: la gente se ha ido dando cuenta de que le falta empuje y fuerza y de que lo que propone no es la solución para defender los intereses de una ciudad como Barcelona. Y, por otro lado, se ve claramente que, para llegar a ser alcalde, ha de ir del brazo del PP. Eso lastra su candidatura”.

En el PP, sin embargo, advierten que “tras las autonómicas, estudiamos detenidamente el voto y vimos que no había habido trasvase de sufragios del PP hacia CiU. Por tanto, CiU ha de valérselas por sí sola para ganar. Pero el PSC sí que va a intentar atraer el voto útil no sólo de la izquierda, sino del nacionalismo descontento con CiU. Y, por supuesto, quiere acaparar el voto anti PP. Eso se ve muy claro en Badalona, que es la tercera ciudad de Cataluña y donde nosotros podemos empatar o incluso ganar a los socialistas por primera vez. De todos modos, su principal enemigo es la abstención. Porque hay una parte del electorado del PSC que el día 22 no irá a votar o que puede decantar su voto hacia Iniciativa per Catalunya (ICV). Eso es lo que pasó en las autonómicas en la ciudad de Barcelona y puede volver a repetirse”.

Pero hay más: desde la formación conservadora se advierte de una especie de pacto de no agresión entre Hereu y Trias. El propio candidato popular por Barcelona, Alberto Fernández Díaz, alertó ayer de que los dirigentes convergentes y los socialistas están trabajando ya en la sociovergencia.

La tesis que defiende el PP es que el partido conservador es el objetivo de los dos principales contendientes. “En Barcelona, que es donde deberían poner toda la carne en el asador, CiU rehúye un ataque frontal con el PSC por lo que pueda pasar. Los convergentes buscan la entente cordial con el fin de preparar el terreno para pactos postelectorales, aunque no sean necesariamente en la capital. Pero, además, hay otra lectura que se hace extensiva a la etapa inmediatamente posterior a las elecciones, cuando se han de discutir y negociar los presupuestos de la Generalitat. Y es posible que ese pacto sociovergente se plasme luego en un acuerdo para aprobar las cuentas de este año”.

El resultado de esta coyuntura es claro: CiU pierde opciones para capitalizar el voto útil de la derecha y el PSC se postula como el voto útil de la izquierda. “”Si hablamos de Barcelona, la única manera de asegurar que la ciudad continúe en poder de la izquierda es que Hereu saque un voto más que Trias. Y eso es lo que queremos que vean los ciudadanos”, dicen en la cúpula del PSC. Por tanto, eliminado el voto útil hacia CiU, los socialistas son los únicos que pueden capitalizar el otro voto útil, el de la izquierda. Y ésa será la clave de los últimos días de campaña.

La paradoja del voto útil tendrá su importancia el próximo día 22 en Barcelona, la segunda ciudad española en importancia y la más grande en poder de la izquierda. Durante los últimos meses, las encuestas vaticinaban una clara victoria de Xavier Trias, candidato de Convergència i Unió (CiU) en la capital catalana y el hundimiento de Jordi Hereu, candidato del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Pero los sondeos más recientes recortan a la mitad esta ventaja y dejan en el aire el resultado. ¿Resultado? El actual alcalde, Jordi Hereu, ha dejado atrás el pesimismo y asegura ahora eufórico que puede repetir.

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