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Ejecutiva crucial de Cs con el núcleo duro de Rivera cuestionado y el debate de la sucesión
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TRAS UNA DEBACLE HISTÓRICA EL 10-N

Ejecutiva crucial de Cs con el núcleo duro de Rivera cuestionado y el debate de la sucesión

La mayor parte de dirigentes apuesta por que el debate solo se abrirá con el beneplácito del líder, pero hay voces que sí piden que se produzca cuanto antes. La cita empieza a las 10

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, junto a José Manuel Villegas, tras comparecer en la noche electoral. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, junto a José Manuel Villegas, tras comparecer en la noche electoral. (EFE)

Los diez escaños cayeron como un jarro de agua helada. La sorpresa fue mayúscula. Los cálculos del partido naranja no apuntaron jamás a que el apoyo de los españoles no superaría el 7%. Se quedó en un pírrico 6,79% y Ciudadanos cayó hasta la sexta fuerza en número de escaños, por detrás incluso de los independentistas de ERC. El ambiente en la sede nacional de Ciudadanos amanece igual que anocheció: enrarecido y con una amarga sensación de soledad (en la noche electoral apenas había militantes concentrados ni escenario en el exterior como es habitual), mientras los principales dirigentes de la formación acuden a las diez de la mañana a una ejecutiva nacional extraordinaria. Encima de la mesa: el debate de la sucesión con voces críticas que llevan días pidiendo un plan, y el cuestionamiento del entorno más cercano a Rivera, denominado 'núcleo duro catalán', al que muchos dirigentes asocian el fracaso.

El 10-N deja el peor resultado de la historia para Ciudadanos desde que el partido diera el salto a la política nacional y choca frontalmente con el obtenido hace apenas seis meses, en abril, cuando alcanzó los 57 diputados, quedándose solo a 9 escaños del PP. Aquel éxito coincidió de pleno con una estrategia de veto expreso a Pedro Sánchez —“no pactaremos con el PSOE en ningún supuesto”—. En junio el partido naranja afrontó la peor crisis interna vivida hasta el momento: discrepancias con esa estrategia, dimisiones de dirigentes de peso y una nueva ejecutiva en la que Rivera se rodeó de fieles. Eso sí, ni siquiera entonces su liderazgo estuvo en cuestión.

Foto: Albert Rivera comparece en la sede del partido junto a su núcleo duro. (EFE)

El objeto de debate fueron las decisiones tomadas y lo que muchos denominan el “aislamiento” de Rivera. Ahora todas las miradas están puestas en el futuro de la formación naranja. Antes de comparecer el domingo por la noche en la sede, el líder del partido se reunió con los miembros de la ejecutiva presentes en la sede, asumiendo la responsabilidad en primera persona, rechazando medias tintas y adelantándoles que pondría en marcha la convocatoria de un congreso extraordinario.

Como explican dirigentes del partido, Rivera deja en manos de la militancia su futuro también. En la Ejecutiva de este lunes se tomarán “decisiones importantes” según manifestó ayer el secretario de comunicación, Fernando de Páramo, sin aclarar en qué se materializarán. Los principales dirigentes descartan una posible dimisión instantánea y consideran que se pondrá en marcha el cambio de rumbo en el Congreso a través de una votación para afiliados. Ahora bien, en el seno de la ejecutiva nacional hay voces que sí piden una sucesión inmediata. Está por ver si el debate llega a ponerse encima de la mesa en la mañana de este lunes, dado que no han encontrado un respaldo consistente de momento entre el resto de compañeros de filas. El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, insiste en que se deben asumir responsabilidades. Igea, como Luis Garicano, ya fueron las voces más críticas en la pasada crisis.

placeholder El líder de Ciudadanos, Albert Rivera (d), junto a la cabeza de lista de Cs al Congreso por Barcelona, Inés Arrimadas (2i). (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera (d), junto a la cabeza de lista de Cs al Congreso por Barcelona, Inés Arrimadas (2i). (EFE)

La mayor parte de los miembros de la ejecutiva permanente (la reducida de 16 personas) considera que la transición hacia un nuevo liderazgo solo llegará si Rivera lo impulsa, mientras descartan tomar una decisión antes de que el presidente del partido tome la suya. Él no pronunció la palabra dimisión en la noche del domingo, y se ciñó a insistir en que los afiliados deben tomar las riendas ante el nuevo mapa político español, después de que los ciudadanos hayan optado por “más Sánchez y, sobre todo, más Vox”, dijo. Otro dirigente reconocía que “el centro había cotizado a la baja” en esta jornada electoral.

El núcleo catalán, cuestionado

Más allá de la figura del líder, lo que nadie descarta en estos momentos es que haya cambios orgánicos de calado en lo que respecta al equipo más cercano de Rivera. En cuestión sí estarían los pesos pesados de los que se ha rodeado todo este tiempo que, en palabras de algunos dirigentes de la formación, han llevado al candidato naranja a un “aislamiento absoluto”.

Foto: Ciudadanos, tras el descalabro electoral. (EFE)

Encima de la mesa están los nombres de aquellos que le han acompañado siempre: el secretario general, José Manuel Villegas; el secretario de Comunicación, Fernando de Páramo; el secretario de Organización, Fran Hervías; y el secretario de Acción Institucional y miembro del comité electoral, José María Espejo. Todos ellos, junto al secretario de finanzas, Carlos Cuadrado, pertenecen al denominado ‘núcleo catalán’, llevan con Rivera desde el principio y constituían en comité electoral que tomó las grandes decisiones políticas de la campaña y de los meses anteriores junto a Rivera.

En el caso de Villegas, fue llamativa la imagen de la noche electoral en la que el número dos dio un paso adelante junto a Rivera, abrazándole y dejando claro que también asumía la responsabilidad. A su derecha se encontraba Inés Arrimadas, que no pudo contener las lágrimas.

Los diez escaños cayeron como un jarro de agua helada. La sorpresa fue mayúscula. Los cálculos del partido naranja no apuntaron jamás a que el apoyo de los españoles no superaría el 7%. Se quedó en un pírrico 6,79% y Ciudadanos cayó hasta la sexta fuerza en número de escaños, por detrás incluso de los independentistas de ERC. El ambiente en la sede nacional de Ciudadanos amanece igual que anocheció: enrarecido y con una amarga sensación de soledad (en la noche electoral apenas había militantes concentrados ni escenario en el exterior como es habitual), mientras los principales dirigentes de la formación acuden a las diez de la mañana a una ejecutiva nacional extraordinaria. Encima de la mesa: el debate de la sucesión con voces críticas que llevan días pidiendo un plan, y el cuestionamiento del entorno más cercano a Rivera, denominado 'núcleo duro catalán', al que muchos dirigentes asocian el fracaso.

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