Elecciones 28A Los malos de la política

por Ángeles Caballero

Cinco señores, cinco. Pesos pesados. Mandaron, mandan y mandarán siempre. En sus partidos o en otros. Admirados, jaleados, aplaudidos. Odiados, criticados, despreciados.

Ilustración: Raúl Arias Formato: El Confidencial

Cinco apellidos: Ábalos, Hernando, Echenique, Girauta y Ortega. Dos de ellos se han prestado a responder a las preguntas de El Confidencial. Echenique, en persona. Hernando, por escrito. Del resto, o no ha habido tiempo o no ha habido ganas.

Son cinco villanos encantados con el personaje que les ha tocado en esta película de terror que es hoy la política. Cinco malvados a los que se les supone lugar para la ternura. Pero estamos en campaña electoral. Les toca bailar con lo feo de su oficio. Dar la cara y ponerla para evitarle la bofetada a otro. Así les hemos dibujado.

1. El hombre de plata

Conocí a José Luis Ábalos una mañana de finales de mayo de 2018. O debería decir que conocí su voz. Caminaba yo con el alma en vilo escuchando las intervenciones de la moción de censura que emocionó a Spielberg y rompió España. Entonces habló y yo me pasé esos minutos dando la vuelta a la manzana de la residencia donde vive mi madre. ¿Pero quién es este hombre?, pensé.

Lo imaginé de repente apoyado en el atril, con el tumbao que tienen los guapos (también los chulos) al caminar. Con la libertad que te da hablar y saber que las consecuencias y el mundo te importan un bledo. Con esa soltura verbal del que tiene todo para perder y se libera del corsé y entonces, voilà. En el fondo creo que sigue sin creerse el resultado. Me refiero a Ábalos, porque ya sabemos que Sánchez le cogió el gusto enseguida al Falcon.

Su voz y su rostro llevan semanas sin dormir ocho horas y se nota

Me sonó castizo puro aunque luego supe que es valenciano. Me imaginé a uno de esos hombres de tasca que prefiero mil veces antes que un socio de auditora, aunque a nadie le amargue un bonus.

“Es un borde, un prepotente”, me dice una amiga que lo ha entrevistado y que acude de cuando en cuando a sus comparecencias. “Si Ábalos se quita el palillo en la boca, le entendería mejor”, ha dicho Toni Cantó, el hombre que quiere dignificar la política y el look de camiseta y americana, cuando todos sabemos que debió morir con Don Johnson en Miami vice.

En 2006 publicó un libro escrito a medias con José Carlos Illán Salcer con el sugerente título de La gestión y prestación de los servicios públicos en el marco de la descentralización.

Le ha tocado un ministerio ingrato, el de Fomento, con tanto presupuesto como clientes insatisfechos

Le ha tocado un ministerio ingrato, el de Fomento, con tanto presupuesto como clientes insatisfechos. Hizo una larga cambiada con el conflicto entre taxis y VTC, se pasó la legislatura cambiando poco de semblante.

Hoy es el secretario de Organización del PSOE y le ha tocado dar la (mala) cara con la que parece la gran metedura de pata de la campaña de su partido: los debates en televisión. Su voz y su rostro llevan semanas sin dormir ocho horas y se nota. Como se nota que era más fuerte en la sombra que con el foco siempre puesto. Con lo bien que se estaba siendo hombre de plata.

2. Mucho charco, poca contención

Una vez pregunté a Rafa Hernando si iba mucho en autobús. Lo hice desde un artículo y no obtuve respuesta. Esta vez se me ha olvidado incluir la pregunta en el cuestionario que le envié para ayudarme a escribir este texto. Hernando, una de mis debilidades del hemiciclo desde la salida de Carlos Floriano, ha sido educado, correcto, suave como la seda, en las respuestas.

Tanto, que parece otro. A ver si me lo han cambiado. A ver si tenía que haberle enviado los interrogantes en Twitter, que es donde se crece. O de atril a atril. O sacarle a bailar, como hizo con Irene Montero. La envidia que sentí yo ese día lo saben los que me conocen.

Un periodista que lleva décadas escribiendo sobre política me dijo que es muy buena persona

Antes de que me acusen de blanquear al candidato del PP por Almería, eché un vistazo por las redes sociales, el mejor pozo del planeta para encontrar ponzoña. Encontré bilis de la buena, como bastantes de los tuits del diputado. “Al principio me planteé dejar las redes sociales, cuando no entendía la presencia de trolls. Ahora que ya sé que hay gente que se dedica profesionalmente a ello y no le doy importancia”, explica.

Entonces decidí salir a la superficie y sondear a gente que lo conoce. Un periodista que lleva décadas escribiendo sobre política me dijo que es una muy buena persona. Recordé a Pablo Iglesias y a Íñigo Errejón dedicándole palabras de cariño. De las pocas cosas en las que coincidirán hoy. También al otro Hernando, de nombre Antonio.

Es experto en charcos, algunos grandes como el océano Pacífico, e inexperto en contención

Rafa Hernando es experto en charcos, algunos grandes como el océano Pacífico, e inexperto en contención. Sabe que se expone, en la vida virtual y en la de verdad. “Al igual que se pide el DNI cuando pides un teléfono, sería bueno pedir el DNI cuanto abres un perfil, y así prevenir delitos y hacer más seguras las redes”, dice. Una cree que en el fondo le va la marcha aunque lleve, como muchos, sus procesiones por dentro.

Aficionado a la novela histórica y a la Historia, en su mesilla tiene ahora las memorias de Alcalá Zamora. “Me gustan el pop español y el pop rock. También el submarinismo (en la foto de su perfil de whatsapp aparece practicándolo), el tenis, el golf y el fútbol: soy madridista confeso”, explica. Este último detalle era innecesario. Imposible imaginárselo de otro equipo.

¿Bailamos? A ver si esta vez tengo más suerte en la respuesta.

3. De humor y banderas

Pablo Echenique es secretario de Organización y Programa de Unidas Podemos. Un personaje odiado por muchos, tantos como motes que le adjudican con más o menos acierto, con más o menos inquina. El último es el de Doña Rogelia. Respeto infinito.

Recibe a El Confidencial el mismo día que estrena funda de IPad con los papeles de Bárcenas. Llego con temor al temible. Alargo la mano pero acabamos con dos besos. Llegan las risas con el primer chiste. Al carajo la distancia.

Echenique cree que para vivir bien hace falta más bien poco y recurre a una anécdota; también a la nostalgia. Recuerda la escasa distancia que hay entre su casa y la universidad donde estudiaba. Pero el invierno en Zaragoza no es para tomárselo a broma, así que de camino a clase cruzaba por dentro de El Corte Inglés para estar a resguardo. “Siempre pensaba: cuántas cosas hay aquí que no me hacen falta”. Metidos en harina, reivindica el derecho legítimo a que todos seamos clase media.

Es científico, periodista y se supone que hemos quedado para conocer al Pablo que no da mítines ni se enzarza en discusiones. Pero no puede dejar de ser político. Además, qué demonios, está en campaña.

Se confiesa ateo con querencia a ciertos elementos del cristianismo y un yonki de los idiomas

Dicen de él que tiene una enorme capacidad de trabajo, también un enorme sentido del humor. Porque el león lo saca a pasear en las redes sociales, ésas que dice que nunca ha pensado en abandonar. “Cuando empecé a escribir artículos en eldiario.es me afectaban muchísimo los comentarios, me sirvió de aprendizaje, así que llegué a Podemos inmunizado”, dice riéndose. Quizá sea el humor lo que le sirve para escuchar y leer lo que denomina “panfletillos periodísticos” sin alterarse lo más mínimo. Su madre y su mujer no opinan lo mismo.

Se confiesa ateo con querencia a ciertos elementos del cristianismo, “un yonki de los idiomas” y añora la época en la que leía. Libros de neurología, filosofía y uno que recomienda con entusiasmo: Qué es el humor. “En él se explica cómo el humor es la recompensa que nos da nuestro propio cerebro cuando aprendemos algo inesperado; por eso nos reímos cuando alguien se cae”, dice. El escaso tiempo libre que tiene lo invierte en el mismo plan de miles de españoles: sofá, serie y manta. Ha visto el primer capítulo de la nueva temporada de Juego de Tronos y sigue, por ‘culpa’ de su mujer, una serie de animación japonesa llamada One piece.

Cuando habla de su mujer es el único momento en el que cambia humor por ternura

Precisamente cuando habla de ella (nacida en Venezuela) es el único momento de la conversación en el que cambia humor por ternura. “Ella estaba haciendo la tesis doctoral en Zaragoza, cayó enferma pero solo tenía visado de estudiante, y aun así la cuidaron en el mejor sistema sanitario del mundo, el nuestro”, afirma. Su jefe de prensa apremia, el tiempo se acaba, pero él quiere hablar de patria y de apropiaciones. “La bandera en la que me reconozco es la rojigualda”, aclara, aunque le quitaría el blasón borbónico. Hacer patria, dice, es cuidar a la gente, es mantener la sanidad universal, es invertir en educación pública.

¿Y si en este rato no ha dejado de hacer campaña?

4. Lobo con piel de lobo

Decía Carmen Rigalt que para que sus crónicas veraniegas fueran veraces prefería no conocer en persona a la gente de la que hablaba. Por eso es difícil dibujar a Juan Carlos Girauta.

Porque ya lo escuchaba en la radio hace muchos años y era una voz familiar, aunque discutiera imaginariamente con él cuando no estaba de acuerdo. Porque un día, cansada de no obtener respuesta por medio de los cauces oficiales, le mandé un mensaje privado por Twitter y le pedí una entrevista. Me dijo que sí, la hora y el sitio y me mandó un beso. Mal empezamos, si soy una sentimental.

Es catalán pero hoy es más toledano que la confitería Santo Tomé

Girauta es catalán pero hoy es más toledano que la confitería Santo Tomé de la Plaza de Zocodover. Ahí es donde han ido a parar sus huesos de consenso, con el objetivo de arañar votos para ese partido liderado por un hombre por el que se parte la camisa cual Camarón. Aunque luego a la guitarra le de por cantarnos a Serrat.

Juan Carlos Girauta lleva gafas del mismo color que su pelo y su cara, pero es incapaz de camuflar lo que le pasa por la cabeza. Es igual en el on que en el off the record, para temor de sus jefes de prensa. Te puede querer y bloquear en redes con enorme facilidad. Parece encantado con el papel de malvado de la película. Se ríe a carcajadas, dice tacos y reparte, es el hombre necesario en unas siglas en las que todo suena bonito, bien y siempre dentro del tiesto.

Se ríe a carcajadas, dice tacos y reparte, es el hombre necesario

Ha pasado por tantos partidos como veces que he cambiado yo de signo de voto. Critica al enemigo, que no siempre está fuera de su partido. Le preocupa el escaño como a mí la liga de curling. Se fuma la vida en pipa y por España. Está en el mejor de sus mundos. No sé si en el mejor de sus momentos.

5. Dos metros de alcaldable

Javier Ortega Smith, número 2 de Vox, quiere dominar el mundo (como Beyoncé) y acabar con la “dictadura progre”. Con chaleco, gomina y esos casi dos metros de altura que se gasta. Y lo que tiene más cerca es el Ayuntamiento de Madrid, al que no solo quiere limpiar de comunistas y toda esa chusma poco aseada y peligrosa. Llegado el caso, es capaz de ponerse el mandil en la cocina y sustituir las magdalenas de Carmena por un buen chuletón. De postre, un sol y sombra.

Si es alcalde será de los de verdad. A él no le pillarán como a Álvarez del Manzano, inaugurando estatuas de La violetera y otras mamandurrias. Se trata de imponer la ley y el orden, de llamar a las cosas por su nombre. Ni derechita, ni cobarde. A un boina verde eso no se lo dices a la cara.

A él no le pillarán como a Álvarez del Manzano, inaugurando estatuas de La violetera

Santiago Abascal le ha regalado una candidatura que puede ser un caramelo, pero también un marrón. No sabemos si lo ha hecho por convicción, o porque al hacer el proceso de selección se ha encontrado con pocos currículos potables en su partido. Aunque también puede ser el premio por llevar unas semanas en el Supremo con la toga puesta. Porque iba a repartir mandobles a los golpistas y está pasando algo desapercibido. Nadie como él diciendo mozo de escuadra, Generalidad, Lérida y Gerona.

En su camino a manejar un presupuesto de más de 5.500 millones de euros, cuenta con la inestimable ayuda de Pedro Fernández, secretario jurídico de la formación política. Su compañero de banco en el juicio del año. Juntos han soportado las broncas del juez Marchena (a saber quién se ha librado de ellas). Son un poco como Hernández y Fernández. Deberían dar miedo pero acaban blandeando en tablas antes del tercio de varas.

Nadie como él diciendo mozo de escuadra, Generalidad, Lérida y Gerona

Nos espera una campaña de las municipales elegante como un traje sastre de Armani. Fuerza y honor. Que pensándolo bien, sería un buen lema de campaña.