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Sánchez se centra en la llamada al voto útil y la movilización tras salir vivo en los debates
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EL ÚLTIMO ESFUERZO ANTES DE LAS URNAS

Sánchez se centra en la llamada al voto útil y la movilización tras salir vivo en los debates

Ferraz señala que el partido ha experimentado una "ligera subida" tras el primer 'round' en RTVE, a falta de conocer el impacto del segundo en Atresmedia. Cree haber captado voto de Cs

Foto: Pedro Sánchez, este 24 de abril en Gijón con Adriana Lastra y Adrián Barbón, en uno de los últimos mítines de campaña, ante unas 3.500 personas. (EFE)
Pedro Sánchez, este 24 de abril en Gijón con Adriana Lastra y Adrián Barbón, en uno de los últimos mítines de campaña, ante unas 3.500 personas. (EFE)

El PSOE y la Moncloa respiran aliviados. Tienen la sensación de que la prueba más difícil, en la que el candidato ponía más carne en el asador y en la que se jugaba más su pellejo, los dos debates electorales en televisión —ambos, por cierto, con audiencias millonarias—, se ha superado. Sin fallos. Pedro Sánchez acudió a la doble cita con la idea de no ganar no perdiendo, y a juicio de su equipo lo consiguió. El presidente no descolló, como convienen los expertos, pero al menos escapó vivo y pudo observar con delectación cómo las dos derechas, PP y Ciudadanos, se despedazaban en directo, y en 'prime time', en su pugna por liderar ese espacio. Ahora el jefe del Ejecutivo acelera. Se centra en la llamada a la movilización masiva y en la apelación al voto útil. Ese grito es casi el único que saldrá de su boca de aquí al viernes. Porque ahí reside, creen los socialistas, la clave del éxito el 28-A.

Sánchez se siente "totalmente liberado, y muy fuerte", como relata un alto mando del partido que ha compartido con él las últimas horas. El martes, tras finalizar el debate de Atresmedia, el candidato compareció ante los medios —cosa que no hizo el día anterior, cuando envió a su director de campaña, José Luis Ábalos, a hacer la primera valoración de su cita en RTVE— tranquilo y sonriente, nada que ver con su rostro más agarrotado de dos horas antes. Después, cuando se marchó a la sede federal, en Ferraz, ante los casi 200 militantes que llenaban la sala Ramón Rubial, se proclamó vencedor. "Hemos ganado el debate y vamos a ganar las elecciones el 28 de abril", subrayó, mientras lucía a su espalda el lema de la recta final, 'Estamos muy cerca'. El PSOE quiere animar a los suyos para que no desfallezcan, para que interioricen que queda ya muy poco, apenas un palmo para las urnas, pero el "riesgo real" de que sumen las tres derechas no se ha conjurado.

En la cúpula del partido se palpaba el regusto de la satisfacción tras el segundo asalto, el debate en Atresmedia. Sánchez corrigió algunos errores que los asesores detectaron tras el partido de ida la víspera en RTVE. El candidato tuvo iniciativa, estuvo más reactivo desde el primer minuto, y disparó contra Albert Rivera, el señalado como ganador del primer 'round', para intentar aplacar sus críticas y desdibujar a Pablo Casado como alternativa. Y reforzó los mensajes que le interesaba remachar casi desde que comenzó la batalla dialéctica.

El resumen del debate de Atresmedia

Primero, buscó desmontar la alianza con los separatistas que PP, Cs y Vox pintan sin descanso. "Yo no he pactado con los independentistas. Es falso. Es falso. Falso es falso. Nunca es nunca, que quede claro", subrayó. Idea que reiteró siempre que pudo y siempre que sus rivales le hostigaban por su supuesto entendimiento con Quim Torra y con EH Bildu. Después, insistió en que si las derechas suman y tienen los números, firmarán una entente como en Andalucía. Azuzaba así el miedo a un retorno de la derecha, acogotada por un Vox al alza. Así, llamó a "concentrar el voto" en el "único partido" que puede batir a "las dos derechas y a la ultraderecha ausente" en el plató. Y tres, despejó una duda que le había perseguido durante toda la campaña: dijo no a una alianza con Cs. "No está en mis planes pactar con un partido que ha puesto un cordón sanitario al PSOE". Así desmontaba una de las acusaciones de Unidas Podemos más repetidas por sus dirigentes.

Sánchez corrigió algunos errores que detectaron en su equipo tras la cita en RTVE: imprimió más firmeza a sus mensajes y se mostró más "peleón"


Ese Sánchez "más peleón" convenció a su equipo, en el que sin embargo no tenían reparos en reconocer que Pablo Iglesias remontó en el debate de Atresmedia y brilló con luz propia al conseguir hacerse hueco entre el griterio, exponiendo sus propuestas sin bajar al barro y apareciendo en pantalla a veces como un cura progre que riñe a los muchachos que se enzarzan en el patio del colegio.

Los templados se sienten "horrorizados"

El presidente es el que asumía más riesgos al exponerse a una doble cita en la tele y en dos días consecutivos. Por eso se resistió cuanto pudo. Y al final tuvo que rectificar. Pero Sánchez salió más que airoso, incidían fuentes de la cúpula en conversación con este diario. "Hemos conseguido dos cosas. Por un lado, hemos movilizado a la izquierda, haciéndoles ver que lo que está en juego este domingo es muy importante, que hay una batalla decisiva en la que uno se debe mojar porque las derechas pueden ganar. De otro, creemos que el voto de centro, moderado, sensato... ha caído de nuestro lado", contaba un colaborador muy estrecho del jefe del Ejecutivo.

En la cúpula estiman que una mayoría de los 800.000 electores que dudan entre PSOE y Cs pueden haber caído de su lado tras los debates

En Ferraz tienen un primer indicio del impacto de los debates. Tras el primer asalto en RTVE, se ha observado en los 'trackings' una "ligera subida del PSOE", de unas décimas. La incidencia de la segunda cita, la de Atresmedia, se conocerá en la medición que obre en manos de la dirección este jueves. Los sondeos internos del partido van en la misma línea que los de los institutos demoscópicos privados que pudieron publicarse hasta el pasado lunes (también los de IMOP para El Confidencial): la estimación de voto a los socialistas ronda el 30-31%, sobre los 134-135 escaños, y en la cúpula creen que es posible estirar algo más, alcanzar incluso los 140 diputados, lo que le dejaría muy cerca de la mayoría absoluta con Unidas Podemos y Compromís. En los barómetros del PSOE, el PP sigue a gran distancia, "sobre el 20% de los sufragios" y por detrás quedan Cs, los morados y un Vox "en ascenso". Aun así, hay temor a que las encuestas no capten el respaldo a la formación ultraderechista de Santiago Abascal.

En el entorno del presidente se muestran persuadidos de que los electores más templados se sienten "horrorizados" con las sucesivas intervenciones de Rivera en RTVE y Atresmedia, tras confirmarse su "renuncia" al centro y situarse con nitidez en el bloque de la derecha, saliendo al ataque contra Sánchez porque era consciente de su "baja estimación de voto y de su fragilidad". El PSOE calcula que los seis millones de indecisos que había al comienzo de la carrera, un 13% dudaban entre la papeleta del puño y la rosa y la de Cs. Cerca, pues, de 800.000 votantes. En Ferraz aspiran a que la mayoría de ellos se decanten por Sánchez, y así podrá firmar un resultado "espectacular" el 28-A.

Sin "verosimilitud" al pacto PSOE-Cs

Según diversos sondeos, Unidas Podemos se ha estabilizado, pese a su desplome desde 2016, y se tiene la percepción de que Iglesias, tras su reaparición pública a finales de marzo, cuando cumplió la baja de paternidad, sí ha tirado de su coalición hacia arriba, y que ha rematado bien la faena con los debates. "Ojalá les vaya bien, porque les necesitamos", valoran en la cúpula.

Para los estrategas del PSOE, el debate probó la "colaboración" virtuosa con Podemos, frente a unas derechas que se están "despedazando"

La doble cita en televisión sirvió también, a juicio del equipo del presidente, para mostrar ante los espectadores la "colaboración virtuosa" entre PSOE y Unidas Podemos, frente a la encarnizada disputa que libraron Rivera y Casado en el espacio de la derecha. Dicho de otro modo, que se proyectó ante una gran audiencia que un Ejecutivo socialista apoyado por los morados puede gozar de "estabilidad" —un valor que siempre recalca Sánchez en sus mítines— frente a unas derechas que se "despedazan". En el PSOE observaban con estupor el último episodio de la guerra infernal y cruenta entre PP y Cs: el fichaje sorpresivo de Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid (por el PP) hasta el pasado 11 de abril, por los naranjas, como número 13 en la lista a la Asamblea regional.

Pedro Sánchez: "Los de Ciudadanos tienen más opiniones que días tiene el año"

A la clarificación de los espacios contribuyó, según los estrategas del partido, uno de los mensajes que Sánchez lanzó en el debate de Atresmedia: "No está en mis planes pactar con un partido que ha puesto un cordón sanitario al PSOE". Para el equipo de Sánchez, no se trataba más que de evidenciar lo que ya se percibe, que el entendimiento con Rivera es imposible, así que "nadie da verosimilitud ya" a un pacto soñado por los empresarios. A Ferraz le interesaba cortar con la polémica alentada por Iglesias por la "caja de resonancia" que es la tele. El candidato tenía preparado reforzar su defensa en la cuestión de los indultos a los presos del 'procés', que constantemente le lanzan a la cara PP y Cs, pero no hubo ocasión durante el debate de sacarla a paseo.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado, junto al expresidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido. (EFE)

Adriana Lastra: "La cuarta derecha"

En cualquier caso, Sánchez pisa ya el acelerador hacia el 28-A. "Y ya no estamos para sutilezas", señalan los estrategas del candidato. De ahí que alerte contra la abstención y llame al voto útil. El presidente estuvo este miércoles en Badajoz, por la mañana, y por la tarde en Gijón, en uno de los mítines más multitudinarios de la campaña, ante unas 3.500 personas. En la ciudad asturiana, demandó una "enorme movilización para hacer una enorme moción de censura social para acabar con la corrupción, la crispación y la desigualdad". "Estamos muy cerca de que pase, estamos muy cerca de lograrlo, después de once años estamos tocando con las yemas de los dedos que el PSOE pueda ser primera fuerza política, pero no basta con ganar, tenemos que ganar y gobernar".

Sánchez pide "una enorme movilización para hacer una enorme moción de censura social para acabar con la corrupción, la crispación y la desigualdad"

El discurso de Sánchez fue complementado con el de su vicesecretaria general y cabeza de cartel por Asturias, Adriana Lastra: "La abstención es la cuarta derecha de estas elecciones. Es una derecha más. Y un día de abstención son cuatro años de retroceso, y el día 29 [de abril] no hay derecho de reclamación, rectificación o devolución". Lastra animó a "todo el mundo a votar", para que no ocurra lo que en Andalucía, que la baja movilización propició que PP, Cs y Vox tejieran una alianza para desalojar al PSOE. La número dos, de hecho, pidió desconfiar de los "pellizquitos de monja" que se dieron Rivera y Casado en los debates: intentan "engañar al electorado", porque "si el 28 suman, el 29 gobiernan".

placeholder Pedro Sánchez, con el barón asturiano del PSOE, Adrián Barbón; la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, y la ministra de Sanidad, Luisa Carcedo, este 24 de abril en Gijón. (Eva Ercolanese | PSOE)
Pedro Sánchez, con el barón asturiano del PSOE, Adrián Barbón; la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, y la ministra de Sanidad, Luisa Carcedo, este 24 de abril en Gijón. (Eva Ercolanese | PSOE)

En la cúpula del PSOE calculan que la participación rondará el 70%, y esa alta movilización beneficiaría a su candidato, por lo que lo que le queda de aquí al final de la campaña es llamar a las urnas y alertar del "riesgo real" de la suma de las derechas. Y advertir de que el "único" partido que puede cortarles el paso es el PSOE. "Sin intermediarios", repite, haciendo hincapié en el voto útil.

Rivera da la bienvenida en un acto en Valladolid a Soraya Rodríguez y Ángel Garrido

Y en esa captura de los votos de centro, Sánchez desacreditó a Rivera por sus posiciones cambiantes: "Los de Cs tienen más opiniones que días tiene el año". También con ese fin insistió en su vena patriótica: "¡Este es un gran país! ¡Me siento orgulloso de ser español! ¡Que lo escuchen bien alto! ¡Me siento orgulloso de ser español!", gritó.

Pedro Sánchez: El PSOE es "el único proyecto cabal, moderado y sensato"

Sánchez se despliega en este tirón final por varias provincias por día, y buscando los nichos tradicionales. En Badajoz (1.500 personas) estuvo con el presidente extremeño y candidato a la reelección, Guillermo Fernández Vara, y el exbarón regional Juan Carlos Rodríguez Ibarra. En Gijón, con Lastra, la ministra de Sanidad, Luisa Carcedo (número dos por el Principado al Congreso) y el secretario autonómico, Adrián Barbón. Este jueves visita Jaén, Granada y Barcelona, y el domingo remata la campaña en Toledo, Madrid y Valencia. Apenas quedan unas horas para que los focos se apaguen y Sánchez necesita echar el resto.

El PSOE y la Moncloa respiran aliviados. Tienen la sensación de que la prueba más difícil, en la que el candidato ponía más carne en el asador y en la que se jugaba más su pellejo, los dos debates electorales en televisión —ambos, por cierto, con audiencias millonarias—, se ha superado. Sin fallos. Pedro Sánchez acudió a la doble cita con la idea de no ganar no perdiendo, y a juicio de su equipo lo consiguió. El presidente no descolló, como convienen los expertos, pero al menos escapó vivo y pudo observar con delectación cómo las dos derechas, PP y Ciudadanos, se despedazaban en directo, y en 'prime time', en su pugna por liderar ese espacio. Ahora el jefe del Ejecutivo acelera. Se centra en la llamada a la movilización masiva y en la apelación al voto útil. Ese grito es casi el único que saldrá de su boca de aquí al viernes. Porque ahí reside, creen los socialistas, la clave del éxito el 28-A.

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