Sánchez intenta retomar el control de la campaña tras el resbalón de los debates
"Queremos hablar de nuestro libro y del de los demás, y ahora todo ha vuelto a su cauce". El presidente y su equipo pasan página del patinazo de la última semana, que creen que no tendrá coste electoral
Los primeros kilómetros estaban previstos para llanear, sin más pretensión que ir atravesando etapas, sin asumir riesgos, esquivando los obstáculos, calzando el discurso aquí y allá hasta la extenuación. Velocidad de crucero. La prueba se presumía sencilla. Sin embargo, la campaña pegó un vuelco y el candidato tuvo que salir de su zona de confort para desliar la madeja que él mismo había enredado. Se había metido un gol en propia puerta. Los debates. El debate de los debates. Una serpiente que estaba envenenando el clima y que amenazaba con arruinar el soñado tránsito pacífico hasta las urnas. Había que cerrar la crisis, aunque el precio a pagar fuera el doble del previsto: dos debates, y no uno, en RTVE y Atresmedia, el 22 y 23 de abril. Fin del culebrón.
"¡Qué remedio!". La interjección de Pedro Sánchez en Logroño, al poco de conocerse su rectificación, lo decía todo. Un candidato que había tenido que ceder ante el riesgo cierto de que no hubiera un enfrentamiento con sus rivales en la tele y con su órdago había abrasado a la administradora única de RTVE, Rosa María Mateo. Pero necesitaba pasar página, retomar el dominio de una campaña anodina, sin badenes ni peraltes. En su equipo creen que el patinazo no le generará "ni un rasguño" porque la encendida controversia no permea tanto en la ciudadanía, y menos en plena Semana Santa, con media España de vacaciones. Las expectativas electorales del PSOE, creen, siguen intactas.
Pero en la cúpula eran muy conscientes de que el debate de los debates les estaba quemando. El Jueves Santo fue una jornada para olvidar. Error tras error. RTVE contraprogramó a Atresmedia e impuso, sin consultar con el resto de formaciones, que el formato a cuatro se celebrara el martes 23 de abril, solo porque esa era la fecha querida por el presidente. Mateo se había plegado a los deseos de la Moncloa y de Ferraz. Pero Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias no transigieron y reconfirmaron su presencia el martes en los estudios del operador privado.
En el entorno del presidente aseguran que el chaparrón de estos días no le hará "ni un rasguño", no erosionará su línea de ascenso en los sondeos
Automáticamente, la corporación se incendió. Los consejos de informativos de TVE, RNE y rtve.es lanzaron un demoledor comunicado en el que protestaban por la decisión unilateral de la administradora única, que la plantilla no compartía, y pedía una rectificación, porque no se podía tolerar que ningún partido, sea el que sea, pretenda "imponer" su criterio a la tele pública. Rostros reconocibles, como Xabier Fortes, el señalado para moderar el debate a cuatro; Carlos Franganillo, presentador del 'Telediario 2', o Íñigo Alfonso, conductor de 'Las mañanas de RNE', mostraron su disconformidad con el comunicado de la cúpula. Y la Dirección de Informativos de TVE, pilotada por Begoña Alegría, se alineó con sus periodistas y se desvinculó de Mateo. La máxima responsable de la corporación se quedaba sola.
Se activó "la máquina del barro"
Sánchez había asegurado a las cuatro de la tarde en los micrófonos de Onda Cero, con rotundidad, que no se movía. Apostaba fuerte. O 23 en RTVE o nada. Sin embargo, en las siguientes horas la nave socialista fue virando, y en la tarde del jueves se consumó el volantazo. "A la vista de que se utilizaba torticeramente este tema y de que estaba poniendo en marcha la máquina del barro, actuamos", relataba a este diario uno de los miembros del núcleo duro de campaña. En el ánimo de la dirección pesó "más" el deseo de pasar página rápidamente y reconducir la situación para que la discusión pública no pivotara sobre el agujero negro de los debates electorales, sino de las propuestas. La rectificación se lanzó a las 9 de la mañana del viernes.
En el sanedrín dicen que "nunca" se planteó que no acudiera a un debate. No eran alternativas viables la Academia de la Televisión o mandar a un segundo
El comité electoral estimó que podía haber "alternativas" para escapar del embrollo. Encargar la organización del evento a la Academia de la Televisión, como se había hecho en anteriores generales (2008, 2011, 2015 y 2016) no era viable porque no tenía "recursos" para prepararlo. Y devolver la cita en RTVE al 22 y enviar al de Atresmedia a un segundo, como Carmen Calvo o María Jesús Montero no era buena idea. La oposición se negaba a discutir con un enviado de Sánchez y era más que dudoso Antena 3 y La Sexta aceptaran. Así que la única salida real era que él mismo acudiera a los dos debates, sin dejar de denunciar que acudir a dos formatos casi calcados en dos días consecutivos es una "anomalía" y un "error". "Pero una cosa es que no quedara más remedio que hacerlo así y otra asumirlo como normal, aceptar como razonable lo que no lo es", se quejaba uno de los dirigentes de mayor confianza del líder.
En el sanedrín del PSOE reconocen que la polémica ha "roto la campaña", pero automáticamente agregan que "si este es el único elemento de controversia, entonces habrá que preguntarse por la capacidad de la oposición para marcar agenda". La dirección, como ya expresó Sánchez en Onda Cero, culpa a la Junta Electoral Central por prohibir el debate a cinco, con Vox. Con su decisión, admiten, "hacía un favor a PP y Cs". Sorprende que en Ferraz no se previera la respuesta de la JEC, que se asentaba en una instrucción de 2015. Pero también se palpa malestar en la dirección hacia RTVE, porque "no defendió con ahínco el debate cuando tuvo oportunidad y no presionó" para que Casado, Iglesias y Rivera confirmaran rápidamente la fecha y cortocircuitara la rápida respuesta de Atresmedia, que mantuvo su espacio para el 23-A.
"El día comienza mal porque esta corporación pública se encuentra en mitad del debate entre partidos, en el centro de la tormenta política... El lugar que no debemos ocupar. No es bueno para un medio de comunicación ser noticia"
— Las Mañanas de RNE (@LasMananas_rne) 19 de abril de 2019
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Fuentes próximas al jefe del Ejecutivo insisten en que "nunca" estuvo sobre la mesa la posibilidad de que no participara en al menos un debate. Y en su entorno más próximo hay quienes han llegado al convencimiento de que la ausencia de Vox a quien más perjudica es al PP, porque se percibirá a Casado más escorado en la derecha.
El marco favorito, el de las primarias
En el equipo de Sánchez se estima que el parte de daños es reducido. O, más bien, inexistente. "Lo importante de los problemas no es cómo se plantean, sino cómo se resuelven. No habrá nada de erosión. Me parece absurdo pensar que alguien vote por un debate", indica un dirigente de peso. "Ni un rasguño", resume gráficamente uno de los integrantes del círculo más estrecho del presidente. "Hemos salido indemnes de una pequeña curva en el camino", abunda otro tercer colaborador del candidato.
La cúpula cree que los dos debates pueden ayudar a "movilizar a los indecisos" y que esa apuesta puede ser vista como un "gesto de audacia"
La razón que esgrime el comité electoral es que "a la gente le llega que Pedro hará dos debates y que le han mareado", y que toda esta tormenta se ha producido con el país de vacaciones. "No somos el ombligo del mundo. Existe la vida. Hay que aprender a distinguir entre la señal y el ruido", argumentan, apuntando al "espectacular apoyo de la gente" este viernes en sus paseos por Viana (Navarra) y San Sebastián, y también en el mitin en Santander (2.000 personas, según la organización). En síntesis, que se trata de una cuestión más mediática que otra cosa, y que no tiene que encontrar penalización de los electores. "Es más, se victimiza al presidente y nos pone en bandeja el marco Pedro Sánchez vs todos contra Pedro Sánchez. Más allá de Vox. Es el marco de las primarias de 2017", las que ganó a Susana Díaz contra todo y frente a todos, recuerda uno de los estrategas. "Ese marco vuelve y ahora hacer dos debates es visto como un gesto de audacia y servirá para movilizar a los indecisos", prosigue.
No obstante, el partido deseaba apagar las llamas lo antes posible. De ahí la reacción fulminante de este Viernes Santo. "No queremos que ese rollo tape el resto de temas. Queremos hablar de nuestro libro, y del de los demás. Ahora, todo ha vuelto a su cauce", concluyen desde el círculo del presidente. Ahí está la motivación de fondo del viraje de última hora: impedir que la polémica colonizase la campaña.
El secretario general, presidente del Gobierno y candidato, Pedro @sanchezcastejon, mantendrá dos debates. El día 22 de abril en @rtve y el día 23 de abril en @atresmediacom.
— PSOE (@PSOE) 19 de abril de 2019
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Otras fuentes de la dirección son, no obstante, menos optimistas, y lamentan el patinazo de estos días. "Se ha reconducido, sí, pero cuando metes la pata y la sacas, tienes doble precio, y aquí son los dos debates", señala gráficamente un responsable de la ejecutiva. Algunos miran como responsable de la cadena de errores a Iván Redondo, el director de Gabinete del presidente y quizá uno de los hombres que más influyen en él, y el que más empeño puso en el debate a cinco con Vox. En el entorno de este lo niegan y creen que el hecho de que ahora esté en esta última semana junto al candidato "ayuda" y que él contribuyó a arreglar el desaguisado.
"Sería un error innovar"
El PSOE procura así retornar a la normalidad de su campaña sin estridencias, deliberadamente aburrida. "Sería un error innovar. Y no nos ha hecho falta, porque tampoco la oposición nos ha provocado y nuestra gente sigue emocionándose con nuestro guion. Ellos [PP y Cs] están más a su competición de primarias en la derecha que a rivalizar con nosotros", explican desde las alturas del comité electoral.
Apenas ha habido variaciones del discurso en campaña. Sánchez opone su proyecto a la foto de Colón y ni aparece en sus mítines Unidas Podemos
Sánchez prácticamente calca su intervención allá donde va, con pequeñas adaptaciones en función del territorio —guiño gastronómico incluido—, expone las líneas básicas de su programa (justicia social, regeneración democrática y convivencia) y alerta siempre de que lo está en juego es "avanzar" o "retroceder", que España mire al futuro o retorne al pasado. Y siempre recuerda que hay un "riesgo real" de que "la derecha de tres siglas" de la foto de Colón (PP, Cs y Vox) sume y lleve a la "involución" al país. El presidente se erige como símbolo de la "moderación", de la España "sensata" y "cabal" que repudia los gritos, los "insultos" y la "crispación". Unidas Podemos no aparece por ningún lado en sus mítines, cuando hace solo tres años era la gran obsesión porque Pablo Iglesias le pisaba los talones. Ahora la disputa en la izquierda se ha resuelto en beneficio del PSOE y los morados eran y son socios preferentes.
El candidato apenas ha variado su mensaje desde la precampaña. La única diferencia más significativa es que sí ha introducido Cataluña en las últimas semanas, y no solo en las entrevistas, sino en sus intervenciones. El tono hacia los independentistas se ha elevado varios decibelios. Se ha hecho "más firme", "sin matices ni miedo". El secretario general rescató su 'no es no' para apuntalar que con él no habrá jamás ruptura de la unidad del país.
Un "perfil zen" para los debates
"Nunca es nunca —reiteraba este viernes por la tarde desde Santander—. Nunca va a haber referéndum, ni independencia de Cataluña, ni quebrantamiento de la Constitución". El presidente es más rotundo tanto para combatir las críticas de PP y Cs como para concentrar el voto útil en torno al PSOE, para que no queden dudas de que no pactará su investidura a cambio de una consulta soberanista, como le siguen pidiendo ERC y Junts per Catalunya, cuyos votos puede necesitar si no alcanza la mayoría absoluta con Unidas Podemos, Compromís y PNV. "Los independentistas no son de fiar", dijo en una entrevista esta semana en eldiario.es. Han sido "absolutamente irresponsables" y han de saber que si vuelven a saltarse la ley, el Gobierno actuará "con toda contundencia", afirmó el lunes en Antena 3.
En los últimos días sí ha mostrado más firmeza con los separatistas, advirtiendo de que no son de fiar. Reitera que no habrá secesión: "Nunca es nunca"
Lo que no ha hecho el candidato es cerrarse puertas de cara a los pactos poselectorales. Sí se ha aventurado a anticipar que quizá Cs tenga que revisar su estrategia tras las generales del 28-A, y ha remarcado que su límite está en la Constitución y en las leyes, barreras que nunca traspasará. También ha multiplicado, en entrevistas, sus guiños a Unidas Podemos, el grupo con el que no le ha costado demasiado entenderse en esta legislatura y con el que espera poder seguir pactando tras las elecciones. Su combinación preferida, desde luego, sería una suma con los morados, PNV y Compromís, a la que apuntan varios 'trackings' de los medios (también el de IMOP para El Confidencial) y los sondeos internos que maneja el PSOE.
Pero antes de las urnas, Sánchez tiene que superar el doble examen de los debates, en RTVE y Atresmedia, que preparará ya en exclusiva tras el acto de este sábado en Alicante. Entonces se encerrará con su equipo más cercano —encabezado por su director de Gabinete, Iván Redondo, considerado como su oráculo, y su director de campaña y secretario de Organización, José Luis Ábalos— y diseñará la estrategia. El líder socialista promete "guante blanco", porque "debatir no es insultar" y responder al mismo 'claim' de Casado y Rivera, "echar a Sánchez", con un mismo talante: un "perfil zen", "moderado", "sensato", informa EFE. El traje que lleva vistiendo desde hace semanas, meses, y el que cree que mejor se ciñe a los deseos de la mayoría de votantes. Pasado el tropezón de los debates, el candidato y la dirección socialista encaran la recta final de la campaña con optimismo y aparente tranquilidad. Pero quedan por delante las jornadas más decisivas antes de abrir los colegios electorales el 28-A y contar los votos.
Los primeros kilómetros estaban previstos para llanear, sin más pretensión que ir atravesando etapas, sin asumir riesgos, esquivando los obstáculos, calzando el discurso aquí y allá hasta la extenuación. Velocidad de crucero. La prueba se presumía sencilla. Sin embargo, la campaña pegó un vuelco y el candidato tuvo que salir de su zona de confort para desliar la madeja que él mismo había enredado. Se había metido un gol en propia puerta. Los debates. El debate de los debates. Una serpiente que estaba envenenando el clima y que amenazaba con arruinar el soñado tránsito pacífico hasta las urnas. Había que cerrar la crisis, aunque el precio a pagar fuera el doble del previsto: dos debates, y no uno, en RTVE y Atresmedia, el 22 y 23 de abril. Fin del culebrón.
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