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El debate ideal para Sánchez, la ocasión de Casado y la prueba del algodón de Abascal
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El debate ideal para Sánchez, la ocasión de Casado y la prueba del algodón de Abascal

Pablo Iglesias y Albert Rivera se jugarían "la remontada", mientras que Pedro Sánchez y Pablo Casado buscarían erigirse como alternativas de Gobierno

Foto: Santiago Abascal, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pablo Casado. (El Confidencial)
Santiago Abascal, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pablo Casado. (El Confidencial)

Analistas y rivales electorales señalan con unanimidad que el formato del debate televisivo a cinco en Atresmedia, que ahora ha suspendido la Junta Electoral Central precisamente por incluir a Vox siendo extraparlamentario, encajaba mucho mejor en la estrategia electoral diseñada por el equipo de campaña de Pedro Sánchez que el debate a cuatro propuesto por RTVE. La posibilidad de arrinconar en un mismo lado del tablero a PP, Ciudadanos y Vox y de erigirse en la única alternativa viable, moderada y sensata frente al pacto andaluz es un marco que se escapaba en el debate de la televisión pública. "Imponer su imagen contra las tres fuerzas de derechas, situando al espectador en el juego de la dualidad y movilizar el voto de los tuyos, incluso mediante el miedo" al otro, explica José Manuel Sánchez Duarte, profesor de Comunicación en la URJC.

"A Sánchez no le viene mal que lo ataquen, y un exceso de ataques tendría un efecto bumerán, dejándole en el espacio de la moderación", apunta el asesor político Antoni Gutiérrez-Rubí. La presencia de Santiago Abascal supondría que se elevase el tono de estos ataques y, como ha quedado patente en precampaña, podría arrastrar hacia estas posiciones a los candidatos de Partido Popular y Ciudadanos. "La estrategia más obvia de Sánchez pasa por visibilizar como una misma unidad a las tres derechas que están contra él y, por tanto, contra el progreso o los avances sociales" que intentaría representar, concluye el experto en comunicación política Luis Arroyo.

Foto: Pedro Sánchez, en un acto del PSOE en Vigo. (EFE)

El debate ideal para Sánchez, que encabeza con ventaja las encuestas, no podrá celebrarse finalmente. Si bien el líder del PSOE ha intentado reducir su exposición durante lo que va de campaña y había limitado su participación en debates a una única cita, antes de decantarse por el debate de Atresmedia, frente al de la televisión pública. Es por ello que si finalmente no participa en ningún debate, tampoco será un contratiempo, ya que hasta ahora ha preferido seguir la estela de las encuestas, evitando cometer errores y dejando este riesgo para sus rivales. La opción, de momento, pasa por un debate a cuatro.

Pablo Casado es, según los distintos analistas, el candidato que más se juega en un debate electoral, tanto para marcar su hegemonía dentro del bloque conservador como para confrontar cara a cara con Sánchez. "El único de los otros cuatro candidatos con opciones presidenciales", indica Gutiérrez-Rubí, y a quien el debate le permitiría consolidarse y, lo que sería más importante, luchar por el "voto frontera". Esto es, por los indecisos que dudan en votar a PP o a Vox, o a PP o Ciudadanos. Una alta bolsa de votantes, pues, según las encuestas, entre aquellos que tienen decidido ir a votar pero dudan a quién hacerlo predominan los electores de derechas. Es por ello que, según el analista político, "la gente querrá ver duelos entre partidos del mismo bloque".

Foto: Ana Pastor y Vicente Vallés, el pasado 12 de abril en la presentación del debate a cinco. (EFE)

El debate electoral, planteado en la recta final de campaña, es para Sánchez Duarte el evento más relevante en términos de audiencia antes de la cita con las urnas, más que cualquier mitin. Las campañas son cada vez más importantes, a la hora de condicionar el voto de los electores, y "cada vez un mayor número de ciudadanos decide su voto en el último momento", añade Gutiérrez-Rubí. Iglesias y Rivera se jugarían "la remontada", mientras que Sánchez y Casado, el erigirse como alternativas de gobierno.

Todos los candidatos se juegan mucho, pero en un debate a cinco y a la vista de las estrategias y de cómo llega cada uno, el líder de Podemos corre el riesgo de caer en la "irrelevancia" porque se impondría "el careo entre el presidente del Gobierno y su principal alternativa convertida en un único acto, que serían Casado, Rivera y Abascal". Para Arroyo, la presencia de Vox podría llevar a Albert Rivera y a Casado hacia posiciones más suaves para hacerse con el electorado más moderado, pero predice que, con todo, "les costaría mucho salir del marco" unitario en el que los situaría Sánchez.

El efecto sorpresa jugaría a favor de Abascal, ya que apenas ha concedido entrevistas durante la campaña y ha limitado al máximo la intermediación, apostando por las redes sociales, herramientas de mensajería como WhatsApp y los mítines. Sería el gran desconocido a la hora de confrontar opiniones, pero, según el asesor en comunicación Gutiérrez-Rubí, el debate sería para él "un arma de doble filo" porque está por ver si un mayor conocimiento de su figura y sus propuestas "refuerza sus expectativas o las reduce".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a un mitin en Castellón. (EFE) Opinión
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El líder de Vox podría optar por mantener una posición firme pero sin exponerse demasiado, o entrar a profundizar en las distintas cuestiones y descubrirse más. Le da un punto adicional más, según añade el analista, que se trate de la candidatura más antisistema o enfrentada al 'establishment' político y mediático. Su exclusión del debate, de hecho, refuerza la estrategia que venían manteniendo, con un papel victimista por los supuestos ataques de los medios de comunicación, como demostró la reacción de Santiago Abascal en Twitter a la decisión de la Junta Electoral: "Algunos no saben qué hacer para excluir a Vox, o para incluir a sus socios separatistas y golpistas en el debate".

Los bloques temáticos de los debates condicionan en gran manera su desarrollo, y en este caso se habían elegido tres grandes cuestiones: programa electoral, cuestión territorial y pactos. En este caso, Sánchez también partiría con ventaja en dos de los tres bloques, el programático y el relativo a los pactos. Según Arroyo, "lo tiene ya hecho, porque el programa estaba en los Presupuestos que malograron PP y Cs y los pactos ya están definidos desde antes de la convocatoria de elecciones, cuando le dieron la foto de Colón".

Analistas y rivales electorales señalan con unanimidad que el formato del debate televisivo a cinco en Atresmedia, que ahora ha suspendido la Junta Electoral Central precisamente por incluir a Vox siendo extraparlamentario, encajaba mucho mejor en la estrategia electoral diseñada por el equipo de campaña de Pedro Sánchez que el debate a cuatro propuesto por RTVE. La posibilidad de arrinconar en un mismo lado del tablero a PP, Ciudadanos y Vox y de erigirse en la única alternativa viable, moderada y sensata frente al pacto andaluz es un marco que se escapaba en el debate de la televisión pública. "Imponer su imagen contra las tres fuerzas de derechas, situando al espectador en el juego de la dualidad y movilizar el voto de los tuyos, incluso mediante el miedo" al otro, explica José Manuel Sánchez Duarte, profesor de Comunicación en la URJC.

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