Sánchez descarta la Virgen de Guadalupe y se marcha a afianzar votos de los mayores

El de este primer lunes de campaña no iba a ser un acto del PSOE en Madrid. El comité electoral había barajado la opción de viajar hasta el monasterio de Guadalupe, en Cáceres. Se pensó en una foto del candidato con una imagen religiosa en plena Semana Santa, por aquello de hacer un guiño a esa España devota o que, simplemente, sale a las calles para seguir procesiones por tradición o por una cuestión cultural. Pero finalmente la propuesta, apadrinada por el gurú del presidente, Iván Redondo, se descartó: no había consenso en el sanedrín de campaña. La idea se desechó el viernes pasado y hubo que improvisar una alternativa: un acto en Leganés, un municipio cercano a la capital y gobernado por el PSOE, y con mayores, uno de los nichos de votantes claves para Pedro Sánchez y a los que necesita fidelizar.

Se eligió el centro Juan Muñoz de la localidad del sur de Madrid. El presidente se paseó por las pequeñas salas, y los jubilados le enseñaron sus láminas, su habitación de juegos —ahí dio unos toquecitos al billar—, su taller de baile o el bar (cafés a 0,70 euros). Después Sánchez salió al patio, donde le esperaban unas 200 personas. Era el primer mitin de pequeño formato en esta campaña oficial, y el primero con el barón madrileño, José Manuel Franco. El sol comenzaba a apretar a mediodía. Algunos curiosos se asomaban por las ventanas para escuchar y ver.

El candidato tomó la palabra tras el presidente de la Junta de Mayores de Leganés, Nicasio Martínez, y el regidor de la localidad, el socialista Santi Llorente. El líder socialista no escapó del guion en el que ha preferido sumergirse de camino al 28-A. No quiere ni puede. Sus estrategas insisten en que la campaña ha de discurrir por los cauces de la tranquilidad, sin que nada se distraiga ni nada chafe la línea ascendente que ha venido siguiendo el PSOE en las últimas semanas, según las encuestas. Nada de errores. Y aunque replicó su mensaje cien veces aprendido, sí adaptó su discurso al auditorio.

El candidato se compromete a blindar las pensiones en la Constitución: revalorizarlas al IPC, garantizar su natureleza pública y asegurar su sostenibilidad

Así, remarcó su compromiso de revalorización de las pensiones conforme al IPC, un "acto de justicia, de responsabilidad de nuestros mayores". De hecho, el sistema quedará blindado constitucionalmente, según consigna su programa electoral, que se conoció íntegramente apenas poco después del minimitin. Sánchez reivindicó las medidas de su Ejecutivo a favor de los retirados: actualización de las pensiones según el coste de la vida, mayor subida de las mínimas, aumento de las prestaciones de viudedad, la recuperación de la cotización a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales (en su mayoría mujeres)...

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Pero también hay medidas que han naufragado porque "los independentistas y la derecha" tumbaron los Presupuestos de 2019, como la supresión del copago farmacéutico para los retirados más vulnerables o mayores recursos para la dependencia, un pilar del Estado del bienestar que no solo genera cohesión social, sino que también "crea empleo, riqueza", recordó. El candidato negó que sus viernes sociales estén creando un agujero en las cuentas públicas. Su Gobierno, insistió, está comprometido con la consolidación fiscal. Y aunque sus medidas van a "implicar un esfuerzo presupuestario", este será "menor que el de las autopistas rescatadas como consecuencia del desaguisado del PP".

Concentremos el voto en el único que puede garantizar que España avance y que estos tres no sumen", el PSOE, dice

"Si nos movilizamos todos, si llenamos las urnas de votos socialistas, habrá cuatro años de políticas sociales", prometió. El presidente insistió en que el gran problema que afronta España es la "injusticia social", y si el país crece, ese crecimiento "se tiene que redistribuir". Fue entonces cuando sacó a colación la propuesta de blindaje del sistema de pensiones en la Constitución con tres ideas claves: revalizar las prestaciones conforme al coste de la vida, garantizar la naturaleza pública del sistema, "porque es un derecho, y no una mercancía", y asegurar su sostenibilidad financiera.

"Pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos a mucha gente", añadió, retomando otro 'claim' que repite en sus mítines: hay que llamar a las urnas a los que "siempre" han votado al PSOE, a los que lo votaron alguna vez y a los que "nunca" han querido apostar por su partido. "Concentremos el voto en el único que puede garantizar que España avance y que estos tres no sumen", resumió, en alusión a PP, Cs y Vox, la derecha "de tres siglas" y que "actúa en bloque". "Si suman, harán lo que han hecho en Andalucía, y no lo podemos permitir", alertó.

El presidente intentó tocar el corazón de los mayores. Se detuvo en su propia infancia (nació en 1972), cuando la democracia "empezaba a construirse" y sus padres salían a trabajar muy temprano, y como otros miembros de su generación pensaban que sus hijos vivirían mejor que ellos. "Nosotros tenemos el deber de dar a nuestros hijos un futuro mucho mejor, una España mucho mejor. Ahora ya eso no está tan claro [...]. Tenemos que mirar al futuro", y "no mirar al pasado" que encarnan las derechas, remachó.

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Sánchez acabó y se marchó rodeado de los asistentes, que demandaban fotos y selfis sin parar. La prensa le encañonaba con los micrófonos, pero tampoco hubo suerte. Riesgos, los mínimos. Por la noche, entrevista con Antena 3. El miércoles, el candidato regresará a Madrid, a otro municipio, Alcalá. Esta vez, con los jóvenes.