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Aborto y armas, pero nada de economía: ¿por qué los políticos imponen su agenda?
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Aborto y armas, pero nada de economía: ¿por qué los políticos imponen su agenda?

Los principales partidos utilizan la precampaña como un laboratorio para probar los discursos que mejor les van a funcionar de cara al 28A

Foto: Santiago Abascal, en un mitin reciente (Reuters)
Santiago Abascal, en un mitin reciente (Reuters)

Hace un par de semanas Santiago Abascal, líder de Vox, pidió en un acto público que se le otorgue una medalla al mérito civil a aquellos ciudadanos que se defiendan del ataque de unos delincuentes en su casa. Al respecto, el líder ultraconservador señaló que "los españoles de bien" deberían tener un acceso más libre a las armas de fuego para evitar ser "atracados y ver cómo violan a tus hijas en casa".

Poco después Pablo Casado, cabeza de lista del PP, propuso regresar a la ley del aborto de 1985 y lo vinculó con la necesidad de pagar las pensiones, aun cuando el incremento en las cotizaciones sería de solo un 0,7% de los ingresos de la Seguridad Social.

Hace unos días Pablo Iglesias, de regreso al frente de Podemos tras una baja de paternidad, anunció en un mitin en Pamplona que una de sus principales medidas, si alcanza el Gobierno después del 28A, será la de crear una banca pública que "garantice la dignidad del sistema financiero".

Estos mensajes tienen dos características en común: marcaron la agenda de los medios de comunicación y de las redes sociales, y durante días se habló de ellos en la calle, pero ninguno se encuentra entre las principales preocupaciones de los españoles, según el Barómetro del CIS.

Sobre el papel, los políticos en campaña deberían estar proponiendo soluciones para el paro, la falta de confianza en los políticos, la corrupción y los problemas de índole económica, las cinco cuestiones que más preocupan a los españoles y que se pueden abordar desde cualquier ideología. Sin embargo, en lo que llevamos de precampaña y campaña electoral, ninguna de las grandes formaciones ha hecho referencia a ellos y la corrupción, la única materia abordada con asiduidad, se ha utilizado más como arma arrojadiza que como un mal de la clase gobernante.

Los partidos no quieren educar al ciudadano, tan solo obtener sus votos

¿Es que nuestros futuros representantes han abandonado la vocación pública en favor de sus propios intereses? "La respuesta corta a esta pregunta es sí. Los políticos, en campaña, buscar obtener el poder sobre todo lo demás, y a partir de ahí tenemos que empezar el análisis", dice Manuel Arias Maldonado, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga. "Los estrategas de los distintos partidos buscan potenciar los puntos fuertes de sus formaciones, lo que en ocasiones genera un desalineamiento con las preocupaciones de los ciudadanos. La idea, siempre, es llamar la atención y ver qué puede funcionar, pulir los mensajes de cara a la recta final de campaña", dice.

Para Pablo Simón, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III, los partidos activan debates artificiales "para movilizar a su electorado o para que les sirvan como marco de refuerzo en otras cuestiones más importantes. El ejemplo más claro es el del aborto, que preocupa a un 0% de la ciudadanía y, no obstante, ha sido el tema estrella de la precampaña".

"La clave es dejar un sello, un recuerdo en sus votantes. Los partidos intentan singularizarse con temas fuera de la agenda, que están fuera de la agenda. Ahora Vox, como el recién llegado que es, es quien asume la mayoría de estas excentricidades, que recuerdan a las de Podemos en 2016", continía el profesor Arias Maldonado. "Los partidos no quieren educar al ciudadano ni plantearle dilemas morales, tan solo obtener sus votos. Tampoco podemos olvidar que no siempre lo que interesa a los ciudadanos es definitivo. Sus preocupaciones están determinadas por el marco que delimitan los políticos, y esto está bien en ocasiones, por ejemplo con la pena de muerte. Aunque la sociedad la pida, la mejor opción puede ser eludir ese debate público".

Una de las explicaciones para este desfase entre el relato político y el interés ciudadano la aporta el CIS. Así, mientras que el paro es el campeón de todos los problemas y afecta a todas las ideologías, otros asuntos como la inmigración solo preocupan a la extrema derecha, y algo semejante pasa con la izquierda y las cuestiones de índole social.

La activación de problemas por ideología es una cuchilla de doble filo. Un ejemplo claro es del aborto y el PP. Hasta la mitad del mes analizado, Pablo Casado evitó referirse a esta materia, consciente de que no es un problema para la mayoría de los españoles y que se arriesgaba a abundan en un debate muchos creen superado. No obstante, el crecimiento de Vox le obligó a reforzar su ideario conservador y, desde ese día, Casado, García Egea y Suárez Illana lo han tratado públicamente. "Creo que fue un error del PP. Se subió a ese carro para frenar la fuga de votantes a Vox y la maniobra le salió mal", dice Pablo Simón.

"También creo que Vox se ha equivocado sacando temas como las armas. En las postelectorales quedó claro que los votantes de este partido están preocupados, casi en exclusiva, por el tema territorial. Vox seguramente lo planteó como algo con menos importancia, pero al final se montó un gran revuelo y quedó como un algo extraño, impostado, fuera de lugar. Tampoco podemos olvidar que cuando se planteó este debate, y lo pudimos ver en vuestro panel, Vox se estancó", continúa el profesor de la Carlos III. "Es obsceno y es absurdo hablar de las armas, pero las dinámicas de las redes sociales y los medios de comunicación favorecen estas maniobras", argumenta Arias Maldonado.

¿Y la economía?

Los avisos de desaceleración de la economía, que repercuten sobre el paro o las pensiones, han sido obviados durante la precampaña. Para Simón, el principal motivo es que "las cifras macro no son suficientemente malas para que los rivales de Sánchez se las tiren a la cabeza", de modo que algunos asesores de campaña "cortos de ideas", están confiando en arguementarios "cada vez más estrafalarios y que no siempre benefician a sus partidos".

El 'trifachito', el indulto de Sánchez... lo mensajes son tremendamente elementales

Un ejemplo es el debate de la España Vacía, inédito en las anteriores campañas pese a que se trata de una tendencia que abarca varias décadas. No se trata de una cuestión que preocupe a los españoles, pero si puede ser clave en los cálculos electorales: "Todos los partidos están volcados ahora en el campo. Es un nicho que atacó Vox desde el comienzo y al que han aterrizado Ciudadanos, PP y PSOE en las últimas semanas. Las circunscripciones de menos de cinco diputados van a ser cruciales en estos comicios y todos los partidos lo saben", dice Simón. Las imágenes de los candidatos subidos a un tractor podrían no ser suficientes para el experto: "Creo que al final se llevarán el gato al agua los partidos que tengan una mejor red y estructura en estas provincias".

Al respecto, Arias Maldonado lamenta que los mensajes políticos se limiten a eso, a una foto o un eslógan, que no sirven para resolver los problemas, sino solo para ocupar espacio mediático: "La política ha derivado hacia un simplismo absoluto. Las campañas se basan en atacar los errores del rival o repetir mensajes muy sencillos, de fácil consumo. El 'trifachito', el indulto de Sánchez... son mensajes tremendamente elementales que trascienden otras realidad de las que no se habla, como que los partidos están proponiendo modelos de España irrealizables, en tanto que no vamos a tener un Gobierno monocolor, sino que se van a necesitar grandes pactos que van a hacer imposible adoptar todas estas medidas".

Pablo Simón, por último, advierte de un elemento externo que puede distorsionar la campaña y que está pasando inadvertido: "No podemos olvidar el efecto que tuvo el 'brexit' en las elecciones de 2016, sobre todo porque ahora nos enfrentamos a la posibilidad de un 'hard brexit' en plena campaña. ¿A quién beneficiaría? No tengo idea, porque estamos en un escenario demasiado nuevo como para aventurarse, pero sí sabemos que eso sería malo para la economía. Al final, de un modo u otro, la economía tendrá que salir en campaña", concluye.

Hace un par de semanas Santiago Abascal, líder de Vox, pidió en un acto público que se le otorgue una medalla al mérito civil a aquellos ciudadanos que se defiendan del ataque de unos delincuentes en su casa. Al respecto, el líder ultraconservador señaló que "los españoles de bien" deberían tener un acceso más libre a las armas de fuego para evitar ser "atracados y ver cómo violan a tus hijas en casa".

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