El PP mete en la 'nevera' a Suárez y dará más cancha a Álvarez de Toledo, Uriarte y Lacalle
Casado ha fichado independientes que ya reciben argumentarios y guiones sobre los postulados tradicionales del PP para evitar problema. Suárez se quedará para la representación más institucional
"El PP habla del apoyo a la maternidad, y de ahí no debo salir". Así se expresaba Adolfo Suárez Illana 24 horas después de meter la pata con sus comentarios sobre el aborto en Nueva York o la prehistoria, tras haber sido llamado al orden por la dirección del partido al entrar (él solito, que no hubo acoso ni repregunta) en un asunto que tiene vedado hasta el presidente de la formación. Pablo Casado ha fichado nuevos independientes que ya reciben argumentarios y guiones sobre los postulados tradicionales del partido para evitar problemas en la campaña, pero Suárez, que no es nuevo en las lides electorales ni en el PP, se quedará para la representación más institucional. Mientras, Cayetana Álvarez de Toledo, Edurne Uriarte y Daniel Lacalle serán los principales actores para los debates en la ofensiva de imagen casadista.
La repesca de Suárez Illana, hijo del principal gestor de la Transición, fue el primer fichaje de Casado nada más llegar a la presidencia del PP en el congreso del partido celebrado en julio pasado para relevar a Mariano Rajoy. El nuevo jefe máximo de los populares le encargó la actualización ideológica del partido desde una nueva Faes denominada Concordia y Libertad. También le vino muy bien para combatir la primera reacción del PSOE al cambio al frente del principal partido del arco parlamentario: sostener que los populares, con Casado, se iban a la extrema derecha. Vox no había emergido aún.
En fuentes del PP reconocen que Suárez tuvo desde el principio plaza reservada como futuro diputado por Madrid, pero no el segundo puesto, ni contaban con él para un protagonismo de primera línea, y menos para para la pelea dialéctica con otros candidatos. Les interesaba el compromiso con los valores de la Transición y el refuerzo de la España constitucional nacida en 1978.
Las circunstancias posteriores, como el adelanto electoral y el desplazamiento de última hora de Álvarez de Toledo a Barcelona, hicieron que el hijo del fundador de la Unión de Centro Democrático ascendiera en la candidatura y se convirtiera en reclamo para entrevistas nada más cerrarse el traumático cierre de las listas del PP. Ni le ha dado tiempo para poner en marcha los trabajos de Concordia y Libertad que debían servir de base para el rearme ideológico y programático del partido.
En el equipo de Casado están muy satisfechos y agradecidos a Suárez por dar el paso de consagrarse a la política y dar la cara por un partido que no está en sus mejores momentos y se enfrenta a unos resultados electorales inciertos en el mejor de los casos. Recalcan en la sede de Génova que la renuncia a su despacho y actividad de abogado le supone dejar una carrera muy bien remunerada para conformarse con los 3.990 euros brutos mensuales del salario base de un diputado por Madrid.
Pero para los veteranos del PP el fichaje de Suárez por Casado es más bien una reedición del mismo fichaje que ya hizo José María Aznar en 2002 para disputar la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha al socialista José Bono. Y entonces Suárez Illana también se equivocó en la campaña, obtuvo en marzo de 2003 los peores resultados del partido en unas autonómicas, chocó con el aparato del partido en la región y acabó por dejar la política sin llegar a tomar posesión de su escaño en las Cortes regionales.
El candidato recorrió pueblo a pueblo la región durante un año. Esforzado pero con un toque elitista, Suárez se perdió en la campaña por sus meteduras de pata. Aplaudió que Ana Botella fuera en la candidatura a las municipales por Madrid dado "su nombre y linaje", se proclamó orgulloso por haberse casado con "una castellano-manchega del ámbito rural" (Isabel Flores, hija de los criadores de ganado bravo) y recordó de Povedilla (Albacete) que sus "chachas" procedían de esa localidad. Bono, pese que el PSOE estaba en la fase terminal del felipismo, ya se manejaba al margen y revalidó su mayoría absoluta. Suárez, quejoso con que Aznar no le daba carta blanca en la dirección regional del PP, se volvió a la actividad privada.
Esforzado pero con un toque elitista, Suárez se perdió en la campaña por sus meteduras de pata
Dieciséis años después de aquella experiencia, en la sede nacional de Génova y en la dirección regional solo queda algún secretario de área que recuerda el fiasco del fichaje. Ahora dicen que Suárez vuelve escaldado, bastante menos soberbio y dispuesto sobre todo a defender el legado de la Transición y no a pelearse con nadie. Sí que ha hecho alguna incursión contra Albert Rivera al pedirle que cite menos a su padre y se aplique más en el ejemplo de generosidad y el sentido de Estado. De momento, ha aceptado el hecho de ser reconvenido por la metedura de pata del aborto y promete no salirse del guion. También le van a 'escoltar' en sus visitas a los medios de comunicación.
"El PP habla del apoyo a la maternidad, y de ahí no debo salir". Así se expresaba Adolfo Suárez Illana 24 horas después de meter la pata con sus comentarios sobre el aborto en Nueva York o la prehistoria, tras haber sido llamado al orden por la dirección del partido al entrar (él solito, que no hubo acoso ni repregunta) en un asunto que tiene vedado hasta el presidente de la formación. Pablo Casado ha fichado nuevos independientes que ya reciben argumentarios y guiones sobre los postulados tradicionales del partido para evitar problemas en la campaña, pero Suárez, que no es nuevo en las lides electorales ni en el PP, se quedará para la representación más institucional. Mientras, Cayetana Álvarez de Toledo, Edurne Uriarte y Daniel Lacalle serán los principales actores para los debates en la ofensiva de imagen casadista.