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Sánchez logra el control total: se asegura un grupo de fieles y ajusta cuentas con Díaz
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ÚLTIMO COMITÉ FEDERAL ANTES DEL 28-A

Sánchez logra el control total: se asegura un grupo de fieles y ajusta cuentas con Díaz

La nueva bancada socialista será afín al presidente casi en su integridad. Ferraz acomete una profunda renovación: de los 52 cabezas de lista, dos tercios, el 67%, son nuevos respecto a 2016

Foto: Susana Díaz y Micaela Navarro escuchan la intervención de Pedro Sánchez en el comité federal de este 17 de marzo en Madrid. (Inma Mesa | PSOE)
Susana Díaz y Micaela Navarro escuchan la intervención de Pedro Sánchez en el comité federal de este 17 de marzo en Madrid. (Inma Mesa | PSOE)

Pedro Sánchez ya tiene su tesoro. Ya sí controla todos los resortes de poder del PSOE. Ya sí. Por primera vez en cinco años, con muerte (política) y resurrección en el camino. El secretario general y presidente del Gobierno logró las llaves de los órganos de dirección, sin ataduras, tras aplastar a Susana Díaz en las primarias de 2017. Pero necesitaba disponer de unos grupos parlamentarios —en el Congreso, el Senado y la Eurocámara— confeccionados como un traje a medida. Sin apenas voces críticas. Monolíticos, en la práctica. Ya los tiene, gracias a unas listas acomodadas a sus deseos, aunque en su proceso de conquista de todos los espacios de poder haya necesitado librar una nueva batalla con su eterna enemiga, con la baronesa andaluza. Una contienda en la que de antemano él partía como seguro vencedor, con los reglamentos de su lado, y que ha usado con mano d17e hierro para garantizarse la victoria. Es su segundo pulso ganado tras la guerra de hace dos años. Y quizá el último antes del asalto final, el que probablemente se resolverá tras las elecciones del 28 de abril y del 26 de mayo y en el que ella podría perder las riendas del PSOE andaluz.

Las heridas internas volvieron a supurar a mes y medio de las generales. Pero Sánchez estaba dispuesto a asumir el coste. Porque sabe que el partido, primero en las encuestas, cerrará filas, como siempre hace, para la campaña. Quizás el viaje hacia las urnas sea algo más trabajoso, por el mal ambiente que ha dejado la composición de unas candidaturas electorales en las que la dirección ha barrido a la mayoría de los críticos y ha laminado a los peones más próximos a Díaz, pero las estructuras del PSOE saben imponerse una tregua y ficcionar la paz. Además, el trofeo para el presidente era muy cotizado: el control total del PSOE. Una ambición, la de unos grupos que responden a la fidelidad y lealtad inquebrantable al líder, que es compartida en otras casas. También Pablo Casado y Albert Rivera han buscado candidaturas compactas.

[Consulte aquí en PDF el dictamen de la comisión federal de listas del PSOE, aquí la candidatura europea para el 26-M, aquí las listas de Congreso y aquí las de Senado]

El PSOE vivió este domingo otro comité federal para la historia. Fue el último acto de una mañana intensa aunque breve. Se sucedieron antes las reuniones de la ejecutiva, que aprobó la propuesta de papeleta para las europeas del 26-M, y de la comisión federal de listas, que aprobó de golpe las candidaturas para Congreso, Senado, Eurocámara, parlamentos autonómicos, cabildos, 'consells', juntas forales y ayuntamientos de más de 50.000 habitantes. El dictamen se ratificó por unanimidad, aunque Díaz y la cúpula del PSOE andaluz no votaron, en señal de disconformidad. Antes, el secretario de Organización regional, Juan Cornejo, había hecho constar su voto particular en el informe de la comisión de listas, por la modificación "sustancial" de las planchas de Sevilla, Córdoba, Cádiz y Almería.

"Tomo nota", decía Díaz, para mostrar su enfado con la dirección pese a haber intentado el acuerdo. "Todos tomamos nota de todo", responde Ábalos


La expresidenta lamentó que no se hubiera llegado a un acuerdo con Ferraz pese a haber "tenido la mano tendida en todo el proceso para hacer compatible la decisión del federal con la decisión soberana de los militantes". "Tomo nota", dejaba como recado, antes de prometer que su federación se pondrá inmediatamente a trabajar para buscar el "mejor resultado posible" el 28-A y el 26-M. "Todos tomamos nota de todo", respondía poco después el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos. En la dirección no se percibía síntoma de intranquilidad. Ya después de las autonómicas comenzó a enseñar a Díaz la puerta de salida, aunque ella se aferró al cargo.

Foto: Susana Díaz, con Micaela Navarro y Juan Cornejo, este 17 de marzo en el comité federal del PSOE. (EFE)

El mensaje de aviso

El pulso final se librará cuando pase el ciclo electoral. Pero Ferraz tenía claro que quería "mandar un mensaje serio de aviso", recalcarle que está debilitada tras perder la Junta. Y lo hizo. En las cuatro provincias en las que no había sido posible el acuerdo entre sanchistas y susanistas, la dirección colocó a sus fieles y solo mantuvo a Sonia Ferrer como número dos por Almería, mientras que a María Jesús Serrano, número tres de la ejecutiva regional, pasa a ocupar el tercer puesto en la lista al Senado por Córdoba, un escaño que no será suyo si el PSOE no gana en la provincia.

El círculo de Díaz dice que Ferraz "nunca quiso pactar", mientras que en la cúpula acusan al PSOE andaluz de "tensar la cuerda" para salvar a Pradas

El equipo de Sánchez fulminó a dos diputados del círculo más próximo a Díaz. De un lado, Antonio Pradas, el hombre al que el presidente no perdona que entregara en la sede, tres días antes del infausto comité federal del 1 de octubre de 2016, las firmas de los 17 miembros de la ejecutiva que presentaban su dimisión con la intención de derrocarle. De otro, Carmen Cuello, amiga personal de la baronesa. Ferraz vetaba radicalmente a Pradas, aunque llegó a ofrecer al PSOE-A que marchara al Senado. Pero, al no haber finalmente acuerdo, cayó él y cayó ella.

Solo el PSOE-A expresa su disconformidad con las listas electorales de Sánchez

El líder logró además encajar, detrás de la cabeza de cartel, la ministra María Jesús Montero, al hasta el viernes delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, como dos, y a Paco Salazar, miembro también de la ejecutiva federal y director de Análisis y Estudios en la Moncloa, como cuatro. Para sustituir a Cuello en el tres, lanzó a Beatriz Micaela Carrillo de los Reyes, feminista y presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Fakali.

Sevilla se había convertido en la madre de todas las batallas orgánicas socialistas de este 28-A. Es la cuna política de Díaz, la tierra en la que ella está más fuerte, junto con Cádiz. Los susanistas insisten en que aceptaron incluso a Celis y Salazar como dos y cuatro, pero Ferraz "nunca quiso pactar" porque quería "purgar" a los más cercanos a la secretario general. Desde Madrid, se contaba en cambio que el PSOE-A "tensó demasiado la cuerda", sabiendo que iba a perder la batalla, y se empeñó en salvar a Pradas contra viento y marea, enviando de paso a Salazar al Senado, algo "inaceptable" para el federal. "Si desde el principio hubieran aceptado que Pradas pasara al Senado, como sucedió con Micaela [Navarro] o [Miguel Ángel] Heredia en Jaén y Málaga, otro gallo habría cantado. Pero cuando arrastraron a la ministra y a Alfonso por el fango, no había posibilidad. Evidentemente, por nuestra parte todo es mejorable, pero la dirección de Sevilla ha sido sumamente irresponsable y quiso imponer cosas imposibles", valora un miembro de la ejecutiva.

Foto: Pedro Sánchez, flanqueado por Cristina Narbona y Adriana Lastra, este 17 de marzo en el comité federal. (EFE)

El otro 'trofeo', Lina Gálvez en Bruselas

Al final, se limpió de susanistas las dos candidaturas sevillanas, e incluso al Senado la cúpula destinó al ya exdiputado y exalcalde de Alcalá de Guadaíra Antonio Gutiérrez Limones, antaño próximo a la expresidenta pero que en los últimos meses había virado a favor de Ferraz. Y en Cádiz, la dirección apeó al regidor de San Roque y número dos provincial, Juan Carlos Ruiz Boix, para reponer al magistrado Juan Carlos Campo, que también apoyó en primarias a Díaz pero que no pertenecía a su círculo de confianza.

El PSOE-A habla de "venganza" y "humillación". En la cúpula defienden que el líder siempre quiso conformar un equipo de su entera confianza

Díaz se encontró con otro 'golpe' de su enemigo interno: Sánchez eligió como cuatro de la lista europea a la exconsejera andaluza Lina Gálvez, historiadora feminista y sin carné del partido. Ella entró en el Gabinete de la socialista en junio de 2018, cuando Montero marchó al Gobierno central, pero no era una mujer cercana a la ya expresidenta de la Junta. "Susana la nombró consejera para blanquear su Ejecutivo y no la supo sacar brillo y luego la dejó tirada. Aquí tiene la consecuencia", señala una dirigente conocedora del fichaje.

Susana Díaz, tras su desacuerdo con Sánchez por las listas: "Tomo nota"

En el entorno más próximo a Díaz acusaban a Sánchez de haber actuado "solo desde la venganza y el rencor". "Han pretendido humillarnos, pero nosotros tenemos dignidad. Somos un gran partido con mucha gente detrás", explicaban con pesar e irritación. "Las propuestas que vinieron en esas cuatro provincias no eran las que pedimos, y siempre fuimos con claridad por delante. El candidato quiere un grupo de su confianza, como ella hizo en las autonómicas andaluzas: se hizo sus listas sin gente nuestra y aquí no las modificamos, y podíamos haberlo hecho", contraponían en Ferraz, donde no obstante incidían en que el trato con Cornejo en estos días de alta tensión y ásperas negociaciones siempre había sido "cordial" y constructivo.

Susanistas sí hay, pero menos

La misma sensación de "engaño" se palpaba en Aragón, la federación que dirige el presidente regional, Javier Lambán. Ferraz cambió, como se esperaba, al número dos por Zaragoza, Óscar Galeano, y al uno por Teruel, Ignacio Urquizu, ambos apoyados por la militancia. El primero fue sustituido por el alto comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, Pau Marí-Klose. Urquizu pasó a ser el cuarto de la lista autonómica por su provincia, y el que ocupaba ese puesto, Herminio Sancho, saltó a la candidatura a la Cámara Baja. Ferraz sí atendió las peticiones de la candidata a la alcaldía de Zaragoza, Pilar Alegría, e incluyó en la parrilla de salida a miembros de su equipo.

Aragón se siente "traicionado" porque cree que no se respetó el acuerdo de llevar a Galeano a la lista europea. La federación perdió además a Inés Ayala

Fuentes del PSOE aragonés relataban a El Confidencial que Lambán se sentía "traicionado", porque él el martes había cerrado en Madrid con Ábalos otro acuerdo: se transigía con Klose y con la permuta entre Urquizu y Sancho, pero Galeano pasaría a cambio a la lista europea. Este no entró. De hecho, Aragón perdió a su eurodiputada, Inés Ayala, y su representante en la candidatura, Isabel García, está en el puesto 20, de muy difícil elección. "Mucho hablar del PSOE de las bases y, a la hora de la verdad, Ferraz se ha pasado por el forro lo que dicen los militantes. En Aragón se cree que es una venganza personal de Pedro contra Javier por sus posiciones duras sobre Cataluña. El caso es que Javier no ha negociado y discrepado como Susana. No le han dejado ni intentarlo, pero tenían mucho interés en meter a ambos en el mismo saco", señalaban desde el entorno de Lambán.

Sánchez pide el voto al PSOE para que España "avance" y no "retroceda"

Ferraz cambió otras cuatro listas: en Ourense y Lugo colocó en cabeza a los preferidos por la cúpula del PSdeG, Marina Ortega y Ana Prieto. En Palencia, impuso a la secretaria de Educación de la ejecutiva, Luz Martínez Seijo, y en Madrid mejoró las posiciones de partida de la comandante retirada Zaida Cantera y del líder de Juventudes, Omar Anguita.

Los ministros podrían dejar su escaño otra vez en caso de que Sánchez pudiera formar gobierno, por lo que las listas correrían rápidamente

En cambio, cedió a la presión del PSOE leonés y no tocó sus listas ni a su capitán para el Congreso, el líder provincial, Javier Alfonso Cendón. A quien quería incluir el 28-A, al responsable de Cultura de la dirección, Ibán García del Blanco, lo envía al Parlamento Europeo como número siete.

placeholder Pedro Sánchez y su ejecutiva, durante el comité federal de este 17 de marzo en el hotel Novotel Madrid Center de la capital. (Inma Mesa | PSOE)
Pedro Sánchez y su ejecutiva, durante el comité federal de este 17 de marzo en el hotel Novotel Madrid Center de la capital. (Inma Mesa | PSOE)

La cúpula interpreta que ha actuado con más generosidad de la que se percibe a primera vista, puesto que, si Sánchez es reelegido, sus ministros, según fuentes de la dirección, serán obligados a dejar su escaño, como sucedió el pasado junio, por lo que su marcha y la del resto de altos cargos hará que las listas corran con celeridad y entren en las Cámaras aquellos más próximos a los barones. Ese cálculo se ha utilizado, de hecho, en las conversaciones con los territorios. No obstante, Díaz sí tiene a dirigentes suyos afines con sitio garantizado en las papeletas de las provincias en las que sí hubo consenso (Málaga, Jaén, Huelva y Granada), como Micaela Navarro, Miguel Ángel Heredia, Pepa González Bayo, Elvira Ramón, Estefanía Martín Palop o José Carlos Durán.

Foto: Pedro Sánchez charla con César Luena, el 2 de septiembre de 2016 en el Congreso. (EFE)

¿Una salida para Pepe Blanco?

El resultado global, en cualquier caso, es un rostro muy distinto del PSOE en las Cortes: la nueva bancada estará plagada de ministros —estarán 15 en listas al Congreso, todos menos Nadia Calviño (Economía) y Josep Borrell (Exteriores), que va a Bruselas— y altos cargos, miembros de la ejecutiva federal y dirigentes afines al jefe, aunque también los habrá, muchos menos, de la confianza de los barones territoriales.

Sánchez saca de Bruselas a Elena Valenciano y Pepe Blanco, pero salva a López Aguilar y repesca a César Luena. La estrella es su tres, Sami Naïr

La candidatura europea experimentó una profunda renovación. De los 14 elegidos en 2014, salen siete, el 50%. La otra mitad se mantiene, aunque dos de ellos, el exministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar y el asturiano Jonás Fernández, se quedan en puestos de riesgo (15 y 17). Sánchez sacrifica a dos pesos pesados y de gran valía política: Elena Valenciano y José Blanco. La primera era una caída asegurada: nunca sintonizó con el hoy presidente. El segundo apoyó en las primeras primarias a Sánchez y en las segundas, a Díaz, pero tras ellas hizo ostensibles gestos de realineamiento con la cúpula, que a la postre no bastaron. Fuentes de la dirección no descartaban, no obstante, repescar a Blanco para el futuro. Ábalos trasladó por teléfono a los dos exvicesecretarios su salida en sendas conversaciones "cordiales".

El líder rompía una norma no escrita, que ya quebró cuando conformó su comité federal: mimar a los ex vicesecretarios generales y exsecretarios de Organización. Sí respetó esa tradición con su primer número dos, el riojano César Luena, a quien situó como 11 de la lista europea. En la dirección explicaban que sentían la necesidad de compensarle por su antiguo cargo, y al haber encontrado contestación en su federación, la salida viable era Bruselas. La otra incorporación notable de la plancha que capitanea el ministro Josep Borrell está en el número tres: es el politólogo francés de origen argelino, y experto en movimientos migratorios, Sami Naïr. El titular de Exteriores intervino, aunque de manera limitada, en la confección de su propia papeleta: defendió la permanencia del asturiano Jonás Fernández (será el 17, ya en riesgo) y la incorporación de Domènec Ruiz Devesa (21, en principio sin opciones). Su segunda el 26-M es la jefa de la delegación en Bruselas, Iratxe García.

Un primer análisis de las listas del 28-A al Congreso revela que 35 de los 52 cabezas de cartel provinciales son nuevos, el 67,31%. Otros 17, el 32,7%, repiten posición, la que tenían en las legislativas del 26 de junio de 2016. Además, hay 30 hombres como uno, el 57,69%, por 22 mujeres (42,31%). En los comicios de 2016, ellas eran más: 27 (51,93%), y ellos, menos, 25 (48,08%).

Fuera también los veteranos

El examen de las candidaturas ratificadas por unanimidad este domingo en el comité federal ofrece diversas lecturas. No solo el choque con Andalucía y Aragón. También que otros barones sí han jugado mejor sus cartas, a juzgar por los resultados. El valenciano Ximo Puig, que también ha convocado sus autonómicas para el 28 de abril, y el manchego Emiliano García-Page, ambos tradicionalmente más distanciados de Ferraz, han podido colocar a los suyos en Congreso, Senado y Parlamento Europeo.

Los barones que han pactado con Ferraz, como Page, Puig y Vara, sí han podido colocar a sus fieles en la parrilla de salida del 28-A y 26-M

Así, Page aceptó a la ministraMagdalena Valeriopara Guadalajara, pero a cambio lleva a la Cámara Baja a su secretario de Organización, Sergio Gutiérrez, y a su vicesecretaria general, Cristina Maestre, a Bruselas. Y Puig preserva en la lista valenciana a Ana Botella, secretaria de Estado de Seguridad, y protege a Inma Rodríguez-Piñero en la Eurocámara. El extremeño Guillermo Fernández Vara colocó en Cáceres a la sanchista Belén Fernández, pero en Badajoz pudo poner a su hasta ahora portavoz autonómico, Valentín García. Y otro dirigente muy próximo, Nacho Sánchez Amor, secretario de Estado de Política Territorial, es 13 en la nómina europea.

García-Page: los debates sobre las listas deben quedarse "dentro de casa"

Los nuevos grupos pierden a veteranos y a dirigentes con trayectoria parlamentaria, como José Enrique Serrano, José Andrés Torres Mora, Antonio Hernando o Ciprià Císcar. Soraya Rodríguez, exportavoz en el Congreso, dio portazo hace dos semanas y podría emigrar a Ciudadanos.

La reunión del comité federal, el segundo desde el regreso a la Moncloa del PSOE, fue un visto y no visto. Apenas una hora, ocupada por el largo y anodino discurso de Sánchez. Después, nadie tomó la palabra. Ni los barones —faltó por cierto Lambán—, ni dirigentes sanchistas o más lejanos a la cúpula. Nada. Se votó el dictamen y a casa. Ahora el partido entra en modo campaña y la guerra de las listas es enterrada con ligereza a conveniencia de todos. Pero las costuras pueden volver a estallar si, tras el 28-A y el 26-M, las expectativas no se cumplen. El partido vive sin duda más tranquilo, confiado en que mejorará sus pésimos resultados de 2016, aunque con el corazón encogido por si las tres derechas suman. Pero, si vienen mal dadas, Sánchez dispondrá de los resortes del poder orgánico e institucional del PSOE. Se ha fabricado un potente escudo contra potenciales rebeliones. Las voces críticas del pasado, las que heredó de un grupo que le hicieron en parte los barones, ya no estarán allí para cuestionarle. El secretario general está blindado. Es un hecho.

Sánchez garantiza que con el PSOE "nunca habrá independencia" de Cataluña

Más duro contra el independentismo

Como la disputa por las listas no se había resuelto en las jornadas anteriores, era difícil que el discurso [aquí en PDF] de Pedro Sánchez ante el comité federal se convirtiera en protagonista. Él tampoco hizo por intentarlo. Repasó la labor de su Gobierno en estos nueve meses y endureció el tono contra el independentismo, para cargar contra la derecha por condenarle por unos "supuestos pactos" con ERC y PDeCAT que "nunca existieron". 

"Con un Gobierno socialista no se va a producir la independencia de Cataluña. Convivencia siempre, independencia nunca", remarcó, apuntalando su discurso de que la única salida es el diálogo dentro de la Constitución, límites que el PSOE no traspasará nunca. 

"El independentismo vivía mejor con un Gobierno del PP -valoró-. Bien lo saben sus elementos más ultras. Aquellos que quieren enquistar la crisis catalana. Aquellos que buscan dividir a los catalanes. El independentismo gobierna contra los catalanes. Contra todos los catalanes". A su vez, arremetió contra la oposición, especialmente el PP, por carecer de "sentido de Estado" en la crisis territorial, el que él sí tuvo cuando no era inquilino de la Moncloa. 

Además, Sánchez presentó al PSOE, de cara a las elecciones del 28-A y del 26-M, como "el único baluarte de la estabilidad ahora mismo en el sistema político español", "la única esperanza de la razón frente a la irracionalidad". 

Pedro Sánchez ya tiene su tesoro. Ya sí controla todos los resortes de poder del PSOE. Ya sí. Por primera vez en cinco años, con muerte (política) y resurrección en el camino. El secretario general y presidente del Gobierno logró las llaves de los órganos de dirección, sin ataduras, tras aplastar a Susana Díaz en las primarias de 2017. Pero necesitaba disponer de unos grupos parlamentarios —en el Congreso, el Senado y la Eurocámara— confeccionados como un traje a medida. Sin apenas voces críticas. Monolíticos, en la práctica. Ya los tiene, gracias a unas listas acomodadas a sus deseos, aunque en su proceso de conquista de todos los espacios de poder haya necesitado librar una nueva batalla con su eterna enemiga, con la baronesa andaluza. Una contienda en la que de antemano él partía como seguro vencedor, con los reglamentos de su lado, y que ha usado con mano d17e hierro para garantizarse la victoria. Es su segundo pulso ganado tras la guerra de hace dos años. Y quizá el último antes del asalto final, el que probablemente se resolverá tras las elecciones del 28 de abril y del 26 de mayo y en el que ella podría perder las riendas del PSOE andaluz.

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