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El PP volverá a ofrecer a Ciudadanos 'mojarse' en la gestión con puestos de segundo nivel
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RELACIONES ENTRE AMBAS FORMACIONES TRAS LA INVESTIDURA

El PP volverá a ofrecer a Ciudadanos 'mojarse' en la gestión con puestos de segundo nivel

C's rechaza formar parte del gabinete de Rajoy insistiendo en que su sí responde solo al objetivo de desbloqueo. El PP tanteará con puestos de "segundo nivel" pero con necesaria "visibilidad"

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (i) saluda al candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy (c) en presencia del portavoz del Rafael Hernando (d). (EFE)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (i) saluda al candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy (c) en presencia del portavoz del Rafael Hernando (d). (EFE)

En el PP están molestos con la obsesión de Albert Rivera por situarse en la oposición aunque haya suscrito un programa conjunto para investir a Mariano Rajoy. Antes y después de firmar el acuerdo de investidura, los principales interlocutores del Grupo Popular con Ciudadanos sugirieron a sus futuros aliados la conveniencia de que "se mojen" en la gestión como única fórmula para garantizarse protagonismo y visibilidad a lo largo de la legislatura.

De momento, en la oferta de cargos que de entrada les hizo el presidente del Gobierno en funciones, Ciudadanos solo negoció la vicepresidencia primera del Congreso y una secretaría, que ocupan los diputados Nacho Prendes y Patricia Reyes respectivamente. Tras hacerse con esos dos puestos en el órgano de dirección de la Cámara Baja —uno cedido por el PP—, Rivera descarta toda posibilidad de entrar en el gabinete y solo quiere comprometerse a apoyar con sus votos los puntos pactados en julio y agosto y con los acuerdos que pueda haber después con un mínimo de participación propia.

En fuentes del Partido Popular manejan ahora la posibilidad de plantear a los centristas la entrada en puestos de gestión del Ejecutivo de "segundo nivel" pero con la necesaria "visibilidad" que puedan requerir los objetivos de presencia pública de Ciudadanos. No ha pasado de la fase de tanteo, pero los órganos reguladores, las empresas públicas y los órganos institucionales que se organizan por consenso ofrecen esa panoplia de acceso a la gestión y el arbitraje.

Dirigentes del PP insinúan que el "no" cerrado de Rivera a participar en tareas de gobierno con el equipo de Rajoy podría llegar a contrastar con los intereses de algunos de sus miembros, más proclives a estrenarse en el oficio de político "de gestión" en vez de quedarse en la oposición, más todavía teniendo en cuenta que sus votos no son decisivos y deben ir de la mano de los de otras formaciones políticas necesariamente. En la formación de centro, sin embargo, desechan cualquier opción —al menos de momento— de ocupar puestos en la gestión de un Ejecutivo que lidere Rajoy.

El comité ejecutivo naranja decidió el pasado agosto cambiar su postura en la investidura del PP para evitar el bloqueo político e instar al Partido Socialista a una abstención, todo ello fijando seis condiciones previas sobre regeneración y lucha contra la corrupción que los populares debieron firmar por escrito. Dirigentes de Ciudadanos —igual que su presidente— insisten, como lo han venido haciendo en los últimos meses, en que Rajoy “no es su candidato” y que el voto afirmativo es únicamente para desbloquear la situación y que España tenga un Gobierno. En ese sentido, mientras sea el presidente en funciones quien lidere la nueva etapa política tan reclamada por los centristas, Rivera sigue convencido de que deben mantenerse apartados de su gestión y hacerse fuertes en una oposición “con sentido de Estado”.

Afirmaciones que al PP le generan incertidumbre. Como Ciudadanos promete hacer una "oposición dura" para consolidar un espacio entre el PP y la izquierda insistiendo en el desgaste de la figura de Rajoy, los populares intentan disuadir a sus supuestos aliados del sinsentido de apuntarse a la desestabilización del Ejecutivo al que darán el sí en la investidura.

Insisten, en esa línea, en que una vez alineados con el nuevo Gobierno les convendría ganar peso como responsables directos de una buena gestión en vez de quedarse en medio. Y sobre todo si se trata de defender la estabilidad política frente a la izquierda radical como es Podemos y el desafío independentista en Cataluña.

La formación de centro, por contra, asegura que en los “asuntos importantes” para el Gobierno —como los presupuestos, los mandatos de Bruselas o la situación catalana— apoyará al Ejecutivo entendiendo que los partidos llamados constitucionalistas deben afrontar juntos las cuestiones de gran calado independientemente de quién ocupe la Moncloa. De hecho, la labor de los centristas pasará en gran medida durante toda la legislatura en mediar con el PSOE para hacer entender a los socialistas que será necesario su entendimiento con el PP para poder llevar a cabo la tarea legislativa. En este sentido, Rivera y su equipo recurrirán a la hemeroteca insistiendo en que en los acuerdos de Gobierno e investidura firmados con Pedro Sánchez y Rajoy respectivamente comparten al menos 100 puntos y grandes reformas que acometer en España.

En el PP están molestos con la obsesión de Albert Rivera por situarse en la oposición aunque haya suscrito un programa conjunto para investir a Mariano Rajoy. Antes y después de firmar el acuerdo de investidura, los principales interlocutores del Grupo Popular con Ciudadanos sugirieron a sus futuros aliados la conveniencia de que "se mojen" en la gestión como única fórmula para garantizarse protagonismo y visibilidad a lo largo de la legislatura.

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