El PP confía en la seriedad de Fernández pero pide prudencia a la espera de cambios

La dirección del Partido Popular mantiene las instrucciones a todos sus miembros para que se abstengan de hacer comentarios sobre la crisis del PSOE, mientras Mariano Rajoy ya se ha adelantado a llamar por teléfono al presidente de la gestora, Javier Fernández, para recuperar relaciones con los socialistas. Solo fue una breve conversación que el presidente del Gobierno en funciones prefirió que diera a conocer el presidente del Principado de Asturias. Ya se conocían por visitas oficiales a la región y otros trámites protocolarios en Madrid.

Aunque no puedan decirlo en público, en la sede de Génova y en La Moncloa ha caído bien el nombramiento del veterano dirigente socialista, tanto por su seriedad como por su trayectoria: negocia y pacta sin complejos con el PP en su región los Presupuestos para no hipotecarse con Podemos. Además, tiene el título de dirigente y amigo de Alfredo Peréz Rubalcaba.

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Ángel Collado

El jefe del Ejecutivo en funciones tomó la iniciativa al llamarle, pero Fernández no pudo atenderle porque estaba reunido en ese momento con la gestora. Terminado el cónclave, el presidente autonómico devolvió la llamada. Pura educación, pero un gran avance en las relaciones entre los principales dirigentes de los dos partidos de gobierno en España, si se tiene en cuenta lo deterioradas que estaban en tiempos de Pedro Sánchez y su "no es no". Cuando Rajoy llamó al ahora exsecretario general del PSOE en el mes de agosto para hablar de la fecha de la sesión de investidura, este se negó a ponerse al teléfono.

El presidente del PP reunió a su vez en la sede de Génova al comité de dirección del partido (secretaria general, vicesecretarios y portavoces parlamentarios) para reiterar el mensaje de prudencia sobre un posible cambio de actitud del PSOE que permita el desbloqueo. "Hay que esperar acontecimientos", fue la idea con que salieron los dirigentes populares aleccionados por Rajoy. Hasta que no vea un compromiso claro de que el grupo parlamentario socialista pasará a la abstención y que el PSOE colaborará después en la gobernabilidad, el PP no se planteará una nueva sesión de investidura.

La figura de Javier Fernández se presenta a ojos de los populares como la antítesis de Sánchez. Dan por hecho que no tendrá ningún problema en hablar del desbloqueo ni de los pactos de Estado de más urgente negociación o renovación, como es el caso de la defensa de la unidad de España frente al desafío independentista en Cataluña. Le sitúan en la tradición de la vieja guardia del PSOE frente al afán del PSC y de algunas federaciones como la balear por alinearse con los nacionalistas.

La incógnita que tiene que despejar el presidente de la gestora socialista es si puede imponer dentro de su partido un cambio hacia la abstención y garantizar la disciplina en el grupo parlamentario. En fuentes del PP dan por hecho que la nueva dirección socialista querrá a toda costa evitar otras elecciones por su propio interés, mientras aseguran que ellos comparten ese objetivo, pero con garantías de que esos terceros comicios no se tengan que celebrar este mes de diciembre, y tampoco a lo largo del próximo año porque los socialistas bloqueen después los Presupuestos y se sumen a un frente anti-PP al margen de los acuerdos de Estado hasta hacer inviable la legislatura.