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Los ministros y dirigentes del PP, en modo precampaña al margen de la crisis del PSOE
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el psoe tiene menos de 20 días para aclararse

Los ministros y dirigentes del PP, en modo precampaña al margen de la crisis del PSOE

La última semana de octubre termina el periodo hábil para celebrar un pleno en el Congreso para una segunda investidura y antes el Rey tiene que hacer otra ronda de contactos

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en una exposición de Joan Miró en Oporto junto con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el primer ministro, Antonio Costa. (EFE)
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en una exposición de Joan Miró en Oporto junto con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el primer ministro, Antonio Costa. (EFE)

La crisis del PSOE ha pillado al Gobierno y al PP por sorpresa, pero en modo precampaña electoral. Después de la fallida sesión de investidura de Mariano Rajoy y a la vista de la cerrazón de Pedro Sánchez en su "no es no", los ministros recibieron instrucciones de la Moncloa de aumentar su presencia pública todo lo posible, antes y después del 25-S, aunque estuvieran en funciones, porque la nueva convocatoria de comicios parecía inevitable. Los principales dirigentes del partido se volcaron en los comicios autonómicos gallegos y vascos y esta semana se desplegaban en un último intento de presión sobre el secretario general del PSOE. Luego la consigna pasó a ser de escrupuloso silencio ante la guerra abierta en Ferraz.

A la espera de acontecimientos en el PSOE, en el PP reconocen que no saben si la crisis socialista abre o no alguna puerta efectiva al desbloqueo de la situación política porque, al margen de que Sánchez caiga al final, está el problema del calendario. Después del comité federal en que miden sus fuerzas los socialistas partidarios de ir a las terceras elecciones frente a los que admiten la posibilidad de la abstención en una nueva investidura solo quedan cuatro semanas para celebrarla.

Primero tendría que haber otra reunión del comité federal que entrara en el debate sobre la necesidad de que el PSOE favoreciera la gobernabilidad por la vía de que sus diputados, al menos 11, se abstuvieran. Además del tiempo que necesitaran los socialistas para cambiar de posición, están los pasos constitucionales y parlamentarios: una nueva ronda de consultas del Rey y la convocatoria de la sesión de investidura que requiere dos votaciones con 48 horas de diferencia entre la primera y la segunda.

La última semana de octubre, entre los días el 24 y el 28, es la última hábil para el desarrollo completo de la sesión de investidura que tendría que ser convocada el fin de semana previo como muy tarde. El lunes 31 es la fecha de disolución automática de las Cámaras si para entonces no hay un presidente elegido. Aunque el Rey despachara las consultas en un solo día, a partir de este fin de semana el PSOE tiene menos de 20 días para aclararse. Además, también tienen que pactar la reforma de la ley electoral pendiente.

Con nulas esperanzas de que Sánchez cambiara de posición, en el PP se habían hecho a la idea de que las terceras elecciones eran inevitables. Los ministros se han aplicado durante toda la semana en aumentar la presencia pública según las instrucciones recibidas desde La Moncloa. Como llevan en funciones desde hace nueve meses, rebuscan en la agenda para salir de los despachos y tienen que asistir a actos de lo más variado.

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, acudió el lunes al Teatro Real para asistir al estreno de 'Un Monstruo viene a verme'; el titular de Justicia, Rafael Catalá, se reunió con un grupo de "jóvenes líderes iberoamericanos" invitados por la Fundación Carolina; la ministra de Empleo, Fátima Báñez, acudió a un acto de la ONCE, y la de Agricultura, Isabel García Tejerina, presidió el "Consejo Consultivo extraordinario de Política Medioambiental".

Los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, y de Defensa, Pedro Morenés, mantienen sus funciones de representación en los foros internacionales. Mientras el primero viajaba a Colombia para asistir a la firma del tratado de paz entre el Gobierno y las FARC, el segundo acudía a Bratislava (Eslovaquia) a una reunión de ministros de Defensa de la Unión Europea. Esa es la tónica media de las actividades de los miembros del Gobierno.

Salvo la reunión de la comisión de subsecretarios que preside Sáenz de Santamaría los miércoles y los miniconsejos de ministros de los viernes que duran menos de dos horas para abordar cuestiones de mero trámite, los miembros del Gobierno (todos diputados menos Morenés y Luis de Guindos) cuidan su presencia pública con vistas a unas terceras elecciones cada vez más próximas salvo vuelco (y rápido) en la posición del PSOE.

La crisis del PSOE ha pillado al Gobierno y al PP por sorpresa, pero en modo precampaña electoral. Después de la fallida sesión de investidura de Mariano Rajoy y a la vista de la cerrazón de Pedro Sánchez en su "no es no", los ministros recibieron instrucciones de la Moncloa de aumentar su presencia pública todo lo posible, antes y después del 25-S, aunque estuvieran en funciones, porque la nueva convocatoria de comicios parecía inevitable. Los principales dirigentes del partido se volcaron en los comicios autonómicos gallegos y vascos y esta semana se desplegaban en un último intento de presión sobre el secretario general del PSOE. Luego la consigna pasó a ser de escrupuloso silencio ante la guerra abierta en Ferraz.

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