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El plan de Sánchez reactiva las ansias de los críticos para desalojarlo ya de Ferraz
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CRISIS EN LA CASA SOCIALISTA

El plan de Sánchez reactiva las ansias de los críticos para desalojarlo ya de Ferraz

La posibilidad de un congreso en octubre alarma a los detractores del líder, que se preparan para frenarlo. En las federaciones, los hay partidarios de defenestrarlo tras el 25-S o esperar algo más

Foto: Pedro Sánchez, durante su mitin en Redondela, Pontevedra, este 23 de septiembre, en el cierre de campaña de las elecciones del 25-S. (EFE)
Pedro Sánchez, durante su mitin en Redondela, Pontevedra, este 23 de septiembre, en el cierre de campaña de las elecciones del 25-S. (EFE)

Casi se podía haber escrito la reacción de los barones en cuanto trascendió que Pedro Sánchez está dispuesto a escapar de la atadura de sus contrarios zanjando la extenuante batalla por el liderazgo con la convocatoria, en el comité federal del próximo sábado, el 39 Congreso del PSOE, en el que los militantes elegirían a su secretario general el 23 de octubre. En la montaña rusa emocional en la que se ha convertido el partido, los críticos respondieron este viernes con la indignación, el desconcierto. Y las ganas de reaccionar. Los planes para decapitar a Sánchez, que en los últimos días se habían debilitado, se reanimaron, aunque también cubiertos de una espesa nube de dudas.

La operación sopesada por Ferraz no podía dejar indiferente a nadie, por mucho que no hubiera ni confirmación ni desmentido oficial. El secretario general maneja como una posibilidad activar el botón del congreso para así frenar las intenciones de sus detractores de destronarlo. Órdago por órdago. De revalidar su liderazgo el 23 de octubre –porque su principal rival, Susana Díaz, no se jugaría la piel en un cónclave apresurado y que le obligaría a dejar la Junta de Andalucía–, quedaría reforzada su autoridad y blindada su candidatura para unas terceras elecciones.

Los críticos no desvelan sus cartas. Insisten en que es "irresponsable" convocar para ya el congreso y alertan de una alianza con ERC y PDC, que Ferraz niega

Pero aunque la maniobra haya trascendido y fuera carne de titular en todos los medios nacionales, los críticos quieren que sea Pedro Sánchez quien desenfunde primero. No se fían. No quieren pisar mal en el campo de minas en el que la guerra interna ha convertido al PSOE. El control de los tiempos es fundamental. Por eso no desvelan sus cartas. Se limitan a decir, como hicieron este viernes los presidentes de Castilla-La Mancha y Aragón, Emiliano García-Page y Javier Lambán, que ya el partido decidió sobre el no a Mariano Rajoy y a un pacto con cualquier partido que ponga en duda la unidad de España. Y añaden que además ya decidió también que había que posponer las cuestiones orgánicas y el congreso federal hasta que se resuelva la gobernabilidad del país. Lo contrario, cambiar el orden, sería "irresponsable", "inconsecuente" y "arbitrario", en palabras de Lambán.

Los barones críticos se enfrentan abiertamente a Pedro Sánchez

A contrapié para Díaz

Los críticos quieren acabar con Sánchez pero tienen un debate. Hacerlo ya, activar su salida con la dimisión en bloque de la mitad más uno de los miembros de la ejecutiva federal o con una moción de censura en el comité federal, y evitar terceras elecciones dando paso al PP. O intentar que las aguas, que están más bravas que nunca, se calmen, dejar que Sánchez sea candidato y se queme en estos nuevos comicios para señalarle la puerta de salida tras Navidades y evitar así el trago de dar el Gobierno a Rajoy, siempre frenándole previamente sus planes de congreso exprés o de un hipotético pacto con ERC y la antigua CDC.

Foto: Los presidentes Javier Lambán y Emiliano García-Page se saludan antes de su reunión en Cuenca, este 23 de septiembre. (EFE)

La pugna se ha encanallado más tras los últimos globos sonda de Ferraz. Las posiciones más duras adelantan posiciones. Creen que hay que esperar a que pasen las elecciones gallegas y vascas del domingo. Después, una mayoría de los responsables autonómicos del partido se muestra convencida de que hay que terminar con el secretario general y que sea una gestora –"mejor una dirección provisional que esta ejecutiva", razonan– la que administre una decisión clave para el futuro del PSOE: terceras elecciones o dar paso a un Ejecutivo del PP al que, avisan, le esperará una oposición muy dura enfrente. En resumen, juzgan que "hay que extirpar cuanto antes el tumor", aunque tenga costes.

Hay dirigentes que creen que es mejor fulminar al líder y que sea una gestora la que administre la decisión clave: terceras elecciones o dar paso al PP

Esos son sus planteamientos porque no quieren anticipar debates pero es evidente que el plan de los críticos de acabar cuanto antes con Sánchez llevaría aparejado evitar unas terceras elecciones y dar paso al PP. No hay candidato alternativo ni tiempo. No van a quemar ningún liderazgo en unos nuevos comicios. Susana Díaz no piensa ser cartel electoral en estas circunstancias. Achicharraría su capital político para llevar el barco socialista en la nueva etapa. Además, tendría que dejar la Junta, sin sucesión preparada, y el PSOE dilapidaría su principal y ya casi único feudo, Andalucía, donde ya se perdieron las generales del pasado 26 de junio.

Page y Lambán confían en que Sánchez no convocará el congreso antes de que haya Gobierno

¿La derecha del partido?

Nada es fácil en estos momentos. Tampoco hay nada decidido, insisten. Los principales líderes territoriales del PSOE, con Díaz como principal referente, se quejan de que Sánchez ha planteado el debate de forma “torticera”. Su objetivo, insisten, es ir a terceras elecciones pensando en su supervivencia. Querría ser presidente del Gobierno, aseguran, pero cuenta con que eso no le va a salir bien sin Ciudadanos.

Otros responsables entienden que hay que evitar un cisma en el partido, desbaratar los planes de Sánchez y dejarle que vaya a elecciones para que se queme

Las reflexiones en las principales federaciones críticas son durísimas contra el secretario general. Hablan de “guerra sucia y temen que el comité del próximo 1 de octubre se convierta en un enfrentamiento entre Sánchez abanderando el no a Rajoy y los barones enfrente señalados como la derecha del partido abogando por dar paso a un Gobierno del PP. Admiten que esos términos son muy peligrosos y pueden revolver a la militancia contra los líderes territoriales y referentes como Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero o Alfredo Pérez Rubalcaba. Quieren que el debate, cuando llegue, abra una reflexión sobre si es mejor ir a unas terceras elecciones que reforzarían al PP y a la derecha o si es mejor mantenerse en la oposición durante año o año y medio –no creen que un Gobierno en minoría durara más–, y después plantar batalla. Lo que no saben es si tendrán espacio y oportunidad de plantear la decisión en esos términos si Sánchez sigue en Ferraz. Este viernes, el presidente asturiano, Javier Fernández, voz moral del PSOE, volvió a clamar contra otros comicios: pidió superar "el bloqueo" porque se está "echando el tiempo encima". "Hay que reaccionar antes de que sea demasiado tarde y los daños sean irreparables", aseguró, en su habitual tono críptico.

Las opciones a disposición de los detractores del jefe son pocas. Si fulminan al líder deberán trabajar para convencer a una militancia que preferiría un Gobierno alternativo a Rajoy, que toca aguantar el tirón y dar paso al PP. Eso es lo más complicado de todo. Hay unanimidad entre los críticos en el PSOE en que o sale Sánchez o el partido va a “la exclusión” y a la “desaparición”. Pero no está tan claro que sea mejor mantener al PP en La Moncloa que evitar las urnas. De hecho, algunos preferirían dejar el tiempo correr, que sea Sánchez quien concurra de nuevo como cartel y enseñarle la puerta de salida el día después de Reyes. Con menos sangre.

Foto: La presidenta andaluza, Susana Díaz, en su escaño en el Parlamento autonómico, el pasado 28 de julio. (EFE)

La letra de las normas del PSOE

"Pudiendo estar de acuerdo con aquellos que consideran que hay que echar a Pedro, hay que reflexionar sobre las formas. Nadie es accionista mayoritario del hartazgo. Hay que saber ser paciente e inteligente. Si te equivocas una vez, lo haces mártir ante las bases", esgrime un dirigente regional más templado, que, como todas las fuentes consultadas, piden reserva expresa de la federación de la que proceden. Otro compañero admite que esa apuesta "tiene riesgos" porque sería concederle oxígeno por tres meses, en los que el secretario general podría encontrar el resorte para sobrevivir más tiempo. "Vamos a tener que aguardar. No somos como él. No vamos a romper el PSOE, aunque a Pedro eso le dé igual. La diferencia de moral siempre estuvo ahí", observa una dirigente que conoce bien las entrañas de la formación.

Las opciones: dimisión de la mitad más uno de los miembros de la gestora, tumbarle sus propuestas en el comité o presentarle una moción de censura

Los críticos irán decantando su posición en los próximos días, en función de cómo se mueva su adversario, y sin dar por descontado que la batalla está "ganada". De momento, el punto de cohesión es que "ahora es cuando hay más unidad interna en torno a que Pedro se vaya", más que en torno a "quién tiene que sucederle", porque para eso Díaz tendría que dar muestras evidentes de dar el paso al frente.

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Las soluciones que los estatutos sirven a los detractores de Sánchez no son tantas ni tan sencillas. Forzar su caída con la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la ejecutiva federal –algo que jamás ha pasado en la historia reciente del PSOE–, un movimiento que podría producirse entre el lunes y el día del comité, exige a los críticos contar con las firmas de 19 de 37 dirigentes, y no está claro que tengan los números a su favor. En el máximo órgano de poder, por mayoría simple, los desafectos con el secretario general pueden tumbar sus planes, pero ello no supondría su salida automática. Sería una desautorización, sí, pero no implicaría su destitución. Para hacerla efectiva, los críticos tendrían que recoger las rúbricas de un tercio de los en torno a 300 integrantes del comité para convocar una nueva reunión –la cita del sábado 1 de octubre es extraordinaria y no se puede cambiar el orden del día– en la que se discuta una moción de censura contra la dirección. Esta ha de presentarla un 20% de los miembros del comité y, para ser aprobada, se requiere el aval de la mayoría absoluta de sus integrantes. Jamás se ha activado ese resorte.

"¿Cómo van a argumentarlo?"

Los críticos aseguran que pueden tener los números suficientes. Ferraz lo niega, "ni para mayoría simple ni para mayoría absoluta". "No van a hacer nada porque no tienen narices de enfrentarse a él", sostienen. En el equipo del líder proyectan sosiego: están convencidos de que la amenaza de la gestora no llegará: "¿Cómo la van a argumentar? ¿Matan al secretario general de las bases porque no quiere votar al PP, que es lo que aprobó el comité federal el 28 de diciembre y ratificó el 9 de julio? ¿Qué ha hecho mal? Ha evitado el 'sorpasso', el PSOE no es el Pasok, y quien hundió al partido fue Zapatero. Veníamos de ahí. ¿Tampoco ayudó Pedro a que ellos fueran presidentes autonómicos, cuando no los conocía hace un año nadie? ¿Al hijo de las primarias lo van a asesinar en un despacho, con un golpe de mano?".

En Ferraz acusan a los díscolos de haber "reventado" la campaña del 25-S. "¿Al hijo de las primarias lo van a asesinar en un despacho, con un golpe de mano?"

Los reproches hacia los barones también son durísimos por parte de Ferraz. Los colaboradores de Sánchez les acusan de haber "reventado" la campaña de las vascas y gallegas, de haber "agitado el avispero" con polémicas como la de los "ataques" al extremeño Guillermo Fernández Vara. "Han sido ellos, no nosotros, y sabían que el ruido interno resta votos", insisten en la cúpula, poniendo como última prueba de cargo la rueda de prensa conjunta de Page y Lambán, "que convocaron para hablar de cuestiones orgánicas", cosa que en la dirección manchega, por cierto, niegan, y para eso muestran cómo estaba incluida en agenda hace una semana. "Si hubiera que rendir cuentas por los resultados del domingo, quizá habría que pedírselas a ellos", advierten.

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En Ferraz remarcan que nunca hubo confirmación oficial del congreso exprés, pero no descartan que Sánchez saque ese as a partir del lunes. Y defienden que los "incongruentes" son los barones, que en enero pidieron fijar fecha del cónclave y ahora son ellos "los que quieren posponerlo".

La herida está muy abierta y duele. Los ataques son cada día más virulentos y el ambiente, más irrespirable. Pero aún no está nada dicho.

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El jueves, cuando el entorno de Pedro Sánchez aseguró que plantearía al Comité Federal liderar un Ejecutivo alternativo al de Mariano Rajoy, no especificó con qué compañeros de viaje. Sus críticos llevan tiempo maliciándose que puede pactar con los independentistas. Y ya han advertido de que lo rechazarán, porque "la estabilidad del país no puede pasar por quienes quieren romperla", en palabras del presidente manchego, Emiliano García-Page

Desde la cúpula federal se afanaron este viernes en cerrar todo flanco de duda: "No va a pactar con los secesionistas. Los medios le compran la moto a los críticos, pero él no se ha salido jamás de la resolución del 28 de diciembre ni va a aceptar jamás el derecho a decidir". 

Sánchez, que pasó toda la jornada en Galicia, no se refirió en sus mítines a la cuestión orgánica. Como en otras ocasiones, reiteró su no a Mariano Rajoy, subrayando que lo que hace daño a España no es votar en contra de su investidura, sino que el país tenga a un presidente que "ampara y da cobijo a la corrupción", informa Efe. 

La apuesta del secretario general, pues, es y sigue siendo la de un acuerdo con Podemos y Ciudadanos, a los que apela constantemente, pese a que ambos siguen vetándose. Albert Rivera volvió a dejar meridianamente claro, esta vez en un desayuno informativo en Bilbao, que no aceptará la invitación del líder socialista: "Hay que formar gobierno para gobernar, no para que el señor Sánchez sea presidente tres cuartos de hora. El objetivo no es que sea presidente el señor Sánchez o Rajoy, es que España tenga un presupuesto, que haga las reformas que tiene pendientes, que defienda la unión de los españoles, que reforme la Constitución o el mercado laboral... ¿Para qué queremos gobernar, para perpetuar a alguien en un cargo o para que este país tenga un Gobierno decente?", informa Europa Press.

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Casi se podía haber escrito la reacción de los barones en cuanto trascendió que Pedro Sánchez está dispuesto a escapar de la atadura de sus contrarios zanjando la extenuante batalla por el liderazgo con la convocatoria, en el comité federal del próximo sábado, el 39 Congreso del PSOE, en el que los militantes elegirían a su secretario general el 23 de octubre. En la montaña rusa emocional en la que se ha convertido el partido, los críticos respondieron este viernes con la indignación, el desconcierto. Y las ganas de reaccionar. Los planes para decapitar a Sánchez, que en los últimos días se habían debilitado, se reanimaron, aunque también cubiertos de una espesa nube de dudas.

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