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El PP blinda a Rajoy tras el fracaso de la investidura y los avisos de Rivera
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el bloqueo apunta a las terceras elecciones

El PP blinda a Rajoy tras el fracaso de la investidura y los avisos de Rivera

Populares y riveristas se pelearon en directo antes de votar y perder por 170 votos frente a los 180 del PSOE, Podemos y los independentistas. Luego tuvieron que contemporizar

Foto: Mariano Rajoy durante el debate de investidura en el Congreso. (Reuters)
Mariano Rajoy durante el debate de investidura en el Congreso. (Reuters)

El fiasco de la investidura de Mariano Rajoy como aspirante a la presidencia del Gobierno acerca las terceras elecciones en un año por muy descontado que estuviera antes de empezar. Populares y riveristas se pelearon en directo antes de votar y perder juntos por 170 votos frente a los 180 del PSOE, Podemos y los independentistas. Bastó que Albert Rivera hablara de un "candidato viable" ante una posible nueva votación para que el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, recordara que el presidente del Gobierno en funciones es y será el candidato del PP en cualquier circunstancia y que lo normal en democracia es que se vaya quien pierde las elecciones, no quien las gana como su jefe.

Los discursos mitineros, la reafirmación de cada cual en sus posiciones y las dudas de Ciudadanos sobre su penúltimo giro, esta vez a favor del PP, sonaron en todo el debate a resignación o apuesta por nuevos comicios para diciembre. No apareció ningún margen para un próximo desbloqueo al empezar la cuenta atrás de dos meses para la disolución automática de las Cortes en caso de que no se forme Gobierno. Tampoco la vía del cambio en el PNV.

Pedro Sánchez se encerró en su "no es no", según lo previsto. Las principales novedades consisteron en comprobar la fragilidad del acuerdo y las complicadas relaciones entre el Partido Popular y Ciudadanos, más el empeño del dirigente socialista en aparentar al menos que está dispuesto a buscar una alternativa "con las fuerzas del cambio", término en el que incluyen a los riveristas.

Entre la espada y la pared, después de insinuar Rivera desde la tribuna del Congreso que podría avalar otra candidatura "viable" y la contundente respuesta de Hernando ("el PP no firma acuerdos para un cuarto de hora" y "nuestro candidato es Rajoy"), los portavoces de Ciudadanos se tuvieron que deshacer en matizaciones. Sobre todo el vicesecretario general, José Manuel Villegas: "No pedimos ni vamos a pedir la cabeza de Rajoy, sino una candidatura que pueda salir adelante".

Los riveristas se apresuraron a pedir un cambio de actitud de Sánchez para que se siente con los populares y buscar un desbloqueo a la situación. Y de entrar en un frente anti-PP con el PSOE y Podemos tampoco querían oír ni hablar.

En fuentes de los populares reconocen su disgusto con "el desmarque" de Rivera, pero no se creen que vaya a ensayar una nueva pirueta para volverse con Sánchez. Dicen además, que los riveristas son quienes más miedo pueden tener a las terceras elecciones y más les conviene ahora jugar su papel de bisagra. Como explicó Villegas, el pacto entre ambos partidos seguirá vivo siempre y cuando el PSOE deje formar un gobierno para que se pueda aplicar.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también tuvo que salir a contemporizar. Defendió la conveniencia de "preservar" el acuerdo con Ciudadanos y advertir que pese a "la cerrazón de Sánchez" su jefe perseverará en el empeño de que el PSOE sea responsable y permita que España recupere la normalidad institucional.

Sáenz de Santamaría se sumó al cierre de filas de su partido con Rajoy. "Está fuerte, ha ganado dos veces y ha hecho lo que tenía que hacer", remachó. El comité ejecutivo del partido se reunirá ahora para confirmar su apoyo al jefe. No les queda más consuelo que destacar que el PP y su presidente siguen al frente del Ejecutivo, aunque siga en funciones, mientras que a Sánchez no le queda otra misión que evitar otro fracaso de los socialistas en las citas electorales del 25-S en Galicia y el País Vasco.

El fiasco de la investidura de Mariano Rajoy como aspirante a la presidencia del Gobierno acerca las terceras elecciones en un año por muy descontado que estuviera antes de empezar. Populares y riveristas se pelearon en directo antes de votar y perder juntos por 170 votos frente a los 180 del PSOE, Podemos y los independentistas. Bastó que Albert Rivera hablara de un "candidato viable" ante una posible nueva votación para que el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, recordara que el presidente del Gobierno en funciones es y será el candidato del PP en cualquier circunstancia y que lo normal en democracia es que se vaya quien pierde las elecciones, no quien las gana como su jefe.

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