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El CIS ahuyenta las terceras elecciones y deja el futuro de España en manos de PP y PSOE
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LOS NUEVOS PARTIDOS, MÁS PENALIZADOS

El CIS ahuyenta las terceras elecciones y deja el futuro de España en manos de PP y PSOE

El barómetro arroja dos conclusiones principales: unas terceras elecciones no cambiarían absolutamente nada y el entendimiento de PP y PSOE será necesario para que haya Gobierno

Foto: El presidente en funciones, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunieron hace días en el Congreso. (Reuters)
El presidente en funciones, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunieron hace días en el Congreso. (Reuters)

La repetición de unos terceros comicios no serviría para desbloquear el endemoniado escenario político ni tampoco contribuiría a cambios sustanciales en el mapa electoral, según los datos que el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de julio arrojaron este lunes. Si se celebraran otras elecciones generales, el panorama sería similar: el PP bajaría levemente su resultado con respecto al 26-J, el PSOE, por contra, lo mejoraría, y tanto Ciudadanos como Unidos Podemos se enfrentarían a una caída de más de un punto porcentual. En todo caso, ninguna de las formaciones tendría en estos momentos incentivos reales para querer afrontar un nuevo proceso electoral, y cualquier solución necesitará contar con conservadores y socialistas.

Si hay una conclusión clara de las encuestas realizadas para este barómetro en los primeros días de julio, es que la situación actual debe desencallarse porque unas terceras elecciones no serían ninguna solución. Las mayorías absolutas siguen sin existir, gracias a la irrupción de los nuevos partidos, aunque son precisamente los dos grandes representantes del bipardisimo los que salen reforzados, tal y como muestra el CIS y como también demostraron las urnas el pasado 26 de junio. Los 'damnificados' volverían a ser Ciudadanos y Unidos Podemos (UP).

El partido liderado por Albert Rivera sufriría con toda seguridad las peores consecuencias. Le ocurrió el 26-J, cuando la pérdida del 0,89% de sus votantes supuso ocho escaños menos en el Congreso, pasando de los 40 de diciembre a 32 diputados. El CIS, en este caso, le augura una pérdida superior al 1% de sus votantes. La alianza sellada entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón tampoco saldría bien parada. En los pasados comicios, Unidos Podemos y sus confluencias (En Comú Podem, En Marea y Compromís) alcanzaron el 21,2% del voto, mientras que en estos momentos se situarían en el 19,6%. Y las confluencias territoriales no serían la causa, ya que el barómetro refleja un resultado casi idéntico al de junio, siendo el pacto que lleva por nombre Unidos Podemos el que haría caer el resultado final de la alianza.

La caída de los denominados nuevos partidos y posibles aliados de PP y PSOE confirma que cualquier opción de futuro Gobierno en España pasará por un entendimiento entre populares y socialistas. El descenso de UP y la leve subida del partido que dirige Pedro Sánchez aleja todavía más la alternativa de la izquierda, cuando a día de hoy el propio Pablo Iglesias la da por muerta. De la misma forma, la caída de conservadores y centristas frustraría la vía de un pacto de centro derecha que se acercara a la mayoría. Es decir, todo apunta a que la abstención de uno de los dos grandes partidos para permitir que gobierne el otro será inevitable.

El no del PSOE se refuerza

El barómetro del CIS, realizado entre el 1 y el 11 de julio, que coincidió con el comité federal del PSOE en que los socialistas confirmaron su voto en contra de la investidura de Rajoy, ha servido para dar un balón de oxígeno a la formación, que es la única que sube en intención de voto. Incluso el PP -al que hasta ahora sus rivales acusaban de ser el mejor parado si se celebraran nuevas elecciones- caería en torno a medio punto porcentual. Por eso, en Ferraz se muestran convencidos de que su postura se ve ahora reforzada, ya que sus electores premian la contundencia con la que están defendiendo su voto negativo al candidato popular.

En ese sentido, los socialistas se ven aún más legitimados para mantenerse firmes y trasladar en la medida de lo posible la presión del actual bloqueo a Ciudadanos. Si Rajoy sumara los 32 diputados de centro y el de Coalición Canaria que posee Ana Oramas, el jefe de Génova acudiría al debate de investidura con 170 apoyos parlamentarios, apenas a seis de la mayoría. Como insisten desde fuentes socialistas, solo ante ese escenario el PSOE sentiría una verdadera presión y podría poner encima de la mesa el debate de su abstención para permitir que el Gobierno de los populares se pusiera en marcha.

Sin embargo, la posición de los de centro también se mantiene inmóvil. Fuentes de la cúpula naranja reiteran que el esfuerzo por su parte "ya se ha hecho" al pasar del voto en contra a la abstención y, dado que ni siquiera un voto afirmativo suyo bastaría para sacar adelante la investidura de Rajoy, no se moverán de ese supuesto apelando a la responsabilidad de Estado de los socialistas. Aun así, las próximas semanas serán cruciales. Este miércoles, se celebra la segunda reunión entre el dirigente conservador y el centrista para continuar avanzando en la investidura del popular. En teoría, los equipos de ambas formaciones solo trabajan en estos momentos en una negociación económica sobre los Presupuestos Generales y el techo de gasto, y también en el avance del desafío soberanista en el Parlament catalán.

Pero el PP sigue con la mente puesta en convencer a Ciudadanos para que terminen apoyando a Rajoy en su investidura, alegando que la abstención "no basta" para movilizar al Partido Socialista. De hecho, los conservadores ofrecieron hasta cuatro mesas de trabajo para negociar políticas sociales, económicas e institucionales por separado, aunque los de centro rechazaron cualquier negociación programática hasta que Rajoy consiga pasar con éxito la investidura.

La repetición de unos terceros comicios no serviría para desbloquear el endemoniado escenario político ni tampoco contribuiría a cambios sustanciales en el mapa electoral, según los datos que el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de julio arrojaron este lunes. Si se celebraran otras elecciones generales, el panorama sería similar: el PP bajaría levemente su resultado con respecto al 26-J, el PSOE, por contra, lo mejoraría, y tanto Ciudadanos como Unidos Podemos se enfrentarían a una caída de más de un punto porcentual. En todo caso, ninguna de las formaciones tendría en estos momentos incentivos reales para querer afrontar un nuevo proceso electoral, y cualquier solución necesitará contar con conservadores y socialistas.

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