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Así se formó el ejército de los 1.500 'influencers' del PP
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movilización e impulso de las redes sociales

Así se formó el ejército de los 1.500 'influencers' del PP

La vicesecretaría de Comunicación dio un vuelco a las redes sociales y configuró con una búsqueda ciega una red de voluntarios que cada día 'mueve' contenidos de la formación popular

Foto: El presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, y dirigentes del partido comparecencen ante los simpatizantes en el exterior de la sede de Génova en la noche electoral. (EFE)
El presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, y dirigentes del partido comparecencen ante los simpatizantes en el exterior de la sede de Génova en la noche electoral. (EFE)

Los impredecibles resultados que obtuvo el Partido Popular en las elecciones del 26 de junio se explican, al menos en parte, por el uso que la formación hizo de las redes sociales. Ningún instituto demoscópico se acercó a los 137 escaños que Mariano Rajoy consiguió, aunque todos ellos advirtieron que la capacidad de movilización de los conservadores no tenía rival. Es decir, que los votantes del PP no se quedarían en casa. Pero la labor de comunicación online llevada a cabo en los pasillos de Génova fue lo que puso la verdadera guinda al pastel: votantes desencantados, votantes indecisos, votantes que en diciembre apostaron por Ciudadanos y votantes jóvenes optaron por la papeleta de la gaviota el último domingo de junio. La clave de la movilización está en un canal de Telegram.

Isabelle Wrightme, enviada especial de la empresa de asesoría 'The Messina Group' (TMG) a la sede del PP durante las semanas de campaña electoral, tuvo gran protagonismo en la noche del día 26. Y no sólo por el 'selfie' que la experta en estrategia digital colgó en su Twitter con Rajoy "celebrando" los resultados, sino por el trabajo que ella y su equipo desempeñaron para que los populares alcanzaran el éxito, como ya hiciera antes en la Casa Blanca o en Reino Unido para aupar a David Cameron. TGM puso en marcha, como explicó el diario 'El Mundo', un plan para que Rajoy volviera a alcanzar La Moncloa a través del uso de big data -procesamiento de información en muchísimas bases de datos distintas- en busca de electores potenciales del partido en redes sociales y más concretamente en Facebook.

Sin embargo, el PP había empezado a trabajar en esta línea mucho antes de Isabelle, de TMG e incluso de las generales de diciembre. En junio de 2015 Rajoy anunció una revolución en la cúpula de la formación que afectó a varias de las vicesecretarías. Caras nuevas para el Partido Popular. También estrenó logo. Pablo Casado, uno de los elegidos, se puso al frente del área de Comunicación con un doble encargo "del jefe" muy claro: aumentar la presencia de los dirigentes en medios e impulsar a la formación en redes sociales. El objetivo era digital. El primer cometido tuvo efectos inmediatos y el PP empezó a participar en tertulias y protagonizar entrevistas televisivas... que culminaron con el propio Rajoy en programas como 'En la tuya o en la mía' (20-D) y 'El Hormiguero' en esta última campaña (26-J).

Respecto a lo segundo, el partido se puso en marcha y a día de hoy una red aproximada de 1.500 voluntarios 'mueven' los contenidos relacionados con el PP todos los días en cada rincón de internet. Este 'ejército online' se creó a través de una 'búsqueda ciega' en Twitter y Facebook sobre los perfiles que más interactuaban con distintos contenidos relacionados con la formación y que arrojó un total de 3.000 perfiles. El equipo del PP rastreó aquellos nombres que más retuiteaban, daban a favorito, comentaban o compartían los contenidos sin saber de quiénes se trataba: ni su edad, ni su género, ni su trabajo, ni tampoco si eran afiliados, simpatizantes o dirigentes del propio partido.

Contactaron con ellos por mensaje privado y a partir de entonces se constituyó una especie de tropa de 1.500 'influencers' que se comunican con la formación de manera oficial a través de un canal de Telegram -actualmente la aplicación de mensajería instantánea favorita del poder político en España- para coordinarse cada día en sus movimientos por la red. Los comunicados del partido en el chat comunitario son informativos y muy directos. Por ejemplo: "Esta noche Mariano Rajoy estará en El Hormiguero", o "Estos son los cinco grandes pactos que el presidente ha propuesto al resto de grupos". Y, de repente, manos a la obra: el ejército de voluntarios hace correr los mensajes como la pólvora, consigue un 'trending topic' en pocos minutos o comenta en directo la intervención de los populares en debates políticos.

El control del funcionamiento de las redes y la coordinación de todas ellas recae en la vicesecretaría dirigida por Casado con un equipo de ocho personas. El diputado por Ávila explica por qué el partido creó de esa manera la red de voluntarios que ha conseguido revitalizar la imagen del PP en internet: hacerlo de forma "muy eficaz" y que "no fuera endogámico". El principal soporte a esta estrategia la dio Jorge Moragas, director de campaña de Rajoy, que apostó por esa línea para afrontar el reto electoral. En efecto, la campaña del PP fue diseñada tomando un modelo muy americano, centrada en organización y comunicación. El siguiente paso era elaborar un contenido atractivo. El equipo de la formación se aventuró en la viralización, en la creación de memes y apostó sin fisuras por el formato de vídeo. La agencia creativa Shackleton fue la encargada de desarrollar la atrevidísima campaña del PP a través de una serie de vídeos marcados por el humor... que todos los expertos han enmarcado en el más rotundo éxito.

Y los "cañones", como explica Casado, que disparaban el contenido estaban listos. Y dispararon. "Premiamos la eficacia, apostamos la democratización del mensaje y el interés. No nos empeñamos en meter un 'trending topic' un sábado por la mañana porque sí, como hace Podemos. Lo hacemos cuando hay un interés real para la gente". Y funcionó. No se sabe en qué porcentaje. Pero el resultado fue de 14 escaños más, casi 700.000 votos más que en diciembre y dos millones más de votos que la siguiente fuerza política.

Los impredecibles resultados que obtuvo el Partido Popular en las elecciones del 26 de junio se explican, al menos en parte, por el uso que la formación hizo de las redes sociales. Ningún instituto demoscópico se acercó a los 137 escaños que Mariano Rajoy consiguió, aunque todos ellos advirtieron que la capacidad de movilización de los conservadores no tenía rival. Es decir, que los votantes del PP no se quedarían en casa. Pero la labor de comunicación online llevada a cabo en los pasillos de Génova fue lo que puso la verdadera guinda al pastel: votantes desencantados, votantes indecisos, votantes que en diciembre apostaron por Ciudadanos y votantes jóvenes optaron por la papeleta de la gaviota el último domingo de junio. La clave de la movilización está en un canal de Telegram.

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