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Las confluencias reivindican su autonomía dejando en el aire los 71 escaños de Iglesias
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COMO MÁXIMO CONTARÁ CON 67 PARLAMENTARIOS

Las confluencias reivindican su autonomía dejando en el aire los 71 escaños de Iglesias

Podemos contará con un máximo de 67 escaños durante esta legislatura, tras la marcha de Compromís al Mixto, pero podría quedarse en 45 si En Comú y En Marea consiguen grupo

Foto: El grupo parlamentario de Unidos Podemos aplaude tras la sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XII Legislatura. (EFE)
El grupo parlamentario de Unidos Podemos aplaude tras la sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XII Legislatura. (EFE)

Las confluencias territoriales de Podemos han vuelto a reivindicar su autonomía, que en términos parlamentarios se materializa en la aspiración de poder lograr grupo propio en el Congreso. Una hoja de ruta compartida por la dirección de Unidos Podemos, pero que se vuelve a topar con el bloqueo de la Mesa del Congreso, con una mayoría conservadora contraria a realizar una interpretación del reglamento favorable a estas aspiraciones. No es el caso del Partit Demòcrata Català, la antigua Convèrgencia, que tiene prácticamente garantizado su grupo propio, pese a incumplir el requisito de haber obtenido al menos un 15% de los sufragios en las provincias donde concurrió en las elecciones del 26-J. De hecho, esta doble vara de medir es uno de los argumentos que utilizan como arma arrojadiza las confluencias, principalmente la catalana, como se ha encargado de recordar Xavier Domènech.

Las confluencias de Podemos reivindican su autonomía

La falta de garantías para obtener grupo propio está generando un amplio debate en el seno de las confluencias a la hora de decidir cómo registrarse. Si lo hacen como grupo propio y reciben el previsible rechazo de la Cámara, la consecuencia directa sería su integración en el Grupo Parlamentario Mixto. En caso de que siguiesen estos pasos las tres candidaturas territoriales hermanadas con la formación que lidera Pablo Iglesias, el número de escaños de Unidos Podemos se reduciría a 45 (incluidos los de Izquierda Unida, Equo y Alto Aragón en Común).

Los riesgos son notables, y el pasado 20-D se optó por no incurrir en ellos, a excepción de la confluencia valenciana, que se dividió en dos bloques. Los cinco diputados pertenecientes a Podemos se registraron dentro del grupo confederal y los cuatro de Compromís se inscribieron como grupo parlamentario. A estos últimos se los derivó posteriormente al Mixto. En esta legislatura, la estrategia de la confluencia valenciana será diferente.

A la Valenciana, en la que se integran cuatro diputados de Podem, otros cuatro de Compromís y uno de Esquerra Unida, cursará registro en el Congreso, a primera hora de este viernes, como grupo propio. A diferencia de lo sucedido en la anterior legislatura, el escrito estará firmado por los nueve diputados. Esta operación, pese a lo que podría aparentar, está exenta de riesgos.

Como resultado de estos movimientos, Unidos Podemos podría estrenarse en la primera sesión parlamentaria con tan solo 45 diputados

Los cuatro diputados de Podem, junto al de EU, tendrían 48 horas para elegir si volver a integrarse dentro el grupo confederal de Unidos Podemos en caso de que el miércoles la Mesa rechace su petición de grupo propio. Una opción prioritaria para ellos antes que irse al Mixto. No será esta la decisión de los parlamentarios de Compromís, que, como en la pasada legislatura, están dispuestos a integrarse en el Mixto. El margen de 48 horas para poder elegir ha sido una opción ratificada directamente por los servicios jurídicos de la Cámara. El portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, no niega las dificultades de conseguir su objetivo, pero remarca que se trata de una promesa electoral y que harán todo lo que esté en sus manos para lograrlo.

La discriminación con respecto a la antigua Convergència, la visibilización de una reivindicación que, según insisten, se ajusta al reglamento de la Cámara, y el aumento de la presión sobre la Mesa del Congreso son algunas de las razones que han conducido a tomar esta decisión, pero no la principal. Lo más importante es que la firma de los nueve diputados ofrece una mayor entidad a la demanda que elevarán al Tribunal Constitucional si, como todo parece indicar, se les deniega el grupo propio.

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En Comú Podem y En Marea todavía no han tomado una decisión, y según confirman desde las direcciones de ambas confluencias no acudirán al registro hasta el próximo martes (el lunes es festivo en Madrid), agotando así los plazos. Los gallegos celebrarán este viernes por la tarde una reunión de la Mesa de Coordinación, el máximo órgano de decisión del grupo, en el que participan representantes de Podemos, Anova y Esquerda Unida, que tienen previsto saldar con una decisión en firme sobre los pasos a dar.

Ambas confluencias tienen la intención de elevar una demanda al Tribunal Constitucional, algo que solo puede hacerse si se rechaza su petición de grupo propio y se van al Mixto. Pero, al mismo tiempo, quieren minimizar riesgos. ¿Cómo? Los comunes y la marea gallega están buscando la fórmula de arrancar un compromiso en firme de los letrados de la Cámara que les asegure que pueden irse al Mixto, demandar, y en la siguiente sesión de las Cortes regresar al grupo confederal de Unidos Podemos. Si obtienen esta garantía de poder volver a adscribirse al grupo que presidirá Pablo Iglesias, se tomaría la decisión.

De los 71 escaños conseguidos por Unidos Podemos el 26-J, el grupo contará con un máximo de 67 diputados tras la decisión firme de Compromís de irse al Mixto

El resultado de estos movimientos sería que Unidos Podemos contaría virtualmente con 45 diputados en la primaria sesión parlamentaria que se celebrase. En la segunda, recuperaría los 12 escaños de En Comú y los cinco de En Marea. No así los cuatro de Compromís. En la XII Legislatura, que echó a caminar el pasado martes, Unidos Podemos contará así con un máximo de 67 escaños.

Los diputados de Izquierda Unida, al igual que los de Equo, no han barajado en ningún momento otra opción que no sea formar parte del grupo confederal. Con todo, los de Alberto Garzón contarán con autonomía dentro de Unidos Podemos. El coordinador federal de IU ocupará una de las portavocías adjuntas, junto a Irene Montero e Íñigo Errejón, que será el portavoz parlamentario. Este no será el caso del grupo formado por los diputados andaluces de Podemos, que pese a emitir una resolución en su consejo autonómico para disfrutar de este estatus especial, no la han visto respaldada por la dirección del partido en Madrid. La portavoz de En Marea, de integrarse finalmente en el grupo confederal, será Alexandra Fernández, y el de En Comú, Xavier Domènech.

Las confluencias territoriales de Podemos han vuelto a reivindicar su autonomía, que en términos parlamentarios se materializa en la aspiración de poder lograr grupo propio en el Congreso. Una hoja de ruta compartida por la dirección de Unidos Podemos, pero que se vuelve a topar con el bloqueo de la Mesa del Congreso, con una mayoría conservadora contraria a realizar una interpretación del reglamento favorable a estas aspiraciones. No es el caso del Partit Demòcrata Català, la antigua Convèrgencia, que tiene prácticamente garantizado su grupo propio, pese a incumplir el requisito de haber obtenido al menos un 15% de los sufragios en las provincias donde concurrió en las elecciones del 26-J. De hecho, esta doble vara de medir es uno de los argumentos que utilizan como arma arrojadiza las confluencias, principalmente la catalana, como se ha encargado de recordar Xavier Domènech.

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