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El plan b de Rajoy: asegurar la investidura en agosto y pactos de legislatura para el otoño
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negociaciones para formar gobierno tras el 26-J

El plan b de Rajoy: asegurar la investidura en agosto y pactos de legislatura para el otoño

El PP confía en las presiones empresariales sobre Rivera y espera que el PNV esté más dispuesto al acuerdo después de las elecciones vascas porque necesitará ayuda ante Podemos y Otegi

Foto:  El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo Europeo celebrado en Bruselas. (EFE)
El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo Europeo celebrado en Bruselas. (EFE)

Primero asegurar la investidura con los compromisos que sean necesarios este mes de agosto y después buscar pactos de legislatura a partir de octubre, después de las elecciones autonómicas vascas y gallegas. Ese es el plan b del Partido Popular por si Pedro Sánchez se cierra en banda a la oferta general de colaboración que Mariano Rajoy le hará para cuatro años: los cinco pactos de Estado conocidos y repetidos desde febrero, líneas generales de los Presupuestos del Estado y primeras medidas económicas de choque.

En la dirección del PP son conscientes de las dificultades del PSOE para aceptar cualquier fórmula cerrada que garantice la gobernabilidad y la estabilidad de un nuevo Ejecutivo de los populares. Descartada la gran coalición, tampoco parece fácil un pacto de legislatura, pero no creen en La Moncloa que Sánchez quiera arriesgarse a unas terceras elecciones generales. "Y si sigue el bloqueo y la situación se enfanga durante agosto, vamos otra vez a las urnas con un claro culpable", advierten en fuentes del PP a la espera de que el PSOE empiece a salir de su aparente cerrazón oficial.

La abstención del PSOE (de un diputado o de todo el grupo) es imprescindible para la investidura del presidente del Gobierno

Rajoy se centrará, a partir del día 9 (fecha del comité federal de los socialistas), en buscar acuerdos con el secretario general de los socialistas, bien sobre el bloqueo citado o, al menos, sobre la composición de la Mesa del Congreso que marcará el futuro del proceso de acercamiento. Al final, la abstención del PSOE (de un diputado o de todo el grupo) es imprescindible para la investidura del presidente del Gobierno, salvo que el PP se quiera arriesgar a la carambola de sumar a los 137 escaños propios, los 32 de Albert Rivera, los 5 del PNV más el de Coalición Canaria. Y esperar después que alguien más, un diputado al menos, se abstenga o no se presente a votar ese día en el Congreso con el fin de garantizarse los 176 parlamentarios de la mayoría absoluta.

"La investidura hay que sacarla como sea y lo primero es apalabrar la abstención de los socialistas", insisten en la vieja guardia marianista convencidos de que luego pueden venir las negociaciones más urgentes sobre el techo de gasto de los presupuestos, trasposición de directivas pendientes, posición de España en la UE o medidas frente al problema del Brexit.

Una vez que el PSOE se convenza de que le interesa para sus propios fines que la legislatura arranque y pueda empezar a desempeñar el papel de principal partido de la oposición (constructiva), los demás grupos y el primero el de Rivera, estarían más predispuestos a permitir la elección de Rajoy. Esa es la previsión que hacen en fuentes del PP.

Los comicios autonómicos del otoño en el País Vasco y en Galicia se han convertido en un obstáculo añadido para la urgencia de los pactos en este verano. Socialistas y populares se van a volver a medir en las urnas en tres meses, mientras que el PNV se juega su feudo frente al ascenso de Podemos y su previsible entendimiento con EH Bildu.

Es el peor momento para acercarse a los populares, aunque puede que Iñigo Urkullu los necesite como nunca después de los comicios, según apuntan en el PP. Y sin descartar que también tengan que entrar en esos acuerdos de auxilio los socialistas para frenar una mayoría de podemistas más los exproetarras encabezados por Arnaldo Otegi. En el PP insisten en que, si no fuera por los comicios, el PNV se apuntaría el primero a un pacto de legislatura, igual que hizo en 1996 para apuntalar la mayoría de José María Aznar. Ahora solo cabe esperar una abstención, pero después de las elecciones autonómicas el interés en garantizar la gobernabilidad a largo plazo será mutuo.

El Ibex recomienda el giro de Rivera

Para esos planes del PP de asegurar la legislatura en dos plazos, primero la investidura 'como sea' (con abstenciones), y después con acuerdos más concretos, también será necesario el concurso de Ciudadanos. Fuentes de los populares dan por hecho que Albert Rivera irá cambiando su discurso en las próximas semanas en la medida en que se haga a la idea de que le conviene el acercamiento a Rajoy hasta para garantizarse un hueco en la Mesa del Congreso.

En la dirección del PP sostienen que los grupos empresariales y bancarios (antigua caja) del Ibex que apoyaron en su día a Rivera para dar el salto a la política nacional están ahora muy interesados en que un Gobierno de centro-derecha prosiga con la labor de apuntalar la recuperación económica; mucho más que en la antigua operación de desgastar a Rajoy para poner a otro dirigente en su puesto más cómodo para sus intereses.

Ciudadanos era la palanca para conseguir ese fin, dicen, pero la preocupación ahora, después de la victoria del 26-J, es la gobernabilidad y recomendarán a Rivera que cambie otra vez de bando. De votar a Pedro Sánchez en marzo tendrán que pasar a entenderse con Rajoy a partir de agosto. Los fundadores ya captaron el mensaje.

Primero asegurar la investidura con los compromisos que sean necesarios este mes de agosto y después buscar pactos de legislatura a partir de octubre, después de las elecciones autonómicas vascas y gallegas. Ese es el plan b del Partido Popular por si Pedro Sánchez se cierra en banda a la oferta general de colaboración que Mariano Rajoy le hará para cuatro años: los cinco pactos de Estado conocidos y repetidos desde febrero, líneas generales de los Presupuestos del Estado y primeras medidas económicas de choque.

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