¡Sor... presa! El 26-J evidencia el fracaso de las encuestas electorales

25 de mayo de 2014. Las elecciones europeas convirtieron a Podemosen la gran sorpresa de la política española. Una campaña exprésde tres meses cocinada en platós y redes sociales bastaron al profesor Pablo Iglesias para irrumpir en el Parlamento europeo. Días antes, la encuesta del CIS le había otorgado un eurodiputado a la por entonces neonata formación. Ninguna encuesta vio venir los 1,2 millones de votos -y cinco eurodiputados- del tsunamimorado.

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Dos años después, cuando el Brexitdejó de ser una amenazapara convertirse en una realidad,los británicos se llevaron las manos a la cabeza. ¿Qué había pasado? Las encuestas apostaban por la permanencia, eran muy pocas las que se atrevían a pronosticar una salida de la Unión Europea. Ni siquiera los propios euroescépticos se lo podían creer. Peter Kellner, expresidente de la compañía demoscópica YouGov, no se lo explicaba: "No sé qué ha podido ir mal", confesó.

En mayo de 2015, los sociólogoscavaron la tumba política del británico David Cameron. Ningun sondeo le otorgaba un buen resultado, ni mucho menos la mayoría absoluta que finalmente cosechó con 331 escaños en el Parlamento británico. Durante la campaña, nadie le dio al 'tory' más de 295 diputados. Una vez más, los númerosfallaron.

Unos meses más tarde, RTVE y la FORTA unieron fuerzas con TNS Demoscopia para lanzar "laencuesta más ambiciosa hecha en España" para las elecciones del 20-D en España. Se trató de una encuesta a pie de urna que incluía 177.000 entrevistas en 1.200 colegios electorales de todo el país. En total, una inversión de 470.000 euros en un sondeoque no acertó ni los escaños ni los porcentajes en votos.

Los patinazos de las encuestas no son algo nuevo.Tal y como revelan Joan Font y Sara Pasadas en su libro 'Las encuestas de opinión', los problemasde estimación de voto han llenado titulares entres de las siete convocatorias electorales celebradas entre 2011 y el verano de 2015. En el caso de España, los sondeos han tendido a inflar los resultados de los partidos emergentes en detrimento del PP y del PSOE.

Desde el comienzo de la campaña del 26-J, los votantes han sido bombardeados cada pocos días con encuestas y sondeos. Del manido 'sorpasso' de Unidos Podemos al PSOE a la lucha del PP por amarrar el 30% de los votos.

Poco a poco, encuesta a encuesta, el mensaje fue cristalizando en el electorado (y en los medios). El 'sorpasso' era una realidad para todos los diarios nacionales. Los analistas auguraban la muerte política de Pedro Sánchez si el PSOE quedaba relegado a la tercera posición y ya se oía ruido de sables de Despeñaperros para abajo. Al final, aunque los socialistas obtuvieron elpeor resultado de suhistoria,Sánchez salvó los muebles.

En el caso del PP, todo el mundo daba por hecho su victoria, aunque no tan holgada. Una de las encuestas que más se acercaron fue la de 'La Razón', que estimó para los populares una horquilla de entre 125 y 130 diputados.

Respecto a Unidos Podemos, el diario 'ABC' fue el que dio a los morados el pronóstico más conservador (y certero): 77 diputados.Otras encuestas llegaron a dar a los de Iglesias hasta 90 escaños.

Para el PSOE, el futuro pintado por los sociólogos era negro, muy negro. El peor pronóstico fue el de 'El Mundo', con 77 escaños. Finalmente, fue 'eldiario.es' el que acertó con una estimación que se movía entre los 83 y 86 diputados.

Por último, los votos de Ciudadanoshan sido, con diferencia, los más difíciles de pronosticar. Bien sea por un electorado poco fiel o por su perfil de emergente, los de Rivera han perdido estas elecciones ocho diputados, un batacazo que solo sevio venir en los últimos días de campaña.