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Predicar el cambio con 500 euros: las penurias de Podemos y C's en tierra hostil
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CUENCA ES EL PRINCIPAL BASTIÓN DEL bipartidismo

Predicar el cambio con 500 euros: las penurias de Podemos y C's en tierra hostil

Visitamos la única provincia que tanto naranjas como morados dan por perdida, hasta el punto de que Albert Rivera y Pablo Iglesias le han dado esquinazo en sus rutas de campaña

Foto: El equipo de campaña de Unidos Podemos en Cuenca, con la número uno María Ángeles García en el centro, carga con pancartas y octavillas. (D.B.)
El equipo de campaña de Unidos Podemos en Cuenca, con la número uno María Ángeles García en el centro, carga con pancartas y octavillas. (D.B.)

Hay un lugar en España donde Unidos Podemos y Ciudadanos tienen mucho en común. Para empezar, sus dos cabezas de lista son mujeres. Las dos cuentan con 500 euros para gastar en toda la campaña y ambas reconocen sin tapujos que, si pudieran, se quedarían en casa porque poca cosa tienen que ganar. Así es Cuenca,tierra quemada para los partidos del cambio. No hay provincia en España que les preste menos apoyo social. En las elecciones de diciembre, Podemos obtuvo el 11,63% de los votos y Ciudadanos el 10,77%. Están tan lejos de aspirar siquiera a un escaño el 26 de junio que tanto Pablo Iglesias como Albert Rivera han eliminado directamente esta circunscripción de sus rutas electorales.

"Si tuvieras que hacer campaña en base a las encuestas casi mejor te quedarías en casa", reconoce la candidata de Unidos Podemos

“Si tuvieras que hacer campaña en base a lo que dicen las encuestas casi mejor te quedarías en casa, porque saber que no aspiras a un escaño es frustrante. Pero yo intento no verlo así. Sabemos que en Cuenca el trabajo es a medio plazo y que ahora nuestro objetivo es ir asentando el mensaje”, se anima María Ángeles García, número uno de la lista por Unidos Podemos. Mientras su formación aspira a presidir el Gobierno y a confirmar su liderazgo en plazas fuertes como Cataluña y País Vasco, ella se contenta con un megáfono. “Es nuestra principal adquisición para esta campaña. Si vamos a los pueblos, al menos ahora nos podrán oír”.

Cuenca lo tiene todo para resistir como bastión del bipartidismo. Una población mayoritariamente rural, envejecida y escasa (203,841 habitantes), gobernada por PP y PSOE en etapas alternas desde 1977. “Es una provincia muy conservadora”, confirma Laura Fernández, número uno de Ciudadanos. “En el medio rural es muy difícil convencer a la gente de cambiar el voto. Tienes que acercarte a los pueblos y explicarles quién eres y qué propones. Pero para eso necesitas recursos y gente, y a nosotros nos falta lo uno y lo otro”. El equipo provincial de Ciudadanos cuenta con cinco miembros y una decena de voluntarios. Unidos Podemos suma cifras parecidas: quince voluntarios, la mayoría estudiantes de universidad.

El cambio a golpe de espray

La diferencia de poderío económico entre el bipartidismo y el cambio político en Cuenca se refleja en dos escenas ocurriendo simultáneamente. En el mismo momento en que Rafael Catalá, cabeza de lista del Partido Popular, se pasea por el corazón comercial de la calle Carretería besando a las venerables señoras que toman el café de las doce, el equipo de campaña de Unidos Podemos pinta pancartas con espray en un garaje. “Todavía no nos han llegado las pancartas oficiales desde Madrid, así que entretanto hacemos estas para ir colgándolas en los pueblos”, explica Pablo Sánchez, estudiante de Derecho y anfitrión del encuentro graffitero. “Es lo que tiene no tener sede, que nos tenemos que reunir en casas, parques y centros públicos”, explica.

La candidata morada describeel panorama con resignación: “Es la pescadilla que se muerde la cola. Como no tenemos representación política, no tenemos recursos. Y como no tenemos recursos, no conseguimos representación política. Un ejemplo es la caravana rural de Podemos. Habría estado bien que pasara por aquí para dar fuerza al mensaje, pero nos va a tocar a nosotros hacer todo el esfuerzo de visibilizarnos. Si lo miras desdeun contexto electoral es lógico que nos dejen de lado porque los recursos son limitados y hay que centrarse en los sitios donde te estás jugando un escaño. Y Cuenca es el único sitio de España donde las estadísticas dicen que no tenemos opciones”.

"Una diputación puede prestar un servicio público o ser un artefacto de control político. En Cuenca ocurre lo segundo", denuncia la candidata de Ciudadanos

Cuatro décadas alternándose en el poder han permitido a PP y PSOE tejer robustas redes clientelares, que comienzan en la diputación provincial y se extienden por el Ayuntamiento de Cuenca, un organismo hipertrofiadoque sobrepasa los 500 empleadospara una población de 55.738 habitantes, el doble que capitales de provincia similares. “Cada corporación ha incrementado la plantilla para colocar a sus allegados y hoy nos encontramos con que de un presupuesto de 52 millones de euros, 22 millones se destinan exclusivamente a pagar nóminas. Y luego súmale otros cientos de empleos indirectos, cuyos contratos dependen del favor del Ayuntamiento. Y como esto, lo mismo ocurre en la Diputación y en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha”, relata Antonio Carrasco, miembro de campaña y concejal de Ciudadanos en la capital. “Una diputación provincial puede prestar un servicio público o convertirse en un artefacto de control político. En Cuenca ocurre lo segundo, es un cajón de sastre para colocar a los amigos, un aparcadero de políticos”, le secunda la candidata naranja al Congreso.

Mesas convertidas en tribunales de la Inquisición

Unidos Podemos y Ciudadanos relatan experiencias parecidas cada vez que se acercan a los pueblos de Cuenca a hacer campaña. Una buena acogida de inicio, apoyo de agricultores y ganaderos a sus propuestas una vez las han escuchado y muchos ánimos al final. Pero luego, a la hora de votar, el campo se mantiene fiel al rojo de la rosa o al azul de la gaviota.

“En los pueblos el voto es algo casi sanguíneo, se transmite de padres a hijos”, indica Eduardo Pérez, miembro de campaña de Unidos Podemos. “Y en los que no, la gente se lo piensa mucho a la hora de votar otra cosa que no sea PP o PSOE por las represalias. Mucha gente nos ha confesado que en cuanto te metes a una cabina a por tu papeleta, el que está en mesa ya sabeque vas a votar a Podemos o a Ciudadanos, porque PP y PSOE envían sus listas por correo y sus votantes llegan al colegio electoral con el sobre cerrado. Y claro, nadie quiere meterse a una cabina y poner en riesgo una licencia o una subvención pendiente, o que simplemente te empiecen a mirar mal en tu Ayuntamiento”, explica. María Ángeles García lo tiene claro en este sentido: “Hacer llegar nuestras papeletas por correo a los pueblos sería fundamental para sortear el miedo y crecer en el mundo rural. El 20D tuvimos que ir nosotros papeleta en mano buzoneando las casas; para estas elecciones hemos podido contratar un servicio postal”.

"La gente se lo piensa mucho para no votar a PP o PSOE. Nadie quiere poner en riesgo una licencia, o que te empiecen a mirar mal en tu ayuntamiento"

Asípues, Unidos Podemos cuenta como novedad con un megáfono y carteros,pero Ciudadanos tiene algo casi mejor: una carpa de campaña. “Nos la han prestado desde Toledo y no la pienso devolver hasta que termine todo esto”, dice con sorna Carrasco. El equipo naranjala instala exactamente en el mismo punto donde horas antes la montó el PP para pastorear a su candidato, todo un ministro de Justicia cuyo único vínculo con Cuenca es el interés:liderar esa lista le garantiza su escaño de diputado. Porque de los tres sillones parlamentarios que reparte la provincia, dos son para el PP y uno para el PSOE. Así ha sido desde 1996 y así será el próximo domingo.

En cuanto Fernández comienza a repartirlas octavillas con la cara de Albert Rivera impresa, comienza la tortura. La mayoría de paseantes se escurren de la candidata con la misma displicencia del que rechaza publicidad callejera o a los voluntarios de una ONG. Y los pocos que se paran, es para bramar. “¡Yo no quiero nada de vosotros, chorizos!”, le espeta una anciana. “Pero si nosotros no hemos robado nada, señora”. “¡Da igual, todos los políticos sois unos chorizos!”.

"Esta campaña es una molestia. Es volver a quitarle tiempo a mi familia, pagar de mi bolsillo la gasolina, la comida. Y lo peor: es no poder estar con mis hijos"

“La gente está muy quemada, nadie quería esta campaña”, suspira la candidata naranja.Ella misma reconoce que,en lugarde estar aguantando improperios por esta repetición de elecciones, preferiría estar en este momento en su empresa familiar, ayudando a sacar el trabajo adelante. “Hago esta campaña porque creo en el ideario de mi partido, porque tengo la ilusión de que Ciudadanos se convierta en un proyecto de largo recorrido en Cuenca. Pero está claro que pasar dos semanas haciendo campaña,seis meses después de haber hecho una, es una molestia para todos los que no somos profesionales de la política. Seguramente a Catalá y a Sahuquillo (PSOE) no les importa tanto. Pero para mí es otra vez quitarle tiempo a mi familia, es pagar de mi bolsillo la gasolina, la comida. Y lo peor: un día de campaña es un día que pierdo con mis hijos”.

Hay un lugar en España donde Unidos Podemos y Ciudadanos tienen mucho en común. Para empezar, sus dos cabezas de lista son mujeres. Las dos cuentan con 500 euros para gastar en toda la campaña y ambas reconocen sin tapujos que, si pudieran, se quedarían en casa porque poca cosa tienen que ganar. Así es Cuenca,tierra quemada para los partidos del cambio. No hay provincia en España que les preste menos apoyo social. En las elecciones de diciembre, Podemos obtuvo el 11,63% de los votos y Ciudadanos el 10,77%. Están tan lejos de aspirar siquiera a un escaño el 26 de junio que tanto Pablo Iglesias como Albert Rivera han eliminado directamente esta circunscripción de sus rutas electorales.

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