Iglesias se 'apropia' de la figura de Zapatero y mete cizaña en su relación con Sánchez

Las encuestas, un debate en el que le costó despegar, unos tuits que agitaban el pantano de los pactos, un Pablo Iglesias que consulta algunas "dudas" a José Luis Rodríguez Zapatero porque le parece un dirigente "solvente y humilde", "el mejor expresidente" de la democracia española. La dirección socialista no hace más que saltar vallas en su camino hasta el 26-J, en una campaña en la que se juega el todo por el todo y en que la amenaza de 'sorpasso' de Unidos Podemos no se ha diluido.

Iglesias marcó la jornada con unas declaraciones que forzosamente escocieron en el PSOE. El líder de la formación morada, en una entrevista con Pepa Bueno en la Ser, aseguró que cuando tiene "dudas de temas importantes", manda un mensaje a Zapatero y le pregunta si no le importa que le llame. "Y siempre me ha atendido y se lo agradezco mucho. Me parece un tipo muy solvente, muy humilde y del que he aprendido muchísimo. A mi juicio, el mejor expresidente que ha tenido este país". Elogios comprometedores para el PSOE (viniendo de quien venían), y a pocas horas del único mitin en campaña del expresidente del Gobierno y Pedro Sánchez, este viernes por la tarde en Valladolid.

Las palabras de Iglesias no sonaron nada inocentes en el PSOE. Porque detrás de esa cascada de piropos era imposible no recordar la tensión entre Zapatero y Sánchez, que la convocatoria de elecciones obligó a soterrar pero que sigue latente. De ahí que, tanto en la dirección federal como en el círculo del exjefe del Ejecutivo, se interpretaran los cumplidos del jefe del partido emergente como un intento de "meter cizaña", de "malmeter", de"enredar" entre los dos líderes. Y, de paso, arañar voto joven, conectar con el electorado que en 2004 se ilusionó con Zapatero y lo aupó hasta La Moncloa.

Las declaraciones de Iglesias llegan horas antes del único mitin de campaña de Sánchez y Zapatero: ambos están juntos este viernes en Valladolid

El expresidente conversó con algunos dirigentes este jueves y les trasladó que es "absolutamente exagerado" que converse con frecuencia con Iglesias. Desde la cena en casa del exministro José Bono en Madrid -y a la que se sumaron Íñigo Errejón y el hoy presidente manchego, Emiliano García-Page-, a finales de 2014, "habrán hablado José Luis y Pablo tres o cuatro veces como máximo", según resumían varios de estos interlocutores. Zapatero también conversa, añadían, con Mariano Rajoy o con el ministro José Manuel García-Margallo, por poner dos ejemplos.

Hurgar en la herida

A Zapatero no le ofendió que Iglesias le halagara -"trivializa estas cosas"-, porque además es conocido que mantienen una relación cordial, "aunque sabe que sus palabras tenían intención política", que buscan "una intrumentalización torticera", "encizañar", echar sal a una herida. "Y porque Pablo es consciente de que hay un punto débil, que a parte de nuestras bases les duele que la dirección y Pedro no le reivindiquen ni le quieran", agrega una de sus colaboradoras. Lo sintetiza otro dirigente que lo conoce bien: "Cuando renuncias a algo, pasa esto, que otros lo hacen por ti".

El expresidente subraya, alegan en su entorno, que es "absolutamente exagerado" que hable cotidianamente con Iglesias. Han sido contadas veces desde 2014

Sánchez siempre ha sido muy frío en sus elogios hacia Zapatero: en sus mítines sí reconoce los avances sociales de sus gobiernos, pero poco más. A quien rotula como "mejor expresidente" de la democracia es a Felipe González, que le es mucho más cercano y que le ha defendido incluso en los mayores momentos de turbulencias internas. Zapatero, pese a que, con Susana Díaz y otros barones, le ayudó a encaramarse a la cúspide de Ferraz, se desengañó muy pronto. Digirió mal que le reprochara en su cara no haber impulsado una reforma fiscal "más ambiciosa" o que abjurara de la modificación del artículo 135 de la Constitución. Sus relaciones se fueron tensando y en los últimos meses confiaba a su círculo que el PSOE no podía acudir a una repetición electoral con el mismo candidato. Pensaba en Susana Díaz.

La última vez que coincidieron Sánchez y el expresidente fue en el mitin de lanzamiento definitivo de la precampaña en Madrid. Este pasado martes, Antena 3 emitió las imágenes de su conversación en el 'backstage', grabadas por las cámaras de 'Dos días y una noche', el programa de entrevistas de Susanna Griso. Ambos intercambiaban impresiones sobre Venezuela y se veía cómo se cortaba el aire. La distancia entre los dos era indisimulable.

Para distintos dirigentes que tienen mucho trato con Zapatero, la intención de Iglesias, por tanto, era "quebrar, romper, buscar la división del adversario y complicar las cosas al PSOE". "Exactamente igual que nosotros hemos pretendido hacer al distinguir entre Pablo e Íñigo. Es de manual", opina una responsable que conoce bien las entrañas del partido. Y, además, "es una utilización descarada de su figura para atraer el voto joven que apostó por él en 2004, ya que no puede ir a por los electores mayores que confiaron en Felipe". En el círculo del expresidente y en Ferraz hablan de "instrumentalización", porque el mismo Iglesias dijo "barbaridades" de su Gobierno, criticó con dureza el cambio constitucional exprés o su reforma laboral "y es el mismo que apoyó el 15-M". "Pero se ha dado cuenta de que la gestión de Zapatero ya está amortizada frente a los recortes mucho mayores de Rajoy y los incumplimientos de su programa", defienden.

"A lo nuestro"

En la dirección federal no quieren dar más vueltas a las palabras del líder de Podemos. Sánchez despachó las alusiones con una referencia de pasada desde su mitin de la tarde en Vigo, y conectándolas con el fracaso de su investidura: "Iglesias dice que su presidente favorito ha sido un socialista, pero cuando pudo votó en contra de un presidente socialista". "Nuestra campaña no consiste en hacer de comentaristas de los chascarrillos de Pablo -apostillaban fuentes oficiales-, y el menor de sus problemas es lo que él diga. Zapatero y Pedro están en contacto, y Pablo puede hablar con quien quiera hablar. Pero qué lástima que tenga que meter cizaña para seguir con su campaña. Nosotros estamos a lo nuestro".

"Pablo ya no sabe cómo tener protagonismo y es cada día más extravagante. No sé qué se va a inventar la próxima vez -confiesa un miembro del comité electoral-. No se puede ser antirrégimen por la mañana y por la tarde socialista. Él intenta recuperar el legado socialista, pero se olvida de que parte de los suyos se movilizaron contra Zapatero". En el equipo de Sánchez sí creen que las conversaciones del expresidente con Iglesias habrán sido contadas, pero no produce "perplejidad" su confianza con el jefe de Podemos -"ya sabemos cómo es él"-, y sí le reprochan su "narcisismo", que pretenda que se le reivindique constantemente: "Él salió de La Moncloa como salió. No sabemos aún si está amortizado. Pero él tendría que ser más generoso de lo que es".

En el equipo de campaña advierten de que "gratis no le saldrá el gesto a Iglesias", y de que el mitin de este viernes en Valladolid "puede convertirse en un acto de desagravio y de reconciliación" de Zapatero con Sánchez. Obligado por la tregua electoral, claro. Será la segunda aparición del exlíder del Ejecutivo en campaña, ya que el pasado miércoles compartió escenario en Santa Coloma de Gramenet con la cabeza de lista por Barcelona, Meritxell Batet.

"Iglesias dice que su presidente favorito ha sido un socialista, pero cuando pudo votó en contra de un presidente socialista", indica Sánchez desde Vigo

Quien sí respondió directamente a Iglesias, preguntada por los periodistas, fue Susana Díaz, con quien el exjefe del Ejecutivo sí mantiene unas buenas relaciones. "Bienvenido a reconocer el esfuerzo que hizo el presidente Zapatero en un momento muy complicado -ironizó la presidenta andaluza desde Andújar (Jaén)-. Porque es el mismo Iglesias que decía que Zapatero era el culpable del artículo 135, que se había vendido a la troika, que era prácticamente el culpable de todos los males. Y en cambio hoy reivindica a Zapatero, y ha reivindicado la socialdemocracia, ha reivindicado ser socialista, nos dice a los socialistas cómo tenemos que decidir el día después cómo deben ser los pactos. Ya lo que le queda es afiliarse al PSOE y así se identificará mucho mejor con nosotros".

La hemeroteca no ayuda al secretario general de Podemos. En su tesis doctoral, por poner un ejemplo, acusaba a Zapatero de "haber mantenido las líneas generales de la política económica del anterior Gobierno", el de José María Aznar, y decía de él que, a pesar de "no ser un líder carismático y de sus dificultades para hablar otros idiomas", se había convertido en un "referente progresista mundial" y en el "representante de una forma de hacer política en Europa alternativa a la de EEUU".

Las palabras de Iglesias también metieron en un embolado a su socio de coalición, Alberto Garzón. El coordinador federal de IU recordó desde Zaragoza que en la última etapa de Zapatero se aprobaron recortes y se emprendieron rescates bancarios. "No podemos corroborar que esto sea una buena política", respondió.

Sánchez llama a los "defraudados" de Podemos y 'customiza' el "No nos falles" de Zapatero

El PSOE lo fía todo a la movilización de sus votantes clásicos y a la vuelta de los que apoyaron a Pablo Iglesias el 20-D. Este jueves, desde Vigo, Pedro Sánchez pidió el respaldo de los que se sienten "defraudados" con Podemos y sus confluencias. "Que confíen en el PSOE porque nosotros no vamos a fallar. Nosotros no vamos a fallar. Traeremos el cambio", gritó desde el auditorio Palacio de Congresos Mar de Vigo. 

El candidato había 'customizado' el "No nos falles" que los militantes y simpatizantes socialistas coreaban en Ferraz en aquella noche electoral del 14 de marzo de 2004, cuando José Luis Rodríguez Zapatero ganó a Mariano Rajoy. La otra alusión al expresidente tuvo que ver con el elogio de Pablo Iglesias en la Ser. También volvió a reprocharse su viraje ideológico: cuando está con Alberto Garzón es "comunista", cuando tiene delante a la líder andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, es "anticapitalista", cuando se sienta con él es "socialista". "Hombre, no la usará, pero le encanta cambiar de chaqueta", ironizó.

El PSOE quedó como tercera fuerza el 20 de diciembre, aunque empató en seis escaños con En Marea, la confluencia gallega que forman Podemos, Anova y Esquerda Unida. Según el CIS, un acta de Pontevedra puede perderla el PSOE a favor de la coalición. Sánchez denunció que el comportamiento de En Marea fue igual al de Podemos, y que antepuso los intereses de Pablo Iglesias al de los ciudadanos de la comunidad. 

El secretario general pidió votar "con sentidiño" para echar al PP de La Moncloa. Y "sentidiño" es votar al PSOE y no a los populares, menos aún cuando Albert Rivera, recordó, ya ha dicho que no respaldará su reelección: "Votar a Rajoy es un ejercicio de melancolía inútil. Todos le dan la espalda y muchos miran al PSOE, porque defendemos la educación, la sanidad, los empleos dignos y el salario mínimo", señaló el candidato ante un millar de asistentes, 2.000 según la organización, informa Efe. En el acto intervinieron previamente la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva; la cabeza de lista provincial, Lola Galovart; el recién elegido candidato a la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, y el alcalde de la ciudad, Abel Caballero.