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Menos entusiasmo, pero más eficaz: euforia contenida en el cuartel general de Podemos
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Menos entusiasmo, pero más eficaz: euforia contenida en el cuartel general de Podemos

Pablo Iglesias ha logrado su objetivo: batirse cara a cara con Rajoy. Su estrategia no levantó tanto entusiasmo entre los suyos, pero subrayan que fue lo más eficaz

Foto: El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, antes del debate, junto a los representantes de la Academia de la Televisión. (Reuters)
El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, antes del debate, junto a los representantes de la Academia de la Televisión. (Reuters)

Ambiente festivo, cervezas y amigos para ver el partido. En la pantalla gigante de La Morada de Podemos en Madrid no se retransmite un partido de la Eurocopa, aunque levanta pasiones similares entre el público y hay quien lleva una camiseta de la Selección -con los colores republicanos-, sino el único debate electoral entre los cuatro candidatos. Alrededor de un centenar de militantes, simpatizantes y cargos públicos de Podemos se dieron cita en el cuartel general de los círculos morados en un clima de euforia contenida por los favorables resultados de las encuestas y las positivas sensaciones que todavía perduraban en el recuerdo tras el debate del 20-D. "Lo tenemos fácil" o "no tiene por qué salir mal" eran algunas de las frases previas que podían escucharse al lado de la barra del bar que tiene el local antes del inicio.

El clásico grito de guerra del "sí se puede" calentó el ambiente en el arranque del debate, que pronto se relajó, mimetizándose con el tono cordial de Pablo Iglesias, sin volver a resurgir con fuerza hasta el último tramo. La actitud, coincidieron en subrayar varios de los dirigentes de la formación, era una de las cuestiones fundamentales junto a las propuestas. El candidato de Podemos cumplió con ambas, por lo que se mostraron satisfechos con su papel. "Más que de ganadores o perdedores, hay que hablar de proyectos, y se ha visto que solo hay dos, el del PP y el de Podemos, y falta que Pedro Sánchez se decante por uno", explicaba al término Tania Sánchez. La candidata por Madrid, aun así, no se resistió a ponerle nota a la intervención de Iglesias: "Un ocho y medio", contestó sin dudarlo.

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Para el portavoz de la formación emergente en el Senado, Ramón Espinar, el líder de Podemos fue quien más propuestas puso sobre la mesa en todos los temas. "Ha estado muy en positivo, ha hecho un debate de propuestas y muy poco de fango, que es lo que queremos hacer en campaña", subrayó. En contraposición, el líder socialista, Pedro Sánchez, fue para Espinar "la sorpresa del debate" porque "no es un candidato a presidente del Gobierno. Es una persona obsesionada con lo que le ha pasado hace unos meses y no está hablando de España, sino de él. Es una sorpresa negativa, pero creemos que vamos a poder contar con él a partir del 26 de junio".

En el descanso tras el primer bloque, mientras se apuraban los cigarros en la puerta, habían surgido algunas dudas sobre quién iba ganando. Demasiado gris y encorsetado lo que se había visto hasta el momento. A pesar de ello, la estrategia con la que salió el líder de Podemos al terreno de juego era clara y no buscaba precisamente romper moldes, sino dar una imagen de solvencia, cordial y de estadista: apoyarse mucho en los datos, mano tendida al PSOE y no bajarse al barro. Lo importante era no perder, demasiado arriesgado con la campaña recién iniciada, y, a partir de ahí, forjar una imagen de presidenciable.

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El objetivo de convencer a la bolsa de indecisos se logró, en opinión de Jorge Lago, candidato por Salamanca y dirigente de la Fundación 25M, 'think tank' del partido. De ahí la importancia del debate, pero que debe complementarse, añade, con la campaña. Los indecisos, asegura, han visto "quién se ha confundido de adversario y quién no", lamentando que Sánchez "no termina de decidirse con quién pactar". A pesar de que vio el formato demasiado encorsetado como para confrontar propuestas profundizando en ellas, "se ha visto que tenemos un proyecto de país y que por primera vez se puede hacer historia".

Avanzar posiciones, apelar al 98%

Para Espinar, los candidatos del resto de formaciones se dirigieron más bien a sus electores, a unos 'targets' muy concretos, mientras que Pablo Iglesias "ha habido un momento en el que dijo que proponemos un modelo de país para el 98% de la población, que son los damnificados por la crisis". En este sentido, subrayó que PP, PSOE y Ciudadanos se dirigieron a un electorado muy concreto y el candidato de Podemos "habló al país, a las mayorías sociales".

Las expectativas eran altas y aunque Pablo Iglesias no defraudó a los militantes congregados en La Morada, tampoco logró levantarlos de las sillas al grito de "presidente, presidente" o "remontada, remontada", como sí ocurrió en el debate a cuatro de los pasados comicios que también siguieron los simpatizantes en La Morada. La novedad ya no jugaba a favor y el extremo cuidado para no cometer fallos, buscando más bien no perder que ganar, hicieron que el ambiente fuese menos entusiasta que el vivido en el debate del 20-D.

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Una euforia contenida que no evitó que la mayor parte de las intervenciones de Pablo Iglesias se acompañasen de aplausos, antes incluso de rematar la exposición, aunque el sonómetro marcaba máximos cuando era el momento de los abucheos a los rivales. Sintomático. Tampoco se quedaba corto a la hora de señalar pequeños despistes o errores de dicción de los demás candidatos. El debate pasaba de su ecuador y continuaba siendo gris, o al menos el clima seguía trabado. Animaba a la distención con comentarios jocosos, o hacer la cuenta de los chupitos en nómina por el número de veces que se colaba la palabra 'Grecia' en el debate o 'Gobierno de Maduro', en detrimento de Venezuela. La euforia volvió a resurgir con el minuto final, que despertó las arengas más encendidas del público.

Ambiente festivo, cervezas y amigos para ver el partido. En la pantalla gigante de La Morada de Podemos en Madrid no se retransmite un partido de la Eurocopa, aunque levanta pasiones similares entre el público y hay quien lleva una camiseta de la Selección -con los colores republicanos-, sino el único debate electoral entre los cuatro candidatos. Alrededor de un centenar de militantes, simpatizantes y cargos públicos de Podemos se dieron cita en el cuartel general de los círculos morados en un clima de euforia contenida por los favorables resultados de las encuestas y las positivas sensaciones que todavía perduraban en el recuerdo tras el debate del 20-D. "Lo tenemos fácil" o "no tiene por qué salir mal" eran algunas de las frases previas que podían escucharse al lado de la barra del bar que tiene el local antes del inicio.

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