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El 32% de indecisos convierte el debate en "una campaña exprés" de dos horas
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LOS EXPERTOS ANALIZAN EL ENCUENTRO A CUATRO

El 32% de indecisos convierte el debate en "una campaña exprés" de dos horas

Todos los expertos coinciden: los debates movilizan. El encuentro de esta noche será decisivo dado el elevado número de indecisos y los factores externos: plena Eurocopa e inicio de verano

Foto: Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Saénz de Santamaría, durante el debate a cuatro del pasado diciembre. (EFE)
Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Saénz de Santamaría, durante el debate a cuatro del pasado diciembre. (EFE)

Lo reveló el CIS el pasado jueves. Un 32,4% de los ciudadanos todavía no ha decidido a quién votará el próximo 26 de junio. Las dudas se parecen mucho las del 20-D: hay un 10% que no sabe si decantarse por PP o Ciudadanos, un 9,4% sigue pensando entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, el 8,9% titubea entre los de centro y los socialistas, y un 7,5% reconoce no haber elegido entre el PSOE y Unidos Podemos. La participación total en diciembre alcanzó el 73,2%, un porcentaje que podría bajar en los comicios de junio, en pleno periodo estival y, sobre todo, por el hartazgo generalizado en la sociedad, que reprocha a la clase política su incapacidad de haber formado un Gobierno. En este contexto, el debate a cuatro se convertirá en la clave.

La población difícilmente seguirá con atención estos 15 días de campaña en que los candidatos a la presidencia recorren medio país en busca de captar votos con mítines, paseos megáfono en mano y reuniones sectoriales con organizaciones empresariales y miembros de la sociedad civil. Sin embargo, los debates -por los que las cadenas de televisión han apostado con rotundidad en esta ocasión- pueden decidir el voto de muchos indecisos. Ignacio Martín Granados, politólogo y miembro del consejo directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), así lo confirma y define el encuentro de esta noche a cuatro como "una campaña exprés" que "en solo dos horas" muestra a los dirigentes políticos haciendo sus propuestas e interaccionando entre sí. Será la única vez en toda la campaña.

Además, las propias circunstancias que rodean al 26 de junio corroboran la importancia que pueden llegar a tener los debates televisivos entre candidatos. "Hay muchos factores externos que influirán. La Eurocopa en plena efervescencia, acaparando la atención de la gente, y muchas familias preparando las vacaciones" sitúan a estos cara a cara en una posición decisiva porque un alto porcentaje de ciudadanos decide su voto días antes de acudir a las urnas viendo las intervenciones de los líderes, como ya demostró el CIS poselectoral del 20-D. "Que los debates movilizan a la gente y mueven votos de una opción a otra está claro", afirma Martín Granados. Por eso, PSOE y C's los utilizarán con toda probabilidad como escape de una campaña polarizada: "Es su momento de lucimiento. Deben pasar al ataque", asegura el politólogo.

En esa misma línea, José Manuel Sánchez Duarte, profesor de Comunicación Política en la URJC, sitúa el debate a cuatro de este lunes como "el escenario proclive" para que Pedro Sánchez y Albert Rivera "encuentren huecos en los que destacar". En el caso del PSOE, según el profesor, deberá "reivindicar su posición" como segunda fuerza en el 20-D y defenderse como referencia de la izquierda española, mientras que Ciudadanos buscará la manera de 'venderse' como opción más atractiva entre tanta polarización de cara al alto porcentaje de indecisos.

Luis Arroyo, presidente de Asesores en Comunicación Política, alerta de la dificultad que tendrán el socialista y el dirigente de centro para hacerse con un espacio, augurando un debate que se puede convertir en un cara a cara entre Rajoy e Iglesias. Arroyo, eso sí, señala que la verdadera relevancia la adquirirán la conversación posdebate y el clima que generen los comportamientos de unos y otros en el debate público.

También Daniel Ureña, experto en comunicación política y director general de Mas Consulting, insiste en que el verdadero efecto de los debates es el impacto "que produce en los medios de comunicación al determinar un ganador y a un perdedor", y, por tanto, serán lo que marque el tono de los próximos días de la campaña, donde la sociedad terminará por decidir su candidato. Y teniendo en cuenta la situación actual, en la que uno de cada tres votantes todavía no se ha decantado por una papeleta concreta, "el debate a cuatro puede ser determinante", afirma. Según Ureña, en España, durante los últimos años, la fidelidad a los partidos "ha caído en picado", un motivo más por el que el votante es ahora "más exigente y tiene más opciones para votar".

Otro elemento sociológico que demuestra hasta qué punto el encuentro de los cuatro aspirantes a la presidencia en las mismas condiciones y en un escenario común se convertirá en la gran oportunidad de decisión de voto, será la comparación de todos ellos mientras se enfrentan a situaciones incómodas, temas difíciles y preguntas complicadas. Es una ocasión, insiste Daniel Ureña, para ver "su capacidad de reacción y su habilidad para conectar con los votantes", sin olvidar que el voto es precisamente una decisión "muy emocional" y, en ocasiones, puede ser impulsiva.

Los cuatro dirigentes políticos dedicarán la jornada de este lunes a preparar una de las batallas más importantes que librarán hasta el 26 de junio. Mariano Rajoy acudirá con la seguridad de seguir liderando la primera fuerza política, aunque debutará junto a sus tres rivales, a diferencia del resto, que ya lo afrontaron por primera vez hace meses. Igual que Pablo Iglesias, tratará de polarizar el debate entre la formación conservadora y la de Podemos. Iglesias -tal como hizo Bescansa la semana pasada- insistirá en tender la mano a los socialistas, aunque desde una posición mucho más cómoda, al ver que su partido puede irrumpir en segunda posición. Pedro Sánchez, por su parte, no bajará al barro como hizo en el cara a cara con el presidente en funciones para pulir su perfil presidencial, apostando por intervenciones en positivo y propositivas. En cuanto a Rivera, aprovechará este lunes para practicar su puesta en escena en atril, después de que las mayores críticas en el pasado encuentro se centraran en su actitud inquieta. El presidente de Ciudadanos trabajará más la oratoria, los gestos y tratará de escabullirse de rifirrafes para hablar de programas.

Tras el desempate en el cara a cara de Jordi Évole entre Iglesias y Rivera, el debate entre cuatro mujeres de los distintos partidos emitido el jueves en Antena 3, donde las emergentes destacaron por encima del cruce de reproches y herencias que protagonizaron Andrea Levy y Margarita Robles, llegó el debate económico del domingo en La Sexta. La gran cita tiene lugar este lunes, cuando los cuatro candidatos debatirán por primera vez después de que en diciembre Soraya Saénz de Santamaría se enfrentara a Iglesias, Sánchez y Rivera. La audiencia del anterior debate despejó las dudas sobre si los debates y la política interesan a la sociedad: 9,2 millones de espectadores lo siguieron. Un récord que podría verse superado en esta ocasión, puesto que lo emitirán al mismo tiempo Televisión Española, el Canal 24 horas, Telecinco, La Sexta, Antena 3 y varias cadenas autonómicas.

La verdadera batalla, tras el debate

Aunque la precampaña lleva tiempo circulando por las televisiones españolas y el pistoletazo de salida de la campaña electoral en sí lo dieron los partidos el pasado jueves por la noche, será a partir de este debate a cuatro cuando, según todas las formaciones, empiece la verdadera batalla del 26-J. Dos intensas semanas en las que cada formación desarrollará una estrategia diseñada al detalle, aunque el último CIS publicado la semana pasada trastocó los cimientos internos de más de un partido.

El cataclismo en el PSOE que augura la encuesta marcará sin duda el ánimo y comportamiento de Pedro Sánchez y los suyos, al verse obligados a afrontar que las posibilidades para que se produzca el 'sorpasso' van 'in crescendo' después de que el CIS confirmara el adelanto de Unidos Podemos en votos y escaños, dejando a los socialistas como tercera fuerza política.

Mientras que el PP y la formación de Pablo Iglesias y Alberto Garzón continúan apostando por polarizar la campaña y a la propia sociedad, Albert Rivera luchará por consolidar el centro político con su proyecto y asegurarse de no bajar del techo del 14% del voto. Los ingredientes que el líder naranja necesita pasan por una alta participación y la conquista de un amplio sector de la población de centro-izquierda, que en las pasadas elecciones decidió abstenerse y está convencida de no votar al PP ni tampoco a Unidos Podemos. Más de medio millón de votos que siguen en el aire y que son fundamentales para los resultados de Ciudadanos.

Lo reveló el CIS el pasado jueves. Un 32,4% de los ciudadanos todavía no ha decidido a quién votará el próximo 26 de junio. Las dudas se parecen mucho las del 20-D: hay un 10% que no sabe si decantarse por PP o Ciudadanos, un 9,4% sigue pensando entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, el 8,9% titubea entre los de centro y los socialistas, y un 7,5% reconoce no haber elegido entre el PSOE y Unidos Podemos. La participación total en diciembre alcanzó el 73,2%, un porcentaje que podría bajar en los comicios de junio, en pleno periodo estival y, sobre todo, por el hartazgo generalizado en la sociedad, que reprocha a la clase política su incapacidad de haber formado un Gobierno. En este contexto, el debate a cuatro se convertirá en la clave.

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