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Rivera peleará por 600.000 votantes del PSOE que el 20-D se abstuvieron
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ESPERA QUE LA PARTICIPACIÓN NO BAJE DEL 70%

Rivera peleará por 600.000 votantes del PSOE que el 20-D se abstuvieron

El reto electoral de C's es claro: seducir a más de medio millón de votantes de centro-izquierda que no están convencidos de ir a votar pero, si lo hacen, apostarían por Rivera

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante un acto en Córdoba la pasada semana en la precampaña. (EFE)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante un acto en Córdoba la pasada semana en la precampaña. (EFE)

La cuenta atrás comienza en dos días, cuando oficialmente arranca la campaña electoral y cada jornada será una lucha constante por los votos. Ciudadanos ha diseñado 15 intensos días de actos sectoriales, paseos de los líderes e intervenciones abiertas al público, evitando grandes teatros o pabellones faraónicos. El objetivo de Albert Rivera y su equipo es acercarse más a la gente para evitar errores de la anterior campaña y convencer a la sociedad de que el 26-J representa "la verdadera segunda oportunidad que nos ha dado la historia", según altos dirigentes de la formación. El reto electoral pasa por captar a todos aquellos votantes de centro-izquierda que en los comicios de diciembre no acudieron a votar, y que, según los cálculos del partido, son 600.000.

La formación dirigida por Rivera está decidida a atraer a esos votantes en una campaña más ágil y dinámica, con un programa desgranado en 350 puntos que todos los dirigentes de Ciudadanos se afanarán en explicar. El mensaje clave de la campaña naranja será posicionarse como "el cambio a mejor" -señalando a Podemos como todo lo contrario, "el cambio a peor"- y no presentar propuestas, sino "soluciones". El partido calcula una horquilla de más de medio millón de personas de una ideología de centro-izquierda moderada que no terminó de animarse en diciembre al sentirse desencantados con el PSOE -temiendo además un acercamiento a Pablo Iglesias- y que tampoco se plantean votar al PP.

Según explican dirigentes de la cúpula de Ciudadanos, se trata de un importante conjunto de votantes que, "si se deciden por votar, apostarían por la papeleta naranja", pero que aún no tienen claro si acudirán. De ahí que para el partido de Rivera sea vital una alta participación, que concretamente no baje del 70 o 69%. La fecha de las nuevas elecciones -26 de junio, en pleno arranque del verano- fue muy criticada por algunos partidos -como C's- a quienes perjudica cuanto menor sea el número de votantes. En todo caso, sería el PP de Mariano Rajoy el más beneficiado de una abstención alta, puesto que tiene el electorado más fiel, como confirman todas las encuestas, y no necesita un trabajo de gran movilización.

En las pasadas elecciones, la participación fue del 73,20%, cuatro puntos por encima de las de 2011. Los estudios internos de Ciudadanos concluyen que podría bajar en torno a tres puntos por culpa de la temporada estival, pero confían en que mantenga el nivel del 70%. Con respecto a los sondeos publicados durante los últimos días, el partido de centro opta por la prudencia, aunque reconoce que su 'tracking' también confirma que el suelo del 14-16% del voto está consolidado. Traducido en escaños, estarían en torno a los 45 o 47 diputados -un máximo de siete por encima de los conseguidos el 20-D-.

El objetivo final de atraer al centro-izquierda coincide con el peor momento para Pedro Sánchez, cuando todas las encuestas publicadas dan por hecho que el 'sorpasso' es cada vez más probable, y el propio PSOE reconoce que en sus estudios están ya a solo un punto y medio de Podemos. Además, Rivera ha decidido tratar al PSOE con guante blanco en sus últimas intervenciones -sucedió en Valencia hace una semana, al atacar indiscriminadamente a Rajoy e Iglesias sin mencionar al jefe de Ferraz-, no solo por mantener un hilo coherente con el acuerdo de gobierno firmado con el PSOE, sino por su intención de seducir a antiguos votantes socialistas que ahora están indecisos.

La 'guerra económica' contra Rajoy

En la otra cara de la moneda se encuentran los votantes que tradicionalmente han votado al PP y en las últimas elecciones decidieron confiar en Ciudadanos. Los populares, de hecho, tienen como primordial objetivo recuperar los 570.000 votos que fueron a parar a Rivera y que no sirvieron para conseguir escaños. Ciudadanos cuenta con que habrá un porcentaje de votantes que volverán a los conservadores apelando al "voto útil", los mismos que pretende contrarrestar con el centro-izquierda.

Aun así, los naranjas no dan por perdida la batalla y se esmerarán en trasladar un mensaje económico potente durante la campaña, arrebatando a los de Génova su tradicional bandera económica. Este mismo martes, Rivera y sus tres portavoces de Economía -Luis Garicano, Francisco de la Torre y Toni Roldán- presentaron el programa electoral del partido junto a una memoria económica con dos anuncios impactantes: la promesa de bajar el IRPF "a todos los españoles" en la segunda parte de la legislatura, a partir de 2018, y la creación de 2,5 millones de empleos en 2020, cuando esta finalice.

Las medidas fueron claras, pero el mensaje, aunque indirectamente, lo fue todavía más: "No haremos promesas que no podemos cumplir", insistieron, "como hace el PP". Garicano fue todavía más contundente: "Bajaremos los impuestos cuando se pueda. Es decir, en 2018, después de cumplir con los compromisos pendientes que tenemos con Bruselas". Los cambios en el programa naranja -preveían una bajada de impuestos inmediata- se debieron a los reajustes obligados "por el reciente agujero en el déficit" del Gobierno de Rajoy, concluyeron.

La cuenta atrás comienza en dos días, cuando oficialmente arranca la campaña electoral y cada jornada será una lucha constante por los votos. Ciudadanos ha diseñado 15 intensos días de actos sectoriales, paseos de los líderes e intervenciones abiertas al público, evitando grandes teatros o pabellones faraónicos. El objetivo de Albert Rivera y su equipo es acercarse más a la gente para evitar errores de la anterior campaña y convencer a la sociedad de que el 26-J representa "la verdadera segunda oportunidad que nos ha dado la historia", según altos dirigentes de la formación. El reto electoral pasa por captar a todos aquellos votantes de centro-izquierda que en los comicios de diciembre no acudieron a votar, y que, según los cálculos del partido, son 600.000.

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